Primer día

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Termino de cepillar mi cabello y me observo al espejo. Bueno, para ser tan temprano no estoy en modo zombie extremo. Bajo a desayunar con mi madre, que es el único momento que comparto del día con ella ya que trabaja todo el día en un hospital. 

  — Buenos días mamá — digo dándole un beso y sentándome en frente de ella.

  —Hola hija, hoy tengo que ir más temprano al trabajo. perdón. Ya te dejé el desayuno. te amo- Ruedo los ojos, a veces odio que sea tan obsesionada con su trabajo. Pero luego recuerdo las sonrisas de los niños a los que cuida y sonrío yo también.-

 —Yo más, suerte.—

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Cuando llego a la empresa en la cual voy a trabajar,  me encuentro con Breanna, quien me ha recomendado para que me contraten. Ademas de ser mi mejor amiga, somos dos amantes de los libros, y muy pervertidas cabe aclarar. 

  —Hola tonta, ¿Cómo estás? — Pregunta ni bien nos saludamos y comenzamos a caminar juntas.

 —Un poco triste, anoche, bueno en realidad a la madrugada, terminé de leer TAL VEZ, en wattpad, juro que escuchaba mi corazón romperse— Le contesto haciendo gestos exagerados.

  — ¡Yo también lo leí! Estuve triste por una semana.—

 — Cambiemos de tema o voy a llor...— No pude terminar de decir la oración porque algo golpea fuerte mi hombro haciéndome perder el equilibrio, pero por suerte no caigo.

Cuando miro hacia arriba, me encuentro con un chico alto, rubio y con un cuerpo de infarto. A eso se le llama un dios griego. Pero todos mis pensamientos desaparecen al escuchar lo que me dice.

  — Fíjate por donde vas enana— Dice en un tono muy grosero clavando sus fríos ojos celestes por unos segundos en mi para luego darse vuelta y seguir caminando.

 —¿Perdón?—Digo llamando su atención ya que se da vuelta para mirarme —¿Quién te crees para venir a hablarme de ese modo? —

  — Alex Wells, el que le baja las bragas a cualquier chica, ¿Y tú enana? — Okey, será un dios griego pero quiero mandarlo a la mierda.—

  —Oh ya veo porque tu actitud, tu ego que está por las nubes no te deja pensar, eres otro chico descerebrado que piensa que con una sonrisa puede acostarse con cualquier chica —Suelto con mucha rabia, odio a esa clase de hombres.—

 —Mira pequeña, ninguna chica en toda mi vida me ha dicho que no, hasta tu misma querrías que te de duro toda la noche—Dice elevando su mentón, orgulloso.—

Cuando estoy por estampar mi mano en su mejilla algo me detiene, es la mano de Breanna. 

  —Amiga, el es tu jefe.— Oh mierda. ¿ME ESTÁN JODIENDO?—

  —¿Así que ella es Madison Smith?—Dice con una gran sonrisa, al pasar por mi lado se acerca a susurrarme algo al oído— Juro que voy a hacerte gritar mi nombre una y mil veces pequeña— OKEY. Eso si que fue intenso, sentí una corriente inexplicable en todo mi cuerpo pero traté de ignorarla.

  — Ja, suerte con eso Wells— Digo usando mi tono sarcástico, para no demostrarle lo que me afecto su comentario.   

Genial, que horrible primer día. 

Manos en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora