¿Volvieron?

470 7 0
                                    

a Ivan corriendo a mi espalda para acercarse a mi. Hace un rato lo habia visto con Amalia, su ex y ahora nuevamente novia según me pude enterar, ya que el muy mal amigo no me contó.

Hey! ¡Nat! ¿donde vas? quedamos en que saldríamos al cine ¿Recuerdas? -preguntó sonriente -. Vamos, no tienes que irte a casa.

-No te preocupes, mejor ve con tu novia -dije sobando malhumorada -. No creo que necesiten mi presencia.

Ivan apretó los labios y me miro de pies a cabeza lentamente como si estuviera examinándome detalladamente.

-¿Quien te ha dicho? Quería decírtelo yo pero... -no terminó lo que estaba diciendo porque lo interrumpí-

-¡Da igual quien me halla dicho, no puedo creer que no me contaras! -grité liberando las lágrimas que se habían apoderado de mis ojos -. Contéstame algo -suspiré- ¿Me utilizaste para darle celos? ¿Por eso te habías acercado mas a mi?

-No -soltó de manera tan rápida que su mentira se hizo mas evidente-

-Eso creí -limpié mis lágrimas, las que aún continuaban saliendo de mis ojos y voltié sobre mis talones para continuar con mi camino.

Ivan se había quedado pegado al suelo, tal como había imaginado, no sé si se quedó ahí mirando que me marchaba porque le había dolido lo que le dijo de una u otra forma, o porque sabía que yo tenia la razón.

Al llegar a mi casa y notar que no había nadie, subí corriendo hasta mi habitación y cerré la puerta dando un portaso, resbalé mi cuerpo hasta llegar al suelo y rodee mis piernas con mis brazos, y lloré hasta no poder. Lo que dolió no era el simple hecho de que volviera con ella -lo cuál si me dolía porque... me gustaba mi mejor amigo- sino que me allá utilizado para darle celos a esa huequita.

Un sonido como si alguien soltera retumbó entre las paredes de mi habitación, levanté mi cabeza y ahí estaba el perfectamente parado.

Su cabello rubio, lijeramente levantado, se veía más rubio aun, sus ojos verdes miraban detalladamente mi rostros hasta que su vista se detuvo en mis labios.

Se arrodillo al frente mio y con su pulgar recorrió mi dedo para secar mis lágrima, pero una fuerte corriente eléctrica recorrió mi cuarto de una manera tan dolorosa pero no me moví, al parecer Ivan había sentido lo mismo que yo, porque saco su mano repentinamente y levantándose,  sacudió su mano con una expresión de dolor en su rostro. Sin embargo, volvió a arrodillarse y trató de limpiar mis lágrimas que aún caían, esta vez aun que su tacto provocó una corriente nuevamente, esta vez fue algo mas soportable.

Yo no quiero ser solo tu amiga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora