Capítulo único

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Su cabello se mecía por el viento, Kirishima en ese momento pensó que podía estar imaginando, pero aquellos cabellos rubios de su amigo Kaminari brillaban mucho más que los rayos del sol, una sonrisa se formó en su rostro al ser creador de tan peculiar idea. Pudo notar  como el semblante de su amigo se tornaba en una expresión un poco molesta ante su mirada.

—¿Por qué sonríes?— preguntó el rubio algo curioso, dejando atrás aquella mirada molesta que minutos atrás le había dedicado.

En ese instante sólo pudo reír un poco más al ser presa de tales cavilaciones, una rara sensación lo invadía cada que su compañero desviaba la vista de él; el mundo perdía todos los colores que lo adornaban, las flores se secaban y el sol dejaba de brillar, mas sin embargo esto no sucedía. La realidad seguía intacta, pero en su interior la sensación de desolación permanecía, las cosas se tornaban oscuras y tenues. Constantemente algo en su pecho con pequeñas emociones gritaba que ante él yacía la más bella luz.  Aquel resplandor que estaba dispuesto a atrapar y estrechar entre sus brazos, iluminándolo a él, sólo a él. Ridículo e ilógico, justo así se sentía.

Un codazo proporcionado por parte de Denki lo sacó de su extraña ensoñación.

—Deja de reír como un idiota.—mencionó, jalándolo de una de sus mangas, mientras contenía una sonrisa que sin querer se aventuraba a escapar de sus labios.

—Sabes que no eres el más adecuado para llamar a alguien idiota— le replicó en tono burlón al chico eléctrico, que ahora lo miraba fingiendo indignación. Cuando estaba a punto de protestar decidió interrumpirlo —Vamos a comer algo, yo invito.— dijo sonriendo, haciendo gala de su amabilidad, como una forma particular de hacerlo callar.

—Pero no te arrepientas después—advirtió Kaminari, con un gran destello en sus ojos.

Caminaron aún bajo la ligera luz del sol, la tonalidad del cielo anunciaba que no tardaría en esconderse. Ante ellos se encontraba el  atardecer rojizo, pero a Kirishima poco le importaba la belleza de ese paisaje, pues aquel día parecía que Kaminari había encontrado alguna clase de imán que provocaba que su mirada fuese incapaz de despegarse de aquella luz que irradiaba su existencia. Se vio a sí mismo cuestionándose el "por qué" pero no encontró una respuesta lógica, le gustaba ver aquella delgada figura caminar frente a él, riendo por toda clase de banalidades, aquel que le devolvía la mirada con una sonrisa sincera cada que lo llamaba, le gustaba más de lo que podría llegar a imaginar. No tenía manera alguna de describir aquellas sensaciones, su vocabulario no era tan extenso para acaparar todas sus emociones en una sola palabra, sentía como si toda la felicidad del mundo se encontrara frente a él, tan cerca, que con tan solo extender sus brazos podría alcanzarla.

Denki dejó de caminar, dio la vuelta y se dirigió hacia él, Kirishima se puso un poco nervioso al pensar que su amigo lo había descubierto, pensó que tal vez llegó a sentir su insistente mirada, pues sabía que lo había mirado por más tiempo del que podía ser considerado normal, se preocupó un poco, esperaba alguna pregunta incomoda, pero eso no pasó.

—¿Qué esperas? Se hace tarde idiota.— dijo el rubio en un tono desesperado, acto seguido tomó al pelirrojo del brazo y comenzó a correr —EL LOCAL DE HAMBURGUESAS CIERRA A LAS SEISSS— gritó el rubio como si fuera la mayor tragedia en el mundo, corrieron aún más rápido mientras Kirishima reía, contagiando al rubio, que comenzó a reír también, ambos se sonrojaron al pensar en lo idiotas que deberían verse en esos momentos, pero por ahora no les importaba.

Cuando llegaron a su destino se detuvieron a descansar, se encontraban bastante agitados al correr todo el trayecto a velocidad desmedida. Denki miró a Kirishima nuevamente.

—Lamento haberte hecho correr, pero esto cuenta como una emergencia.— dijo con una enorme sonrisa en los labios.

Él inmediatamente pensó que no le importaría correr un largo trayecto de nuevo, pues aquella sonrisa parecía ser la felicidad que se esforzaba en alcanzar.

Muy en el fondo de su corazón ya lo sabía, sus pensamientos siempre estuvieron en lo cierto...

Definitivamente el sol no podía compararse siquiera a la brillante luz que era Denki, pues con una sonrisa radiante podía iluminar hasta el rincón más oscuro de cualquier corazón, él descubrió ese secreto aquella tarde.

Kaminari Denki es mucho más brillante que el sol, pensó guardando esas palabras para sí mismo, esperaba que los latidos de su corazón no delataran los pensamientos que se esforzaban en salir y ser gritados al mundo, a aquel oscuro mundo, quería gritarle lo hermoso que su amigo era y jactarse de la vida al saberse el primero en notarlo.

Brillante como el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora