Capítulo 1. "El primer día de clase"

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-¡Hola chicas!-exclamo al llegar a la puerta del instituto, donde el resto de mis amigas me esperaban

Me limito a saludar con dos besos a cada una e inspeccioné el terreno

El "terreno" consistía en la entrada llena de alumnos. Entre ellos pude divisar a unos cuantos que no conocía

-Nadie de provecho -puse los ojos en blanco y me dirigí junto con los demás a nuestra nueva clase-

-Este curso va a ser un asco, han entrado un montón de frikis -dice Natalia poniendo una mueca de asco-

-Los he visto antes... -murmuro- Mientras no me dirijan la palabra

Natalia, Cristina (mis dos mejores amigas) y yo entramos en la clase. Los que ya estaban dentro miraron hacia la puerta y, rápidamente, se intentaron escabullir haciendo cosas como revisar los libros, escribir algo, etc. Lo cuál era una tontería, ya que solo era el primer día de clase

Me senté en la penúltima fila junto con Natalia, mientras que Cristina se sentó una fila más atrás

De repente, un hombre alto, de pelo negro y gafas entró por la puerta. Resoplé al darme cuenta de que no era un alumno, era un profesor

-¡Buenos días a todos! Soy vuestro nuevo tutor, y podéis llamarme don Antonio

No pude evitar reírme. ¡Por favor, si estamos en pleno siglo 21! ¿De verdad pretende que le llamemos DON?

-Este es un gilipollas -digo flojito y Natalia se ríe, demasiado fuerte, al parecer-

-¿De qué se ríen ustedes? -al parecer, el profesor se dió cuenta-

-De nada -respondo cruzándome de brazos-

-Muy bien. Señoritas... -consultó una libreta que tenía- Alba García y Natalia Pérez, las quiero separadas

Sentó a Natalia junto a Rodrigo. Ella no puso pegas, ya que a ella le gustaba desde hace tiempo, y compartir tiempo con él sería un puntazo.

Sin embargo, a mí, me sentó junto a un chico que no conocía. Lo miré unos instantes. Es moreno, con los ojos marrón miel y el pelo rizado, algo alborotado

-Hola, soy... -fue a saludarme, pero, al ver la mirada asesina que le lanzé se calló-

Las clases transcurrieron aburridas. El chico, el cual aún no sé su nombre, ha hecho ya varios intentos de hablar conmigo, los cuales han acabado en fracaso

-¿Qué tal con tu Rodrigo?-Cristina le guiñó un ojo a Natalia mientras salimos al recreo-

-Bah, normal -se ruborizó ella- ¿Y qué tal ese chico nue...?

Justo cuando Natalia iba a acabar la frase escuchamos a una voz conocida que nos llamaba

-¿Jorge?-dije dándome la vuelta y dándole un abrazo

Okay, ahora me toca a mi este tema. Jorge y yo salimos un total de 10 veces el año pasado. Era una relación muy inestable, pero nos gustábamos, así que éramos como un rollo constante.
En realidad, aún lo seguimos siendo

-Hey, nena -sonríe- Hola, chicas -saluda a las demás-

Me agarró de la cintura, un poco más abajo, bueno, no, estaba literalmente tocándome el culo. Pero, teniendo en cuenta "la relación" que tenemos, no dije nada

Pasamos el recreo con él y sus amigos, pero al final de la media hora que nos dejaban de descanso, Jorge se acercó a mi y me apartó de los demás

-¿Esta tarde puedes venir a mi casa?-me preguntó

Mierda. Todos sabemos como va a acabar eso. La verdad, es que no tengo muchas ganas. Tendré que decirle que sí, e intentaré controlarlo esta tarde

Sonó la sirena y todos los alumnos se apresuraron a entrar en las clases. Al entrar en la mía y sentarme en mi sitio, miré un segundo a mi compañero de sitio y me fijé en que tenía el labio roto. Muy bien. ¿Ya se había peleado? ¿En su primer día de clase? Me contení las ganas de preguntarle que le había pasado

Las clases con en nuevo profesor pasaron normales, hasta que tuvo que decir esto:
-Bien, para que empezáis a conoceros mejor este curso, os mandaré un trabajo inicial que haréis por parejas -miré instintivamente a Natalia y a Cristina. El profesor me miró- Será con vuestro compañero de sitio -suspiré al oír eso- El trabajo consistirá en resolver este problema

Mientras él escribía en la pizarra un problema larguísimo, los demás tuvimos que copiarlo en nuestros cuadernos

-¿Para cuándo hay que entregarlo? -preguntó alguien-

-Para pasado mañana, pero debido a la dificultad del problema, os aconsejo no dejarlo para mañana -responde el profesor- Os dejo 5 minutos antes de que acaben las clases para organizaros

Guardé los libros y me crucé de brazos. Perfecto, ahora tendría que quedar con el niño este y dejar plantado a Jorge. Bueno, en realidad, es una buena excusa. Me estoy empezando a hartar de él

-¿Esta tarde en mi casa?-me preguntó el chico de ojos miel-

-No sé donde vives -le informé, aunque era obvio-

Sacó mi agenda de nuevo y apuntó una dirección

-A las seis, no tardes o no te abriré la puerta

"Nada Es Lo Que Parece".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora