Sabía que estaban enamorados pero también sabía que eran demasiado inseguros y algo temerosos como para dar el primer paso. No tenía mucho que hacer, debía ayudarlos.
[AkaFuri]
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Mayuzumi caminaba con prisas para llegar a la clase de Deportes. Se había distraído con una nueva novela en la azotea, como de costumbre, olvidandose por completo de que estaba en el instituto y por consecuencia tenía clases a las que asistir. A pesar de querer apresurarse un poco más, la pereza no se lo permitió haciendo que llegase con quince minutos de atraso. Para su buena suerte nadie lo notó.
Su profesor estaba armando equipos para una carrera en circuito mientras él observaba hacia las pistas más lejanas donde se encontraban los estudiantes de primero. Logró divisar a Akashi cruzando la línea de meta antes que sus demás compañeros ganando aquella carrera. También se encontró con el chico nuevo; Furihata Kouki era bastante torpe y era peor teniendo tantas miradas sobre él. Suspiró sintiendo pena por el castaño pero reconocía que se esforzaba.
—¿Todos listos? —habló el profesor y Mayuzumi le recordó su existencia parandose a su lado y diciendo "Falto yo, señor" —Oh, Mayuzumi-kun ¿cuándo llegaste?
—Estuve aquí todo el tiempo. —respondió pareciendo inexpresivo por fuera, pero por dentro sonreía malicioso.
—Oh, lo lamento. —aclaró su garganta —Ve con Fuji-kun y Hazehaya-kun.
El peliplateado asintió y se dirigió junto a sus compañeros para formar equipo. Observó una vez más a los de primer año antes de concentrarse en lo suyo.
Definitivamente, había algo en el aire que lo inquietaba.
( .. . )
Al finalizar las clases curriculares, Mayuzumi emprendió su viaje hacia el gimnasio para comenzar la práctica de baloncesto. Calculó mentalmente el tiempo que tardaría en llegar y decidió aligerar el paso, pues no llegaba tarde como otras veces.
Al doblar al final del pasillo sintió como de la nada un cuerpo colisionó contra el suyo provocando que cayera de espaldas, llevándose consigo a aquella persona.
—¡Lo siento, no estaba viendo por donde...! —el chico alzó su vista encontrándose con los inexpresivos y grisaseos ojos de Mayuzumi —¡Ah! ¡Mayuzumi-san, lo lamento!
Mayuzumi suspiró quitandoselo de encima.
—Tranquilo, fue un accidente.
Furihata asintió aún sorprendido por el impacto y, al parecer, por haberse cruzado con esa persona. El de cabellos grises no entendía del todo su reacción tan asustadiza, sin embargo, optó por ayudarlo a calmarse en lugar de ignorarlo y continuar su camino.
