Saque la llave que tenía guardada en el bolsillo trasero del pantalón y abrí la puerta.
La casa, un asco como siempre.
Todos los días limpiaba su desorden y ella todos los días ensuciaba y eso que no era muy grande.
La casa se conformaba por dos habitaciones pequeñas, una pequeña sala y el comedor era una mesa con cuatro sillas junto la cocina.
Al entrar lo primero que estaba a la vista era la sala y al seguir había un puerta que daba a dirección a la cocina del lado izquierdo y del lado derecho un pasillo que al fondo contenía un baño y a los lados las habitaciones.
Le hacía falta mucha manutención pero era algo más superficial, casi innecesario.
Pase a la sala y ahí estaba ella. Dormida boca abajo con el televisor prendido y una cerveza medio vacía en la mano izquierda.
De verla tantas veces así ya no era de sorprenderme.
Muchas veces quise tirar u ocultar el televisor ya que consumía mucha luz pero si lo hacía me arriesgaba a que ella se molestara y prefería evitarlo.
Apague el televisor y me fui a mi cuarto.
Y ahí estaba.
Lucas, mi hermano pequeño, ya estaba dormido, por lo que decidí no prender la luz, el cuarto no estaba completamente oscuro, en el sólo había una cama matrimonial demasiada vieja, un ropero de dos puertas y una mesa de noche que encima de ella se encontraba una lámpara y un cargador ya algo viejo, en el cuarto había una ventana que daba a la calle de enfrente y por ella entraba algo de la luz de luna.
Lo más gracioso de esto es que esta mañana pensé que no volvería a pisar este lugar.
Tal vez suene irresponsable dejarlo sólo a él siendo tan pequeño pero ya tenía un plan de respaldo para ello.
Saque un pijama ya algo rota del ropero y me la puse después de quitarme la ropa que llevaba puesta.
Puse el celular a cargar y me fui a acostar.
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Un golpe en seco me despertó. Alguien tocaba la puerta con demasiada brusquedad.
Me levanté tratando de no despertar a mi hermano.
No sabía qué hora era, toda vía la luna seguia en el punto donde la había visto la última vez.
Abrí la puerta y era ella. Mi madre o más bien lo que quedaba de ella.
-Vas a despertar a Lucas, te puedes calmar? –Dije con tono brusco cuando la tuve en frente.
-A mí no me hables así? -Dijo con un aliento que tenía un olor fuerte a cigarro y alcohol el cual ya no me parecía algo nuevo. –Soy tu madre.
-Qué pasa? –Quería que se marchara lo antes posible.
-Por que llegaste tan tarde. –Ja ja ja el mejor chiste de mi vida pensé.
-Desde cuando te importa. -No pude no soltar una risa sarcástica hacia su comentario.
Ella me miro de pies a cabeza repulsivamente, se dio media vuelta y se fue.
Yo igual.
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Unas manos pequeñas me comenzaron a tocar el pelo juguetonamente.
Abrí mis ojos de golpe pensando lo peor pero lo primero que mi vista captó fue su linda cara con una enorme sonrisa. Eso envidiaba de él, siempre sonreía.
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Mi razón.
FanfictionNo entendí como llegue asta este punto, donde el, era considerado por mi, como la única razón de seguir luchando... La única razón para tratar de sobrevivir. Sólo para poder sentir, aun que sea un segundo más, su presencia en mi.