Changbin; Jilix

Interés

—No creo que Changbin apruebe esto.

—Changbin no está aquí.

—¡Pero me voy a comer a alguien de su familia!

—¡Es un primo lejano y enorme, no le importará! —Jisung se lo quedó mirando. No iba a comerse eso de ninguna manera.

—No lo haré, Lix. —Felix parecía un cachorrito molesto.

—¿En serio?

—Sí.

—Te lo pierdes —le sacó la lengua y continuó comiendo su nopal. Jisung lo miró con desaprobación. 

—Lo escucho gritar —susurró cuando Felix estaba masticando, el castaño dejó caer el cubierto y lo miró mal.

—¡Hey! —Jisung se hizo el desentendido, él miró su plato. Bien, Jisung gana —está bien, ya no lo comeré ¿feliz? —y automáticamente obtuvo una sonrisa. 

—Mucho, gracias.

—Buu...—hizo un puchero y miró el plato de tacos que su amigo había pedido —y me vas a dar de tus tacos —sin rechistar el plato fue puesto en frente suyo.

—Ahora, escuchame por favor —Felix lo miró mientras comía.

O sea, están en un restaurante mexicano a una hora de su casa y no iba a desaprovechar nada.

—Quiero que seas mi novio —así como si nada lo soltó, su amigo lo miró en silencio y tranquilo mientras masticaba, luego puso una mano delante de su boca para que no la viera al hablar. No quería ser víctima de un perejil o algo entre los dientes.

—Tú si que no me dejas comer en paz. —Felix movió sus pies como niño en berrinche, Jisung se indignó.

—Oye, voy a llorar por tu frialdad.

—¡Es que sé que no es en serio! —ya se estaba inspirando para llorarle —explícame al menos antes de tu drama.

—Bueno, en una semana es la boda de Chan y ya que no tengo novio y eres el único chico que actualmente me gusta te lo digo. Eres tú o deberé cambiar la identidad a Changbin y ponerle traje porque no quiero llegar a la boda de mi ex siendo un penoso soltero mientras él se casa con su príncipe que no se alcanza a ver los cuernos —Felix pareció pensarlo unos segundos.

—Pero...¿no eres eso? —sonrió como si no hubiera dicho nada malo, el mayor le miró mal —eres soltero y vas a ir a la boda de tu ex con... —antes de que siguiera diciéndole la triste verdad de su bolso sacó la invitación a la boda.

—Es en Irlanda y pagaré hasta el agua que bebas. —Felix abrió la perfecta y elegante invitación que estaba toda en inglés y sí, decía Irlanda. Delicadamente la cerró  mientras lo miraba sonriente.

—Por eso digo que acepto.

—Sabía que me amabas. —el miró para otro lado mientras hacía un puchero.

—Interés Jisunnie, interés.