Do not Leave Me

Parte Única

Dedicado a Pecosa-98. UwU

Una noche de invierno un joven caminaba por la acera, siendo alumbrado únicamente por los faros que iluminaban las calles que, en ese momento, estaban en un silencio total.

Los nervios habían empezado a recorrerle el cuerpo al escuchar unos pasos detrás de él, acomodándose bien la campera, para correr si fuese necesario, continuó la caminata apurando un poco más, el miedo estaba sustituyendo sus nervios cuando el que venía detrás de él también aceleró la caminata. Dobla en la cuadra siguiente y, por un momento, cree estar a salvo al ver a personas allí. Pasa al lado de ellos siendo detenido por uno que le sujetó el brazo, no alcanzo a reaccionar cuando el que lo venía siguiendo estaba detrás de él, teniendo sus brazos para evitar que los golpeara; ni mucho menos gritar al sentir que le inyectan algo. Su cuerpo se relaja, sus piernas amenazan con ceder producto de la droga, su vista se vuelve borrosa, deja de oír las risas de los chicos que lo tienen, sus ojos se cierran y un manto negro y espeso lo envuelve, entrando al mundo de la inconsciencia.

....

Una punzada de dolor lo hizo despertar, lentamente abre los ojos observando borroso al principio, pero luego mucho más claro. Lo primero que ve son sus manos, que están atadas con una cuerda, gira despacio la cabeza tratando de ver el lugar, pero sin lograrlo al no haber ningún tipo de luz.

Unas risas se escuchan de cierto lugar, el miedo junto con los nervios le hacen reaccionar completamente y su cuerpo involuntariamente tiembla. El sonido de unos pasos se oyen y luego silencio, el chasquido de unas llaves y la cerradura al ser destrabada, luego, el de la puerta al ser abierta, cegandolo momentáneamente, dándole al otro la oportunidad de acercarse y pararlo bruscamente.

Era hora de que despertarás, niño bonito. -murmura este al tiempo que lo hace caminar a tropezones.- camina, hay alguien que quiere verte.

Y lo sacan a un pasillo donde lo esperan dos más, todos están con una máscara, no identifica las voces de estos.

No se molesta en pedir ayuda, no sabe dónde está, cuánto tiempo pasó, esta desorientado, pero a pesar de eso esta extrañamente en calma, en comparación a su cuerpo, que esta titiritando, su mente esta en paz.

Caminan por el pasillo, que parecía interminable, hasta llegar a una gran sala, un chico esta sentado en unos de los sofás, lo único que puede ver son sus hombros y cabello, esta solo, o bueno no; otro chico aparece desde la parte inferior del sofá, con la respiración un tanto agitada y sus labios rojos, hinchados y brillantes. Los murmullos de estos dos se corta cuando el tipo que lo escoltó hasta allí carraspea, ambos se giran y uno sonríe ampliamente mientras el otro sólo frunce el ceño mirando a otro lado, el chico le susurra algo al que esta enojado que lo hace sonreír.

Traelo. -el tono de voz grave del chico lo tensa y recibe un empujón para que camine.- he de admitir que sabe escoger mi hermanito, quiere hacerme competencia. Lástima que no hayas ganado... -comentó una vez que tuvo al chico frente a él.- ve a llamarlo, cariño; dile que su juguete ya llegó. -su voz se había suavizado cuando le habló al joven que está a su lado, este asiente y se va por un pasillo distinto.- y dime chico, ¿cómo te llamas?

J-JungKook... -murmuró mirando el piso.-

¿Cuántos años tienes? -volvió a preguntar.-

T-tengo 18...

El chico iba a decir algo más cuándo diviso al otro en compañía de uno bajo que venía con una amplia sonrisa y mirando con deseo el cuerpo de JungKook. Se puso de pie y rodeó la pequeña cintura del más alto, mirando de nuevo al bajo suspiró y se fué llevándose al otro.