El comienzo.

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Mirame a los ojos y dime,
Que no sientes lo mismo que yo,
No te atrevas a mentirme,
Lastimarás a este pobre corazón.

Tenía la mirada fija en su ventana, esperando pacientemente a que ella se asomara a través de ella unos minutos. Adoraba ver su belleza, sus ojos cafés eran los más hermosos que alguna vez haya visto y que sin duda, me dejaban sin palabras cada vez que los veía.

Era gracioso como yo, Lauren Jauregui, estuviese perdidamente enamorada de una chica tan perfecta como lo era Camila Cabello. Con su perfecto cabello castaño y su hermosa sonrisa, sin duda, todo en Camila era perfecto. Ciertamente, me tenia babeando por ella y lo más doloroso es que ella no lo notaba.

Yo era como un perro faldero, siempre detrás de ella. Primero Camila, después los demás. Mani me decía que me estaba haciendo daño yo misma imaginando que Camila podría corresponder mis sentimientos.

Aunque me molestara con mi mejor amiga, ella tenía razón. Camila jamás se fijaría en mi. Cada vez que veía a Camila, mi corazón se aceleraba de una manera indescriptible y las mariposas no dejaban de revolotear en mi estómago.

Tus ojos cafés,
Reflejan la dulzura de tu alma,
¿Por qué no puedes mirarme,
Como si vieses en mi una galaxia?

Camila asomó la cabeza por la ventana y me miró, contuve el aliento al verla. Estaba tan hermosa como siempre.

-Hey, Lauren -me saludó con dulzura, volví a respirar y le Sonreí.

-Hola, Camila -saludé tímidamente y agache la cabeza, estaba completamente sonrojada.

-¿Quieres venir un rato? Podemos ver una película -la castaña extendió su mano y sin dudarlo la tomé. Su tacto era lo mejor del mundo, era como tocar la seda más suave que alguna vez encontrarías.

-Claro, siempre voy a querer si eres tú -lo último lo dije en un susurro apenas audible, de manera que ella no pudiese escucharme.

-¿Eh? -me miró confundida y yo sólo negué con la cabeza. A veces olvidaba que ella podría escucharme en cualquier momento.

Ojos cafés que me quitan el sueño,
Ojos cafés que poco a poco me van hundiendo,
Ojos cafés que me miran expectantes,
Ojos cafés que me distraen.

Dios, sus ojos eran como ver infinidades de colores, tan llamativos y hermosos. Eran como el café en una mañana fría, tan cálidos y familiares. Había pasado noches en vela sólo pensando en ellos, sólo pensando en ella.

-¿Podemos ver "Diario de una pasión"? -Preguntó Camila, sacandome de mis pensamientos, estos siempre estaban basados en ella.

-Pero si ya la hemos visto miles de veces, Camz -me quejé, aunque sabía que no podría negarle nada a la morena que estaba parada justo frente a mi. Tan cerca, tan lejos. Ella me miró con un puchero, poniendo los ojos de cachorro perdido que tanto amaba y que ella sabía, eran mi debilidad.- Bien, tú ganas Cabello -suspiré resignada, ella siempre ganaba.

Camila aplaudió victoriosa mientras que yo reprimía las ganas de besarla.

-Gracias, Lolo -se acercó y me dio un beso en la mejilla. Para ella sólo era una simple acción pero yo sólo quería que se detuviera el tiempo y poder apreciar tanto como pudiese este momento.

Ella se separó y colocó la película, acostándose en la cama. Yo me acerqué y me acosté a su lado, con la espalda apoyada en la cabecera de la cama. Camila inmediatamente apoyó su cabeza en mi hombro.

Ojos cafés - Camren one shot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora