Después de recibir la cachetada por parte de mi jefe me quedo viendo el piso, escucho sus insultos a gritos, agarra mi brazo con fuerza y levanta mi cara jalando mi cabello, lo veo a los ojos sin expresión alguna en los míos, lo que aumenta su furia, me da otra cachetada y después de gritar que estoy despedida me lanza a la calle, literalmente, logro poner las manos antes de que mi cabeza se estrelle con fuerza sobre el concreto, me pongo de pie y sacudo mis manos en mis jeans desgastados negros, reviso la hora en el reloj digital que he tenido desde que tengo memoria y maldigo por lo bajo al ver que ya es tarde y estoy lejos de mi casa, veo en mi monedero y apenas tengo unos pocos dólares, decido no gastar nada pues no sé cuando pueda conseguir un nuevo trabajo, y comienzo a caminar con calma.
Hora y media de camino a pie llego a la calle de mi casa, vivo en un lugar peligroso, pero la ventaja de tener toda mi vida aquí es que me conocen, y como saben que no tengo ni donde caer muerta no me hacen daño, y mientras no me meta con alguien seguiré con vida, al entrar a casa ya es media noche, me encuentro sumamente agotada por el día de trabajo más la caminata, pero me arreglo un poco antes de entrar a casa.
Como supuse las luces están apagadas, entro en la única habitación del lugar y veo a las niñas acostadas en el pequeño colchón que logre comprar hace unos meses para ellas, yo duermo en el sofá viejo al lado de ellas, entro al baño y luego de asearme me visto únicamente con una camisa extra grande que me llega a la mitad de los muslos, lavo la ropa que llevaba puesta hoy junto con la que ellas y la dejo secando, tomó un sándwich para callar mi hambre y beso la frente de las pequeñas niñas.
- ¿Qué hora es? Llegaste muy tarde, me preocupe - me susurra Lily, mi pequeña hermana de nueve años.
- Lo siento linda, no te preocupes, no volverá a pasar ¿Qué hicieron hoy? - me siento en el piso a su lado y acaricio su cabello.
- Le estoy enseñando a Leah las letras - suelta una risita infantil, las comisuras de mis labios se elevan un poco.
- Cariño, ella solo tiene un año, enséñale los nombres de las cosas.
- Está bien, pero ya dice Lily, bueno, dice algo como "Li", pero es muy parecido a mi nombre, solo debe decir otro "Ly" junto al anterior - noto como se va entusiasmado y suelto un suspiro, beso nuevamente su frente.
- Ese podría ser tu nuevo apodo, linda, pero es hora de dormir, mañana es mi día libre, pasaremos todo el día juntas - ella bufa pero a pesar de la oscuridad logró notar que tiene una gran sonrisa, cosa que me alegra de sobre manera, ella es muy risueña y eso me encanta, que a pesar de todo sigue siendo una niña muy feliz, muy madura para su edad, pero feliz.
- Está bien ¿podrías cantarme? - asiento en su dirección, y como sé que no puede verme aprieto su mano una vez, una manera de comunicarnos entre nosotras sin hacer ruido.
(**)
Despierto justo a las seis de la mañana, veo a las niñas durmiendo, Lily abraza a Leah y ella simplemente esta boca arriba con sus manos en la cara de Lily, me pongo de pie y hago mi rutina de aseo, al salir veo que solo nos quedan dos huevos, lo justo, pero tendremos que comprar más comida, los cocino y mientras se fritan hago puré una de las tres manzanas, le echo un poco de canela y la dejo en la nevera para que este fría antes de comer, acompañó el huevo frito con pan para Lily y para mi.
- Buenos días - escucho la voz de Lily a mis espaldas, le doy un beso en la frente y la mando a cepillarse los dientes, pongo la mesa y justo al terminar escucho el llanto de Leah, voy hacia ella y la levanto dejando besitos por su rostro para que deje de llorar, un truco muy útil que me enseñó Lily, deja de llorar para comenzar a reír y con una pequeña sonrisa de mi parte cambio su pañal, Lily llega a la mesa y comienza a comer sin dejar de hablar en ningún momento.
- Linda, tenemos que ir a comprar comida, ve a vestirte ¿si? - después de un chillido de su parte corre hacia la esquina en donde esta la ropa de las tres, yo término de lavar lo que ensuciamos y después visto a Leah, yo me cambio al terminar se vestirla y salimos cinco minutos después.
Llevo a Leah en un brazo mientras le agarro la mano a Lily del otro lado, ella sigue hablando y yo le dedicó pequeñas sonrisas y asentimientos de cabeza, respondo sus preguntas y le mencionó el nombre de algunas cosas que Leah señala, llegamos al pequeño mini super, veo el anhelo en los ojos de ambas niñas al ver los dulces y casi se parte mi corazón al saber que no podre comprarles todo lo que merecen, pero haciendo cálculos logró comprarles un chocolate para cada una, ellas ven los chocolates como si fuese la cosa más bella que han visto en mucho tiempo, con una pequeña sonrisa pago y al salir Lily comienza a comerlo, Leah empieza a quejarse por lo que suelto un momento la mano de Lily y le abro la envoltura, estiró la mano pasa agarrar a Lily pero no esta, mis sentidos se ponen alertas y veo alrededor, veo como ella camina viendo el piso y cruza la calle, corro hacia ella sosteniendo bien a Leah en mis brazos, veo como un carro se aproxima a toda velocidad y suelto un grito al darme cuenta que no puedo llegar, pero aun así sigo corriendo, todo pasa en cámara lenta frente a mis ojos.- ¡LILY!
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Hola Ternuras♡
Primer capítulo de esta historia que originalmente formaba parte de la saga Pequeños Consentidos, sin embargo no es necesario leer "Ethan" para entenderla, espero les guste
Voten y comenten♡
Nos leemos luego♡♡
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Lily y Leah
ChickLitElla no tiene labios rosas y suaves, los tiene resecos y pálidos. Ella no tiene ojos azules radiantes, los tiene negros y vacíos. Ella no parece alguien feliz, tiene responsabilidades muy grandes para su edad y situación, pero sabe que si ella no s...