Una coleccion de muñecos legendarios creadas por Rozen, cuyo destino ha sido siempre el mismo: pelear en busca de la perfección, y para eso existe el Alice Game.
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-No te vayas -exclamo mirándolo suplicante.
-Volveré - respondió la pequeña de orbes azules.
-¿Lo prometes?- Ella asintio, cerrando el baúl dónde él se encontraba.
No volvio.
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¿Qué estoy haciendo de mí vida? ¿ésto es realmente lo que quiero? ¿acaso hay otra opción? No.
Él vivir en un país donde eres clasificado de número uno a mediocre dependiendo de tus notas,es sin duda una pesada carga psicológica para un adolescente, vive con él miedo de que los exámenes de admisión lleguen, siempre que estos llegan alguien ya no vuelve más.
Desde pequeños se les inculca esta forma de ver la vida, una vida tan vacía y carente de sentido, se podría decir que es parte de su cultura, si no estudias no serás nadie, la presión es tal que un niño de dieciséis años piensa en el suicidio.
La presión de sus padres, el colegio, las burlas. Todo se ha juntado y lo esta acabando.
-No puedo, realmente no puedo - susurró.
Duda sobre lo que está apuntó de hacer, pero sólo así será libre , no más golpes,no más burlas, no más vida mediocre. Se acerca a paso lento al borde del edificio.
La brisa fresca de verano sopla, la enorme luna lo observa a cada paso.
Tiene miedo, no puede negarlo, una lágrima baja por su pálido rostro.
Esto no está nada cerca de ser lo que él pensó, el siempre soñó con ser un gran diseñador, incluso aún cuando todo le decían que aquello era una profesión de mujer.
Por mucho tiempo se dedicó a defender su punto de vista, a seguir haciendo lo que tanto le apasionaba, pero con el tiempo y como era de esperarse, todo tiene su límite.
Inhala, exhala, uno, dos,tres,se prepara para saltar y el celular del chico suena.
2 mensajes recibidos.
¿Vendrás hoy? - JongIn -
No, lo siento, nos veremos despues...te quiero. -Sehun-
Desliza su dedo por la pantalla del celular y abre el siguiente mensaje.
¿Aceptas? SI. No.
Debía ser algún anuncio, ¿que mas da? Presiona el SI y deja el celular en el piso.
Tras lanzarse, lo único que puede recordar fue una luz cegadora y todo se nublo.
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Abre los ojos lentamente acostumbrándose a la oscuridad, esa parece ser su habitación, SeHun no recuerda haber llegado ahí, talvez está muerto.
Una serie de pasos acercándose por el pasillo.
-¿Dios?-
No, solo es su madre, el chico rubio suelta una carcajada interna.
-¿Haz despertado? ¿Te sientes bien?- pregunta la señora Oh, el solo asiente.
-¿Como llegué aquí? -
-Te desmayaste en el salón, un compañero dio aviso, la doctora te examinó dijo que no era grave -respondío mostrando una pequeña sonrisa.
-¡Oh! -Exclama y dice su apellido al mismo tiempo.
-Bueno... descansa mañana tienes cursos -SeHun rodó los ojos y soltó un pesado suspiro. - Aquí hay algunos libros -habla entrando a la habitación con una caja repleta de libros.
-Descansa -pone la caja en el centro de la habitación y sale de esta -te quiero-
Despues de un rato de silencio mirando el techo, el rubio se acercó a la enorme caja, uno que otro libro de Biología,Física e Inglés y... Un baúl de madera, era casi del tamaño de la caja de cartón en la que venía junto con los libros, la tomo entre sus manos para examinar mejor, parecía ser costoso, el no tenia conocimientos sobre maderas pero esa parecía ser una bastante lujosa, como la de los muebles que habían en la oficina del director. En el centro del baúl una rosa dorada relucía como si acabara de ser pulida, está rosa era la cerradura del baúl, talvez era de oro.
Pasa de largo los libros y tomo el baúl entre sus brazos y camino de regreso a su cama, tras un rato mirándola por todos lados pudo notar un diminuto grabado en la parte de abajo del baúl , era casi imperceptible, Rozen , era lo que decía, probablemente ese era el nombre de la empresa o del artista, el baúl necesitaba una llave para abrirse, recorrio con sus dedos los detalles gravados en el baúl, para finalmente tocar la cerradura, que como por arte de magia ante el roce de sus dedos y con un click se abrió.
Observó asombrado lo que contenía, una muñeca, no, a pesar de aquellos delicados rasgos, estaba casi seguro de que era un muñeco.
Un muñeco de porcelana con la piel tan blanca como la espuma del mar, era aún más pálido que él, tenía una nariz respingada, unos pequeños y finos labios rojos , que a pesar de parecer hecho sin ningún error , tenía una pequeña grieta en el labio inferior , parecía casi una cicatriz real, continuo morando al muñeco , poseía cabellos dorados y rizados, que resplandecían cada vez que la luz los tocaba, unas largas pestañas y cejas finas a cordes con todo su delicado rostro.
Lo sostuvo con sumo cuidado, vestía ropa anticuada, como la de un príncipe del virreinato, un saco de terciopelo color rojo, una camisa blanca bajo este , con holanes por todo el cuello , un fino listón como moño en su cuello, unos pantaloncillos negros y unos peculiares zapatos rojos.
Sehun creyó que al ponerlo de pie este abriría los ojos como esas bebés que las niñas suelen tener , pero no fue así , era muy aburrido a decir verdad , parecía ser simplemente un muñeco coleccionable, de esos que debes cuidar con sumo cuidado porque pueden romperse.
Con un poco de decepción lo devolvió a su baúl , pero una llave con una forma similar a la rosa del baúl llamo su atención, parecía ser que el muñeco era de cuerda, la tomo rápidamente y coloco al muñeco boca abajo, levanto sus ropas y pudo ver el orificio por el cual introducía la llave y así lo hizo , le dió un par de vueltas , quizá muchas más de las necesarias.
Lo miro esperando este sea moviera o hiciera algo, pero esto no pasó , decepcionada nuevamente suspiro y lo deposito en el baúl nuevamente, lo tomo y coloco sobre el suelo , con la tapa abierta , se sentía extraño al cerrarlo, aquel muñeco se veía muy realista.
