[OSOMATSU-SAN/OSOKARA]- El chico de la habitación blanca.

Capitulo 1

"1....2....3.....¡despejen!"

Un dolor intenso se apodero de su pecho, la sensación de pequeños choques eléctricos le hacían sentir un cosquilleo por todo su cuerpo. Voces resonaban por su cabeza, y otra vez esa indudable sensación de sentirse perdido lo embriagaba por completo.

Sintió su cuerpo impulsarse hacia arriba, su espalda arqueándose  en un arco reflejo al sentir el contacto de esa opresión de metal sobre su roto pecho, la frialdad que emanaba de este le acompaño junto con el repiqueteo del aparato.

El vibrar de sus tímpanos lograron dar forma a esos sonidos inciertos, las voces extrañas se juntaron creando una sola palabra, que de alguna forma u otra, jamás podría olvidar.

"¡Karamatsu!"

su nombre retumbo en su cabeza, abriéndose paso por cada zona de su confundido y cansado cerebro, las voces de sus hermanos repetían una y otra vez su nombre, recordandole indudablemente quien era; la sensación del aire inundando sus pulmones lo hizo estremecer, el aire se convertía cada vez más pesado en lo que su cuerpo luchaba desesperadamente por abrirle paso a su sistema. Sintió su cuerpo chocar con fuerza en el duro colchón y alzarse con fuerza una vez más siendo jalado por esa corriente eléctrica, lentamente los gritos de preocupación se fueron calmando por el sonido de un repiqueteo en una máquina, poco a poco el compás de esta fue lo único que se hizo presente en la habitación. Un suspiro rompió el inundable sonido de la vida.

-" Lo tenemos" - Dijo el hombre de blanco, quien dejaba con delicadeza el aparato en la mesa de metal; seguido de cansado movimiento por limpiarse las gruesas gotas de sudor de su frente descubierta. Karamtsu Sintió sus pupilas dilatarse por una luz cegadora y las ásperas manos del hombre abriendo sus párpados con delicadeza. - "parece estar respondiendo correctamente"-

El doctor Colligan, un hombre bastante fornido para estar en sus 45 años, se podía apreciar perfectamente la presencia de los años, sin embargo, se notaba que en su juventud fue un hombre bastante atractivo. Aclarando su garganta de manera lastimosa volteo a ver a los 5 hermanos que lo veían con indudable preocupación y temor por la fría ventana de cristal que los separaba de la habitación.
Suspiro una vez más y regreso su atención al joven que momentos antes se encontraba luchando entre la vida y la muerte, vio a una enfermera que esperaba con paciencia sus siguientes acciones y finalmente posó su vista en la pequeña máquina que contaba el repiqueteo, suave y débil de su cansado corazón , el sonido de la puerta abriéndose con brusquedad lo hizo regresar a la realidad solo para encontrarse con el rostro enojado y preocupado de, al parecer, el hermano mayor de los Matsuno.

Lo observo por un momento en silencio, ignorando completamente los gritos enojados del mismo, los ojos hinchados del mayor guardaban esa pequeña muestra de su esfuerzo por ser el líder, el miedo en sus ojos brillaba como si fuera la primera vez que veían el sol y la tristeza disfrazándose con timidez de enojo se hacía presente en su voz. Vio con cierta curiosidad el orden en que los hermanos se hallaban, todos detrás del mayor, como si este fuera el indudable escudo que los protegería de lo peor.

-Señor Matsuno.- Dijo finalmente.

Observó con cierta sorpresa como su pequeña fachada se destrozaba en segundos, eso que había creído ver anteriormente como enojo y tristeza no era más que el escudo que se había hecho el mismo  para proteger lo tan aterrado que de verdad se encontraba.

Interesante. Pensó

- ...¿sí....?- lo escucho responder en un susurro.

Escogiendo suavemente sus palabras, finalmente rompió el pesado silencio que había embriagado la habitación. - Su hermano, señor Matsuno, está bien, se encuentra bien - escucho, cómo el pequeño ensayo de una orquesta, el suspiro de alivio de los cinco, siguió hablando con suavidad - Independientemente de ello, creo formidable que el joven Matsuno esté bajo cuidado unos días más, para mantener en observación su estado, al igual que...el principal detonante de su ataque cardíaco. Espero entiendan que mi motivo no es asustarlos, pero creo importante que conozcan lo delicado que este tema puede llegar a ser.