1. Psicólogos muertos.

13.1K 688 135
                                    

Habitación 116.

Mi nueva paciente se encontraba al otro lado de esa puerta.

Esperándome para la primera consulta que tendríamos. Ella no era una paciente... ¿Normal? No lo sé. No podría asegurar que ninguno de mis antiguos pacientes fuesen normales.

Pero sí que tenía algo distinto a los demás, algo que yo sabía que me mantendría entre el miedo y la curiosidad.

Valeria había tenido ya siete psicólogos.

Todos murieron.

Ella no los había matado, aunque sí de manera indirecta. La verdad es que esos siete psicólogos se habían suicidado.

Todos.

Nadie había logrado saber qué pasó en aquellas consultas, o en las mentes de aquellos psicólogos, pero todos habían caído en el suicidio de manera repentina al empezar a tratar con ella.

Esperaba averiguar qué había pasado con ellos, pero sobretodo, esperaba saber qué había pasado con Valeria.

Respiré de manera pesada y abrí la puerta.

Encontré a una chica de pelo castaño claro, con una camisa de fuerza, sentada en su camilla y mirando al suelo.

Nada más entré subió la cabeza. Tenía unos ojos de color verde apagado. Me miró durante menos de un segundo y luego sonrió.

Juraría que vi esa sonrisa, pero realmente no estoy seguro, pues duró demasiado poco. Antes de que pudiera darme cuenta de que había sonreído, ya había vuelto a bajar la cabeza.

- Buenas tardes. - dijo sin dejar de mirar al suelo. Su voz parecía quebrada.

- Buenas tardes, Valeria.

Fui con cuidado hacia ella, pero con paso decidido. Me senté en la silla que había al lado de su camilla.

Había hecho eso mil veces, pero la verdad es que esta vez, tenía miedo de dar un paso en falso. Pues sabía que podía acabar muy mal.

- Bien, creo que empezaremos por lo básico. Me llamo Will, y seré tu psicólogo por... Bastante tiempo, supongo.

- Eso espero.

¿A qué se refería? Apunté aquello en mi cuaderno. No sabía qué podría servir y qué no, así que quería apuntar prácticamente cada una de sus frases.

- Bien, ahora dime; ¿Quién fue tu primer psicólogo? - pregunté moviendo el lápiz entre mis dedos.

La verdad es que ya sabía la respuesta, pues la había estudiado muy afondo. Tenía apuntado en mi cuaderno el nombre de todos los psicólogos que la habían tratado.

Pero era distinto estudiar datos que te han pasado desde sitios que prácticamente ni conoces y estudiarla a ella, teniéndola delante tuyo, estudiar sus reacciones. Estudiarla.

- La verdad es que ni siquiera recuerdo su nombre. De eso hace ya seis años. - dijo aún mirando al suelo.

Valeria tenía 19 años. Lo que quería decir que llevaba desde los trece años yendo de manicomio en manicomio.

- ¿Nunca te han dicho que es de mala educación no mirar a las personas cuando te están hablando? - pregunté algo molesto.

- ¿Y a usted no le han dicho que es de mala educación judgar a las personas sin conocerlas?

- Te conozco más de lo que crees.

- Saber de mí no es conocerme.

Iba a decir algo, pero realmente, ¿qué diría? Tenía razón, la verdad es que debía ser frustrante que todos te tacharan de loca sin siquiera haberte dirigido la palabra.

- Tienes razón. - reconocí y la habitación 116 se quedó en silencio los 10 minutos restantes de sesión.

¿Qué había pasado? Debería haber seguido preguntando, pero me quedé en blanco. Eso nunca me había pasado.

Y ahora tenía demasiada curiosidad por conocer a Valeria. Por conocerla bien.

Ataraxia: Psicología de un suicidio. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora