"-Vamos, rápido Clarisse, no tenemos todo el día, nos están pisando los talones. – Le dije yo mientras recogía mis últimas cosas y cerraba mi pequeña maleta de mano.
-No me habías dicho Clarisse desde el día que nos conocimos y lo detesto, dime Clair. – Exigió ella haciendo un gesto de molestia con su nariz, se veía adorable y las ganas de besarla en ese instante me carcomían pero no lo hice, tristemente no teníamos tiempo de besarnos, y francamente tenía miedo de besarla.
La idea de besarla no era lo que me daba miedo, la idea de que ese fuera nuestro último beso era lo que me aterraba terriblemente.
-Clarisse recoge tus cosas ahora, no estoy jugando. – Respondí yo manteniendo mi postura firme, a lo que ella se tumbó en la cama que yo acababa de tender.
-Pues yo si lo estoy, hasta que no me llames Clair, no haré nada de lo que me digas. - Me retó.
Como le encantaba retarme.
Realmente no me costaba tanto cumplir sus deseos pero algo me lo impedía, en ese momento no sabía que era pero ese algo me impedía llamarla como solo yo lo hacía, ese algo me impedía besarla, ese algo me impedía acariciarla y ese maldito sentimiento era lo que me impedía amarla como yo solía hacerlo.
-¡Maldito infierno Clarisse, esto es serio! Recoge tus cosas o tendré que cargarte y meterte a la fuerza en el auto. – Le contesté levantándole la voz, pensé que reaccionaría, que recogería sus cosas, pero no lo hizo, simplemente se levantó de la cama dejándola destendida, se acercó hacia mí y se paró de puntillas para recostar su barbilla en mi hombro y suavemente pasó su lengua por el borde de mi cara.
En ese momento, todo lo que impedía que la desnudara y le hiciera el amor, desapareció completamente.
-No nos pasará nada, nunca vamos a separarnos. – Me susurró en el cuello mientras le daba la vuelta a mi cuerpo hasta quedar frente a mis ojos.
-Nunca pequeña, nunca. –le susurré yo de vuelta antes de plantarle un beso en sus labios, como era de esperarse, su lengua se adentro de mi boca abierta y la exploró por completo.
Levante su frágil y delicado cuerpo con ambos brazos y la llevé hacia la cama donde la coloque suavemente antes de subirme encima de ella, de un instante al otro su vestido negro estaba en el piso junto con mis pantalones, lentamente la despoje de las piezas restantes que adornaban su cuerpo y me fundí con ella, encajados a la perfección mientras nuestros corazones conectados latían al mismo ritmo.
Si tan solo hubiera sabido que esa iba a ser nuestra última noche juntos, la hubiera tocado de otras maneras, si tan solo lo hubiera sabido, todo sería diferente.
Pero para ese preciso momento, no lo sabía."
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Fluorescent Adolescent.
Novela Juvenil"-Ella iluminaba mi mundo, sus cabellos azules que volaban en el viento y se confundían con el verdadero cielo le devolvían la luz a mis tristes ojos, era más que hermosa, era perfecta, era el experimento de Dios, algo nunca visto antes, perfección...