Trabajo.

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A veces pensamos que no somos lo suficientemente buenos en hacer un trabajo. Claro, hay de haber muchas otras personas con más experiencia. No se trata de competir con otro, sino competir con uno mismo. Eso mismo es lo que Maddison se propone todos los días, aunque sea difícil para ella algunas veces.

—No me gusta. —habló Nicolas White, el señor con barba y lentes con mucho aumento.

—Pero señor White, juro que la siguiente propuesta del logo le va a encantar.  —contestó Maddison algo preocupada. Claro, estaba a punto de perder un cliente.

—No, lo siento señorita. —suspiró aquel viejo. —Necesitaba el logo final hoy.

Maddison no dijo más.

El diseño es un trabajo muy duro, pero es precioso. Maddison ama su trabajo, pero ella entiende que los clientes no saben acerca de diseño. El diseño no es solo como lucen las cosas, es como funciona, y eso es lo que muchos no comprenden. Pero hay que ser realistas, si al cliente no le gusta, no le gusta y punto. Así de feo y simple.

Maddison se retiró muy disgustada con ella misma. Su cabeza no dejaba de pensar en todo lo que tenía que pagar a final de mes. No faltó que unas cuantas lágrimas salieran de sus ojos por estrés. Pueden pasar situaciones negativas, pero hay que ver el lado positivo. Maddison está viviendo en su lugar deseado,  trabaja en lo que le gusta y ese mismo día era jueves, lo que significa café y postre gratis en la pequeña cafetería de doña Teresa.

—Muchas gracias, Teresa. —agradeció Maddison al tener café y postre en la mesa.

—De nada, cariño. —Teresa sonrió muy amable como siempre.

Suele pasar, cuando estás solo casi siempre y no estás con tus padres, ni hermanos, primos, etc... siempre hay una linda señora mayor que llega a querer como si fueras su hija. Maddison está muy agradecida con Teresa, porque es una persona que cuida de ella, le da consejos y la escucha.

—¿Cómo va el trabajo? —le preguntó la señora.

Maddison hizo una pequeña mueca y negó un poco. —Hoy no muy bien.

—Ya llegará el día, querida. No te preocupes demasiado, ¿de acuerdo?

—Está bien. —sonrió.

—¿Saldrás hoy en la noche? Necesitas despejarte.

—No tengo dinero. —Maddison respondió obvia.

—Te puedo dar dinero para que salgas hoy.

—Oh, no, no. —respondió Maddison rápido. —No tienes por qué.

—Hay claro que sí, mi niña. Diviértete. —dijo dándole un billete.

* * *

¿A dónde se supone que debo ir? ¿Cómo rayos me debo vestir? ¿Con quién debo irEra lo que Maddison pensaba.

—No esas tonta Maddison. Ni siquiera tomo alcohol. Saldré con la misma ropa que llevo puesta e iré sola, no conozco a nadie. —se dijo a sí misma.

Maddison solo se puso un poco de maquillaje, se puso sus botas porque el clima estaba muy lluvioso, alistó su bolso y se puso el abrigo.

Tal vez Maddison sí tenía muchas ganas de salir, para conocer nuevas personas y hacer amigos, pero no era tan fácil porque ella es un poco tímida al inicio.

Maddison se dirigió a un pequeño restaurante, muy lindo y acogedor. Maddison se sentó sola en una mesa de dos personas y ordenó unos waffles y un batido de fresa. Ya esperando unos diez minutos la comida, notaba que mucha gente entraba, pero muchas otras personas se iban. Mientras observaba a su alrededor, se sentía cada vez un poco más sola.

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2016 ⏰

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