Capítulo 6.- Pesadilla.

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Iba camino a mi casa en el coche, sentado al lado de Allison, mientras su papá conducía, resulta que cuando Anastasia gritó que estábamos tomados de la mano, su papá no escuchó por estar hablado con mi mamá y la mama de ella solo dijo: "Tranquilos chicos, si quieren tomarse de la mano háganlo después, ahora vamos a cenar" lo cual hizo enojar aún más a Anastasia.
Llegamos a mi casa, bajé del coche, me despedí de su papá formalmente, y de Allison, le di un beso en la mejilla y cerré la puerta, ella bajó la ventana y me grito "Cuídate Ale" mientras su papá conducía. Me di la vuelta y entré a mi casa, mi mamá jugaba ajedrez con mi hermana, con café y galletas de avena al lado, mientras papá estaba sentado en la cocina hablando con un hombre de su trabajo mientras un montón de papeles y carpetas tapizaban la mesa, se veía cansado, me senté en el sillón principal a ver jugar a Abril, saque mi celular y vi que el profesor de clases me mando el cuadro comparativo que dejó de tarea por email, me levanté tome una pieza blanca de Abril, el alfil, y lo moví 3 espacios hacia la derecha.
- Jaque mate- le dije a mi mamá y caminé hacia mi habitación.
- Es mi turno cariño- escuché a mi mamá dirigiéndose a mi papá y desde las escaleras vi que mi papa se levantó de la mesa donde estaba trabajando y mi mamá se sentó, se puso sus anteojos y se puso a observar las hojas. Mi papa se acostó en el sillón y se quedó dormido y Abril se dedicó hacer su tarea escuchando música, y yo subí hasta mi cuarto.
Entré y cerré la puerta, puse música en mi celular y lo arroje a la cama, ma recosté un poco y cerré los ojos, con las manos juntas en el estomago medité acerca de mis tareas de la próxima semana y sobre el examen de mañana, unos segundos después alguien llamó a la puerta, bajé un poco la música y me levanté a abrir, grité un par de veces que quien era pero nadie contestaba, gire el pomo y vi frente a mi cuarto una silueta delgada y despeinada que me miraba. Un segundo más tarde se abalanzó sobre mí y antes de darme cuenta me besó. Me quedé inmóvil unos 10 segundos, sentía como sus labios se movían en los míos y como suavemente jugaba con mi cabello mientras lo hacía. Luego se separó y me miró profundamente a los ojos, se sentó en mi cintura, cerca de mi entrepierna y la escuche hablar, hasta ese punto no sabía quién era, la habitación estaba oscura y estaba algo aturdido. Tenía mis hipótesis.
- ...Anastasia- dije lentamente, siendo esta la opción de la que más seguro estaba.
Pero ella no contesto, se quedó inmóvil, luego comenzó a llorar, pero no gemía, solo las lágrimas caían cobre mi cuello ¿Me había equivocado?
De pronto se levantó, se limpió los ojos con la manga de su camisa y corrió hasta la ventana, por donde lentamente se deslizó. Asustado corrí hacia dónde ella, pudo haberse caído, pero al sacar la cabeza por la ventana no la vi más, solo desapareció, se esfumó, no estaba en el piso ni tampoco la vi correr. Confundido y con frío, cerré la ventana y las cortinas, me quite la camisa y descalzo caminé hasta mi cama, donde me recosté, me cubrí con una delgada mantra y caí en un profundo sueño. Pero era un sueño aterrador, en él estaba Anastasia sentada en una silla, que a la vez del lado opuesto estaba Abril también sentada. Las dos esposadas y atadas de los pies, luego un hombre se acerca a Anastasia por el frente, le apunta con una pistola a la cabeza y dispara, al instante el hombre se va y desaparece, las esposas se rompen, Anastasia cae muerta al piso, Abril se libera sana y salva. Ella se levanta y corre hacia mi, me abraza fuerte y después me dice: "Alejandro, hermano, despierta" y ahí termina el sueño, me doy cuenta que es hora de ir a clases, y que Abril si estaba ahí despertándome de esa horrible pesadilla.
- ¿Qué te pasa?- preguntó ella- Estas sudando, además te dormiste sin playera, con esta pequeña manta.
- Estaba cansado- le dije yo- solo quería subir y dormir.
- Pues ponte algo ya, te vas a resfriar.
- ¿Qué hora es?
- Las siete y cuarto, cámbiate ya.
Salió de mi habitación de puntitas, ya que estaba descalza. Y comencé a cambiarme, los pantalones negros, me puse los incómodos zapatos del mismo color y la camisa, abroche los botones, me mentí la camisa en el pantalón, me puse un cinturón gris, subí el cuello de la camisa y coloque ahí la corbata, al hacer eso abril entro cambiada con su uniforme, dos coletas decoraban su cabeza y llevaba su mochila al hombro.
- ¿Necesitas ayuda con eso?- preguntó y se me acercó.
- Por favor- le dije y tomó cada extremo de la corbata.
Hizo los nudos y la dejo impecable, bajó el cuello de mi camisa y sonrió mientras me miraba.
- Listo- dijo ella.
- Gracias- le contesté, tome el saco de el sillón de descanso y me lo puse.
- ¿Y qué harás hoy hermano?- me volvió a preguntar Abril, tomó los botones y abrochó uno a uno todos ellos.
- No lo se, quizá vaya a la casa de Anastasia una ves más, pero...- y me detuve analizando la situación, ciertamente si fue ella la que vino anoche a mi cuarto y se fue llorando de esa manera entonces supongo que no estará contenta ni mucho menos cómoda si voy hasta su casa, y lo último que quiero es incomodarla- ¿Sabes que?- continúe- no saldré a ningún sitio, ¿quieres que tú y yo salgamos a dar una vuelta por ahí?
- Por supuesto- contestó muy animada- me muero de ganas por salir contigo alguna vez, tener una fraternal cena en algún lugar lujoso e ir de compras, te ves muy fachoso últimamente hermano, te compraré algo de ropa en una tienda para hombres.
- Claro, supongo que salir así de vez en cuando es lo correcto.
- Muy bien, ahora vámonos, que se hará tarde.

La tormenta de AlejandroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora