Cobarde, inspirado en Divergente.

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Esta es una fic desde la perspectiva de Al, en la iniciación. Ojalá les guste, panes y azucarillos.

Las simulaciones. Apenas oí esas palabras creí que no sería tan difícil como las demás pruebas, que con esto podría ganar puntos suficientes como para poder quedarme en Osadía y superar la iniciación, pero esta muy equivocado.

Estaba sentado en un pasillo esperando escuchar mi nombre desde la única puerta que había. Ya había visto entrar y salir a muchos iniciados con no muy buen aspecto. Pero, yo estaba relajado. Sentía que con esto podía seguir con mi amigos, y quedarme aquí. Estaba tan perdido en mis pensamientos que casi ni escuche cuando mi nombre reboto en las paredes blancas del pasillo. Me levante y ví a Cuatro esperándome en el cuarto. Me ordenó a sentarme en una silla de metal. Me mostró una jeringa y entendí que era para mi. Se acercó a mi cuello y mi frente comenzó a sudar. Recuerdo que mis párpados iban cerrándose y mis latidos eran tan tranquilos que parecía que en cualquier momento iban a parar. 

Abrí los ojos y me encontré en una habitación oscura, traté de moverme pero no podía. Era como si mis pies estaban pegados al piso. Una luz brillante aparece a unos metros y allí ví a mi familia sentada en unas sillas con ninguna expresión en sus caras. Grité, grité y grité con todas mis fuerzas pero ni me dirigían la mirada. Escuché unos pasos, gire la cabeza y ví a un hombre sin cara acercarse a ellos. Se pusó frente a las sillas y sacó un arma de la cintura, apuntando primero a mi madre. Traté de correr pero el piso no me lo permitía, me caían las lágrimas, no podía hacer nada para salvarlos. Disparó, dejándola sin vida apunto a mi padre. Mi corazón se aceleraba y las lágrimas eran como lava que salia de mis ojos. No podía seguir viendo, cerré los ojos y me tire al suelo. Escuché el disparo y los pasos del hombre acercándose a mi. La bala atravesó mi cabeza.

Desperté en la silla, de nuevo en la brillante habitación con Cuatro frente mío. No le dirigí la palabra y salí lo mas rápido que pude de allí. Fui a la cama a recostarme, ya que me sentía cansado y mis ojos ardían. Las lágrimas alcanzaron mis mejillas, no podía parar de pensar en mi familia, en cuanto la extrañaba, en como no había podido salvarla. Sentía que esos pensamientos me perseguirían toda la vida, pero no debía olvidar que quedaban otras simulaciones. 

De nuevo sentado en el estrecho pasillo, esperando a que Cuatro diga mi nombre. Miro mis manos, los dedos estaban rojos de tanto morderme las uñas. El llamado de Cuatro me hizo levantarme y entre un poco desesperado a la habitación. Me recosté en la silla y al entrar la aguja en mi cuello, me dormí inmediatamente.

Estaba en el comedor de Osadía con todos los iniciados, Tris se encontraba al lado mío, y me sostenía la mano, Will y Christina estaban frente nuestro. Todos reíamos. De repente, sentí un cosquilleo en el cuello, y este se retorció desaforado. Me levanté y saqué el arma de la cintura, no me podía controlar, era como si yo no estuviera en mi cuerpo, como si fuera otra persona. Apunto a Will y sin piedad, mi dedo aprieta el gatillo, luego con Christina y al final Tris, ella me miraba con sus hermosos ojos, suplicando y llorando, pero no era yo el que controlaba mi cuerpo, no era yo...

Despierto sudoroso en la silla, esta vez no espero a que Cuatro se de vuelta, simplemente salgo corriendo de la habitación. Era demasiado doloroso, no podía seguir soportando esas torturas. Volví a la habitación, pero escuché voces, no quería hablar con alguién. Así que fui a un lugar para estar solo. Me senté al lado del abismo, miraba la oscura profundidad mientras mis pensamientos descontrolados me absoribían la mente. No podía dejar de pensar en mis amigos, mi familia, ¿En verdad ellos me conocían? ¿Yo me conocía? No lo sabía. Todo era tan distinto. Tan difícil. No podía superar ni una simple simulación, ni una simple pelea. ¿Pertenecía a Osadía? ¿Era normal tener tanto miedo? Montones de preguntas sin respuesta aparecían en mi mente. ¿Era un cobarde? Todo se volvió negro, y dije con un hilo de voz casi sin pensarlo "Si, era una cobarde".

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⏰ Última actualización: Nov 16, 2013 ⏰

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