EL AMOR SEGÚN KATE WARREN

De regreso a la rutina

Siempre nos hablaron del amor verdadero, de ese amor que te hace cambiar, que te hace ser mejor. Pero nunca sabes si algún día lograrás vivirlo.

CAPÍTULO 1

Toda mi vida había escrito sobre el amor, sobre luchar por lo que crees, por lo que eres. Había escrito sobre esa "clase de amor por el que luchas" Ese amor que te hace mejor persona, ese amor que nunca muere, amor eterno.
Era esa clase de historia de la que escribía que deseaba vivir. Soñaba con tener ese amor verdadero, con sentir esa pasión por alguien. Deseaba estar pendiente de alguien, esperar un mensaje de buenos días y Otro de buenas noches, ese mensaje de "te quiero, o te extraño"

La verdad es que por mucho que anhelaba vivir eso, sentía terror al mismo tiempo. Me refugiaba en mi trabajo, en viajes de negocios y otras cosas. No es que no haya estado con algún hombre o alguna mujer pero siempre evite el tener más contacto del necesario, y si lo piensas bien, es estúpido porque yo misma me estaba privando de lo que tanto deseaba, sé que era miedo a salir lastimada o que no sea ese clase de amor que tanto soñaba, pero definitivamente era estúpido pensar de ese modo.

-Kate, ya está listo. Tienes que salir de una vez. - Me dijo Andrew mientras me tomaba de la mano y me llevaba hacia un salón lleno de gente esperando porque les firme los libros que compraron. Andrew era mi agente desde hace cinco años. Me senté y comencé a firmar uno a uno los libros. La mano me dolía, estaba adormecida pero tenía que seguir, según veía, ya no faltaba mucho.
Hace un par de minutos que ya había terminado la firma y estaba esperando a que llegara Victoria, mi mejor amiga. Habíamos quedado en que me recogeria e iríamos a cenar con motivo de festejar el nuevo libro que había sacado y también festejar mi regreso a la empresa. Victoria y yo éramos socias, nos conocíamos desde que teníamos 6 años de edad, nuestros padres fueron socios y mejores amigos y ahora nosotras lo éramos.

Apenas hace dos semanas que había regresado a Londres y a duras penas me decidí por volver al trabajo, pero según Victoria y Ángel, me necesitaban ahí. Me dediqué ocho meses en mi novela y recién había logrado que salga, estaba más que contenta y esperaba que tuviera el mismo éxito que la anterior.

Escuché el sonido de mi teléfono, me fijé y era un texto de Victoria diciendo que ya estaba afuera. Salí lo más rápido y Andrew me acompañaba

-Por favor no te pierdas

-Claro, no te preocupes Andrew - le dije mientras le sonreía

-Espero al menos tengas la delicadeza de.contestar mis llamadas, no?- me preguntó

-Haré un esfuerzo. - dije, y sin más me subí al auto

-Mierda que te extrañé amiga - sentí sus labios en mi mejilla y sonreí

-Yo igual Vic. No tienes idea - me tomó de la mano y ambas sonreimos.

Arrancó el auto y todo el camino al restaurante hablamos de como su esposo era el más grande idiota
Nos bajamos del auto y ella les dio la llave a los del valet, nos guiarnos hasta nuestra mesa en la terraza, pedimos un buen vino y algo ligero para cenar.
Victoria me hablaba de sus problemas maritales y yo sólo me dedicaba a mirarla, era alta, rubia de ojos verdes, rasgos muy finos, dientes y sonrisa perfecta, busto grande y unas curvas maravillosas.

-A penas tengo 27 años, porqué me casé tan joven? - me miraba esperando respuesta alguna pero no tenía idea de que decirle

-No lo sé Vic, no lo sé - dije con voz ausente.

-Otra vez melancólica?

-Qué? - dije sorprendida y me miró obvia, me conocía demasiado bien. No podía ocultarlo, yo era un año menor, tenía 26 años, era dueña de una gigantesca empresa, era escritora, estaba entre las 10 mujeres más hermosas de Inglaterra y no podía encontrar a un buen hombre o mujer. Era increíble. Era patética.