Capítulo 1

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Elizabeth

Mi nombre es Elizabeth, tengo 18 años, soy una chica normal como cualquier otra. Fui criada por mi madre, mi padre y tengo 3 hermanos mayores. El mayor de todos es John de 27 años, luego están los gemelos Edward y Peter de 20 años y por último yo. Somos una familia dentro de todo normal... la única diferencia es que somos vampiros. Lo que me molesta de serlo es que vivimos apartados de la sociedad en el sentido de que ésta no sabe de nuestra existencia, estamos en pleno siglo XIX, no puede ser que la gente crea que sólo somos parte de mitos y leyendas. Además eso de que el ajo, la luz del sol, y las cosas relacionadas con la iglesia nos afectan fue inventado por los humanos, la única diferencia que tenemos es la alimentación y que nosotros vivimos para siempre a menos que nos maten. También además de beber sangre podemos sobrevivir con comida humana, mi familia no caza humanos pero no todos los vampiros pensamos igual, hay algunos que no tienen ni la menor intención de convivir. 

Hoy es sábado 31 de octubre, el día de los muertos mundialmente conocido como Halloween, (es un invento de las fábricas de caramelos), y también mi cumpleaños número 19, mis padres organizaron una fiesta, a la cual asistirá todo el pueblo (no es un pueblo muy grande), por supuesto que estaremos mezclados vampiros y humanos. La fiesta empieza a las 20 hs aunque no tengo la más pálida idea de cuándo termina, lo único que sé es que va a ser muy, muy aburrida. No me gustan las fiestas, pero mis padres no me hacen caso.

Al llegar el momento de la dichosa fiesta me presentaron a un montón de personas, cuyos nombres ya ni me acuerdo, cuando llegó la hora de bailar decidí salir inmediatamente a uno de los balcones del salón, no me gusta bailar y además no soy muy buena...

Me detuve a observar el nocturno paisaje, la luna llena con su singular brillo iluminaba el lugar mientras destacaba en el cielo despejado. Fue entonces cuando me di cuenta... no era la única allí, a unos metros de donde yo estaba parada había un muchacho, era alto y su cuerpo parecía tallado a mano por un profesional, su espalda no era ni muy grande ni muy chica, y tanto como sus brazos o sus piernas o sus manos y pies eran del tamaño perfecto. Su cabello era negro azabache, sus ojos de un color idéntico al vino tinto mezclado con una pisca de rojo vivo. Luego de unos segundos... notó mi presencia. 

A Vampire's KissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora