Capitulo I: Sasuke.

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Pequeños hilos de sol se filtran entre unas cortinas descuidadamente cerradas, ocultando el misterio, la misma esencia de una tenebrosa alma en pena. Murmura de dolor gemidos y palabras indescifrables, se acompaña de un espeso líquido rojo que tira para un negro indeciso, dilatado en un suelo gris y lejano. Dos blanquecidos y débiles brazos que sostienen la penuria, un rostro sin expresión, la carencia del gesto que pueda descifrar debajo de aquellos pesados mechones negros la tragedia personal de su autocompasivo dueño.

Entre tanta lobreguez llega de una manera, quizás poco violenta pero igualmente inesperada, una vasta iluminación inundar cada rincón de la habitación, quitándole toda seña que pudiese sentirse familiar a una marcha fúnebre o el embrujo siniestro de objetos inanimados.

Aquellos ojos ensangrentados se dirigen al umbral de tanto albor. Sus ojos se encuentran con una pequeña e inquebrantable figura, remarcada a contra luz y con el silencio que le permite mantener su pronto anonimato. De alguna manera, ver esa silueta tan específica y agraciada le hace dudar de tantas cosas que estuvo dispuesto a hacer segundos atrás.

Elipsis y pensamientos discretamente silenciosos. La habitación se ve inundada por una melodía humana y divinamente inhábil, proveniente de aquella silueta poseedora de unos pequeños y castos ojos negros, tan negros como el pozo sin fondo en el que está cayendo.

—¿O-onii-san?...

Nadie contesta, ni siquiera se percibe el cantar lejano de los pájaros. Todo esto le da al pequeño cierto miedo por no percibir una señal perceptible de su hermano mayor. Una terrorífica impresión y un sencillo miedo surgieron de la imprevista sonrisa que brotada de sus labios: tan cálida, tan falsa. Una muestra invaluable de una rara hipocresía.

—Me alegra que estés aquí, Sasuke.


2

Abre sus ojos con pesadez y sensibilidad para al momento, verse cegado por los débiles rayos del sol que traspasan la ventana de su cuarto. A veces los deslumbrantes amaneceres podían llegar a ser tan molestos que ni siquiera le motivaba a cerrar las cortinas para seguir durmiendo. En cierta forma, estar tanto tiempo en una habitación sin luz cuando niño hizo que sus ojos se ajustaran a la penumbra y materia oscura, como un felino en media caza, casi como poseer una visión nocturna.

Permaneció aproximadamente 16 meses encerrado ahí. Las instalaciones dónde fue internado se le antojaban como una prisión o como una institución ineficiente y mediocre. Sus recuerdos más vívidos fue la del sabor a plástico que le dejaba el puré de papa y su cuarto de color azul marino sin ventanas. Empezó a tener más adaptabilidad en la oscuridad, conforme enfocaba su mirada al juego de luz y sombras. En cierta forma le ayudaba en diversas situaciones, mas esta habilidad era la culpable de su debilidad a la luz; por eso hacia todo lo posible para despertarse lo más temprano permisible, sin alterar las ocho horas reglamentarias de sueño. Desgraciadamente, no siempre podía contar con el tiempo suficiente para sus deberes y eso le costaba algunas horas de su descanso. Su horario era bastante flexible, pero se encaprichaba demasiado por esa sensibilidad suya; en esos casos usaba unos lentes de sol muy oscuros.

Llevaba varios días de no ir a la universidad, a nadie le importaba a fin de cuentas, vivía solo. Sus padres murieron posteriormente del suceso con su hermano. Se dice que buscaron vendetta contra la familia Uchiha, y eso consecuentemente provocó una masacre que acabo con casi la mitad del clan. Mientras todo eso ocurría, mientras a sus padres les arrebataban la vida de forma violenta, Sasuke permanecía impasible en su cuarto sin ventanas, imaginando criaturas silenciosas dentro del abismo del cuarto.

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⏰ Última actualización: Aug 26, 2016 ⏰

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