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Las clases transcurren de una manera muy normal como siempre,aburridas, pero al fin se llega la hora de mi clase favorita “Sociología”, en verdad es una clase que me encanta, en un futuro pienso estudiar Sociología, pero la verdad no sé si pueda encontrar un trabajo, que es lo que más me preocupa en esta vida.

Bueno como decía, ya es hora de la clase de Sociología y por supuesto la maestra que la imparte también me cae de maravilla, su nombre es Sara, es una gran mujer muy preparada y consiente, es un ejemplo a seguir para mí.

Emocionada porque llegue la maestra Sara, veo como entra por la puerta un hombre guapo, en verdad muy guapo, es alto y de complexión medio robusto, su piel es clara, y su cabello esta todo desordenado pero se le ve increíblemente perfecto, me encanta como esta vestido, lleva unos pantalones negros de vestir y una camisa blanca con las mangas dobladas a la altura de los codos y uno o dos botones desabrochados del cuello, que entre dejan ver un poco su pecho, se ve que tiene estilo y le encanta lucir bien. Estoy maravillada con este hombre, pero también un poco desconcertada porque no sé dónde está la maestra Sara, espero que se encuentre bien ya que la última vez que la vi estaba muy enferma, en verdad no me gustaría que le pasara nada.

-Buenos días chicos mi nombre es Alessandro Seymour y seré su  nuevo maestro de sociología, la señorita Sara tuvo que dejar el puesto por algunos problemas personales, pero yo estoy muy contento de estar aquí con ustedes enseñándoles todo lo que he aprendido y espero también aprender mucho de ustedes.

Sonrió tan ampliamente que pude notar que sonriendo era aún más hermoso, en verdad ese hombre cautivaba a cualquiera que lo viera,  pude notar que tiene los ojos café claro, no los tiene tan grandes, pero aun así enmarcan su bello rostro, dicen que los ojos son la ventana del alma y los de él tienen un brillo tan especial, que supongo que su alma es preciosa y noble.

-Me gustaría saber un poco más de cada uno de ustedes, para así familiarizarnos y poder llevar una clase más amena, comenzamos por ti, me señalo a mí, oh Dios mío esto no puede ser peor, siento como arden mis mejillas…- Puedes decir tu nombre, que te gusta hacer y que no te gusta hacer por favor.

- Ammm bueno mi nombre es Maia Sanders, me gusta mucho viajar y cantar y no me gusta hacer ejercicio- mi voz se escuchó casi como un susurro pero es que en verdad este hombre me pone muy nerviosa.

-Gracias Maia un gusto en conocerte, espero y nos podamos llevar muy bien.

Oh claro que nos vamos a llevar muy bien mi amor, me digo en mis adentros. El profesor prosigue así con todos mis compañeros hasta que se escucha el timbre de salida. Un grupo de  compañeras se acercan inmediatamente hacia él y veo como lo empiezan a bombardear con miles de preguntas, yo decido irme porque me da asco ver como todas están de zorras con él, si son unas zorras, porque desde ahora él es mío, aunque solo lo sepa yo.
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Una vez que llego a mi casa, me tiro en mi cama y me pongo a pensar en lo lindo que es mi maestro, tenía tiempo que no me atraía tanto un hombre, desde Ángel que fue un estúpido que me rompió el corazón. Nunca he tenido novio, ningún hombre nunca me ha declarado su amor y esas cosas que hacen los enamorados, siempre fantaseo con chicos que me gustan, no sexualmente, bueno a veces, pero es normal, pero con mi maestro es diferente, el me inspira algo bueno, me hace sentir que a pesar de que no soy la más bella puedo ser lo suficientemente  hermosa para alguien y hacerlo muy feliz, si apenas lo he visto una vez y ya me inspira todo eso, ja que patética.
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De tanto pensar me he quedado dormida, ya son las 7:00 pm y no he hecho nada productivo, decido levantarme comer algo ligero y hacer mis tareas.
Unas dos horas después he terminado mis labores, así que  me dirijo al baño  y pongo una canción relajante, enciendo una de mis velas favoritas de olor vainilla tentación, esa vela tiene un olor exquisito. Una vez que el baño se inunda del olor de vainilla, abro la llave de la regadera, caliente muy caliente, me desnudo y entro a la ducha, siento como cae el agua caliente por todo mi cuerpo, se siente exquisita, cierro mis ojos e imagino como seria estar con Alessandro en este momento, siento un escalofrió por todo mi cuerpo, este hombre en realidad me trae loca. Comienzo a divagar mucho en mis pensamientos el agua caliente, el vapor y el olor a vainilla, me están elevando a un nivel más allá de mi propia cordura, me estoy excitando, si ese hombre me provoca eso, el calor comienza a invadir todo mi cuerpo, el deseo de poseerlo, por el momento no puedo tenerlo, pero  la mente es muy poderosa y puedo imaginar que él me está  tocando.
Deslizo mi mano por mi cuello con una suave caricia, voy bajando al ritmo del agua y llego a mis senos, les comienzo a dar un suave masaje concentrándome un poco más en los pezones, les doy un suave pellizco y muerdo mi labio con tanta fuerza…reprimo un gemido, voy bajando mi mano lentamente hasta llegar a mi zona íntima… me detengo, aun no es el momento, no puedo tocarme más, por un momento me siento sucia y enferma, como es posible que este hombre me provoque tantas cosas,  es mejor que pare.

Salgo de la ducha me dirijo a mi habitación, me pongo mi pijama favorita y caigo en un sueño profundo....  Claro lo último que pude pensar es es mi bello profesor Alessandro Seymour.

Señor Profesor ⌚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora