Prólogo.

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Te pediría mantener el corazón en la mano.

Y si debo ser valiente, te lo pedire.

Desde un principio como he anhelado ser tu hombre, pero nunca he dicho nada, supongo que perdere mi oportunidad de nuevo.

Todo lo que quiero hacer es amarte de una especie mucho mas fuerte que los amigos utilizan.

29 de Agosto, 1999. 7 AÑOS.

-¿Has besado alguna vez a un chico?

Ella negó suavemente con la cabeza. Su corazón intentando escapar del pecho.

-Vale. ¿Y estás segura de que quieres hacerlo? Esto es una cosa de mayores, ya sabes. Y yo puedo esperar si no estás preparada.

-Sí, quiero hacerlo. Pero vas a tener que enseñarme.

-No te preocupes, es fácil, solo tienes que cerrar los ojos y dejarte llevar.

-Oh, entiendo, de acuerdo.

El silencio se comió la habitación durante unos eternos segundos, ambos se observaron con atención, con muy diferentes ideas en la cabeza.

-Pero ciérralos.- Insistió él en vista de que su chica no movía ni un músculo.

-¡Ah! Vale, perdona. Estaba distraída.

No pudo evitar sentir cómo el calor comenzaba a recorrer el interior de sus mejillas, haciendo que un suave rubor rojizo probara la evidencia sobre su piel, así que decidió seguir sus órdenes, pensando que él seguiría sus pasos y pasaría por alto el nuevo color en su rostro.

Antes de lo que pensaba, y casi haciéndole retroceder por la sorpresa, sintió como los labios de Sasuke se pegaban con suavidad a los suyos. Si su corazón ya estaba desbocado, ahora esa palabra se quedaba corta.

Sólo duró un par de segundos, en los que ninguno de los dos hizo ningún movimiento, sólo se mantuvieron pegados, como quien besa la mejilla de su madre.

Pero desde luego, la sangre de Sakura no corría de aquella forma por su cuerpo cuando su madre chocaba los labios en su piel.

-Te has puesto roja.- Rió Sasuke con dulzura cuando pudo observar su cara después de besarla.

-Estoy nerviosa.

-No te preocupes, es normal. Es solo la primera vez, luego te acostumbras.

Ella sonrió. Miró a un lado, observó la habitación y después volvió a encontrarse con los ojos del chico.

-Besas bien.

-Sí, lo sé. Es por la práctica.

-Oh... ¿Has besado a muchas chicas antes?

-Bueno, sí. A algunas. Pero tú tienes los labios más suaves de todos.

-Gracias.- La tímida sonrisa se formó de nuevo en los pequeños labios de Sakura mientras pronunciaba esa simple palabra. -¿Tienes que irte ya?

-Sí, mis padres me están esperando en el coche.

-¿Y ya no vamos a vernos nunca más?

-Mi padre dice que no vamos a volver, pero no te preocupes, me voy a escapar para venir a verte.

-¿Y cómo vas a venir.

-Pues con mi bicicleta.

-¿Pero Minnesota no está muy lejos?

-No tanto, a unos kilómetros dice mi padre.

-¿Y eso cuánto es?

-Pues... Un buen trozo. Pero en bici solo tardaré un rato.

Ella dudó un instante, pero decidió que lo que decía tenía lógica.

-¿Cuándo vas a venir?

-Muy pronto.

El corazón de ella se encogió con el solo pensamiento de no volver a ver su bicicleta apareciendo por la cuesta que conduce a su casa.

Intentó no exteriorizar la angustia, pero necesitaba su palabra.

-¿Me lo prometes?

-Te lo prometo.

I've longed to be your man. (Sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora