Ser adulto es depresivo

4.9K 353 151
                                    

—¿Nada más?

—Qué quieres, ¿que llore? —soltó una carcajada —no te vas a morir, o eso espero. Sólo dejarás la ciudad.

—Sí, pero... —de verdad le indignaba la frialdad de su madre —corta una cebolla o algo. Debes llorar o yo lloro y no me voy nada.

Y él literalmente se tiró al suelo para mostrar su punto, empezando así un berrinche digno de la persona no-adulta que quería ser.

—Jisung, te diré esto con delicadeza —su mamá inhaló. Desde ese instante Jisung supo que delicadeza era lo último que iba a tener —no te voy a dejar quedar por más tonto berrinche que me hagas, así que pon tu trasero en el auto, conduce unas largas horas y anda a la universidad que ya estás grande. Adios cariño, hasta las vacaciones.

Silencio. El regañado adulto joven frunció el ceñó indignado, al ver que nada surgía efecto bufó molesto, abrió el cierre de su chaqueta porque todo el drama ya le había acalorado y caminó hasta el auto resignado.

—Si muero de soledad no digas que no te lo advertí —cerró la puerta con fuerza una vez dentro.

—Consigue un perro —le dijo desde la otra ventana sonriendo e intentando de alguna forma transmitirle algo de positivismo.

—Tendría que sacarlo a pasear —su sonrisa disminuyó.

—Un gato.

—De seguro olvido alimentarlo como con los peces.

—Una novia o novio que sea capaz de alimentarse solo.

—No quiero arriesgarme de más desde la última loca que me salió cuando intenté probar la bisexualidad.

—Una maldita roca entonces —le dijo ya yendo a la casa.

—¡¿Ni un abrazo, madre?! —gritó para que le escuché hasta su lugar, esta se encogió de hombros sin siquiera voltear a mirarle.

¿Qué es lo que le sigue a indignado? Bueno, así se siente ahora mismo. Realmente no sabe qué tanto esperaba de su madre. Se negaba a irse pero su señora madre lo dejaba imposible.

Pensó unos segundos, ¿qué podía hacer para persuadirla? De verdad no quiere ir a otra ciudad a independizarse y toda la cosa que los demás mueren por hacer. Es cierto que él escogió la universidad y todo; sin embargo, no le emociona dejar la seguridad de su casa, de su mamá y de su vida en general.

Desde los quince años estuvo analizando la vida de los adultos llegando así sólo a conclusiones deprimentes; además, la única persona con la que siente esto podría cambiar está al otro lado del océano con una pareja que sabe cantar como un ángel y huele a perfume con pollo frito. (No literalmente, pero tiene una afición por el pollo frito desde que lo conoce.)

Estúpido chico pollo.

Automáticamente frunció el entrecejo. Debe dejar de analizar innecesariamente las cosas. Arrancó, acabando por desistir sobre quedarse. Si no lo logró en los últimos dos meses, diciéndole de todos lo peligros que corría por ser una chico que viviría solo y su mamá repitiéndo que debía convertirse en un hombre maduro hecho y derecho que se haga repetar, menos lo iba a lograr en dos minutos con todas las maletas en el auto, inscrito en la universidad y con un apartamento ya rentado.

Se supone que pisar el acelerador era el primer paso para su nueva y solitaria vida de adulto. Y sí, su auto era automático ya que su cerebro no llegó a desarrollarse lo suficiente como para no confundir los cambios y se le apagaba cada dos por tres.

Jisung calcula que lleva dos minutos siendo adulto.

—Muy bien, no está tan mal —susurró para si mismo.

No se queja, pero faltan unas cuantas horas de viaje hasta Seúl.
Es a la segunda hora cuando para a hacer sus necesidades en una gasolinera. A la tercera cuando la lista de reproducción en su teléfono le traicionó y en todo su auto sonó La vie en rose recordándole que debía borrar esa jodida canción si no quiere acabar suicidándose en sus siguientes días de vida adulta.
Ya a la cuarta cuando tuvo tantas dudas y pensamientos malos en su cabeza que necesitó parar. Se quedó ahí estacionado en medio de la carretera, dejó caer su cabeza sobre el volante, y luego de unos quince minutos que se tomó llegó a una conclusión que escapó de sus labios casi como un grito.

—Ay por Dios, necesito algún amigo o enloqueceré en ese apartamento.

Lleva a penas unas horas en ese auto y jura que se siente más miserable de lo normal. ¡Incluso más de lo que es normalmente más!

Okay, debe considerar posibilidades.
Eliminando desde el inicio a su mamá, Chan por el chico pollo y su historia, su hermana porque lo odia y... no sé, ¿sus muchos peces muertos a lo largo de los años? No tiene amigos.

Ni uno.
¡Ni unito!

—Chan... —lloriqueó —¡por qué te fuiste con ese estúpido chico todo perfecto! —y acabó golpeando su cabeza contra el volante —¡yo sé que va a engordar de tanto pollo que será igual a uno!

Mentira, su hyung y ese chico amaban el ejercicio. Frustrado, siguió golpeandose contra el volante. Cada golpe, un pitido. Cuando ya le dolió mucho, paró.

—No Jisung, debes ser objetivo. No va a ser imposible conseguir amigos —quizá ser positivo le serviría.

Él es bueno, guapo y agradable. No será tan difícil, ¿verdad? O le gustaría que esa fuera de la realidad, porque es todo lo contrario.
Jisung es sarcástico y exageradamente directo, su estilo de vestir es nada serio que parece un chico de secundaria aún, y bueno, con unos cuantos tatuajes pequeñitos por aquí y allá.

No es feo ni se considera así, muchas chicas se interesan en él por su aniñada apariencia pero acaban alejándose cuando descubren que es gay. Los hombres por otro lado la mayoría de veces se le alejaban por la creencia de que se iba a enamorar de ellos y esas vainas homófobicas de nivel neandertal. Se creen el último chocolate en la caja como para que Jisung se ande enamorando de su horrible existencia.

—... puede que aparezca un nuevo Chan — automáticamentese rió por tal estupidez. Necesita superarlo a él y al chico pollo. También necesita dejar de decirle chico pollo.

Su teléfono se encendió, una videollamada de esa personita llegó en momento inoportuno, no contestó porque no tenía ganas de ver al chico poll... perdón, Woojin, junto a él.

Miró la pantalla hasta que se volvió a oscurecer, aún así esperó unos segundos para encenderlo. Tres llamadas perdidas, sólo que eso no llamó tanto su atención, en su lugar lo hizo el fondo de pantalla que tenía, un fondo que escogió de Internet y ya, pero que ahora le dio una idea increíblemente tonta.

Al menos no es una roca.

—Un cactus —murmuró —creo que ni yo puedo matar un cactus... por el contrario, quizá el cactus pueda matarme.

:

Ideas brgas :D
TERCERA VEZ QUE CAMBIO LOS GUIONES, NO ME LA PELES MÁS WATTPAD

Tengan hermoso día ♡

Changbin; JilixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora