Capitulo 1 / 1.

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Pov. Yoongi.

Me preparo para dar el concierto de temporada en Vienna, antes de regresar a Seoul. Me miro en el espejo notando ya crecido mi cabello, el cual he mantenido de color rubio platino. No puedo llevar las gafas esta vez. Y aunque todo tiene que estar perfecto, el mechón rebelde de mi cabello pareciera no quererse alinear. Suspiro frustrado, mientras acomodo el moño sobre mi camisa. Aun no sé si estoy más nervioso por la cantidad de personas esperando por una magnifica presentación de parte de la Orquesta y mía, o si quizá es tal vez por regresar. Pero tal vez se trate de que a mis 45 años aún no he podido quitar la impaciencia de mi comportamiento.

- Maestro Min.- Dice mi asistente entrando apresurado mientras acomoda sus gafas, su cabello despeinado me causa aún más estrés.- ya ha llegado el chelista.- Suspira y yo palmeo su espalda.

Se queda parado mientras su sonrisa nerviosa aparece, le miro con algo de molestia, y el comienza a sudar y mover sus ojos de un lado a otro preguntándose qué ha hecho mal esta vez. Suspiro mientras abrocho los botones de las mangas de mi camisa, volteando a verme en el espejo antes de salir.

- Tráeme la batuta.- Digo mirándolo en el espejo. El abre sus labios en O y sale corriendo por ella. Al cabo de un minuto regresa con la caja metálica y la abre haciendo una ligera reverencia.

Al salir al escenario sin voltear a ver mucho al público, hago una reverencia hacia el frente, para voltearme a ver a mi orquesta, me miran con amplias sonrisas, cada uno sostiene su instrumento fuertemente, y no miro las partituras que están en mi podio, no la necesito. Levanto la batuta con movimientos rígidos y fuertes, y doy inicio al concierto.

Sinfonía No. 8 in F Major, de Ludwig Van Beethoven.

Siento la música fluir por mis venas, la melodía me va embriagando lentamente como un buen vino, pero de pronto se torna amistosa, como un buen ron, y luego retorna a ser elegante como el champagne que seguramente mi asistente abra dejado listo en mi cuarto después de acomodar mis maletas.

Para la mitad del concierto, mi cabello ya está despeinado, dejándose ondear al viento que yo mismo creo, ya que mis movimientos son guiados por el latir de mi corazón mientras sostengo la batuta. Pero no me incomoda, ya que es algo que me caracteriza, mi lado tranquilo en la mayor parte del día, y al estar frente a mi orquesta, en un concierto, mi lado audaz se deja fluir.

Entre ovación doy por finalizada la presentación, me dirijo al camerino, mientras algunos de mis estudiantes se han colado tras bambalinas.

- Maestro, cuándo volverá?.- Preguntan uno tras otro. Mientras detengo mi andar, y mi rostro inexpresivo trata de esbozar una sonrisa.

- Mi asistente les informara, pero vayan preparando sus instrumentos.-Digo sin más abriendo la puerta del camerino, ahí desabotono las mangas de mi camisa y retiro el saco.

El camino a casa, en el auto, Jimin mi asistente parlotea sobre lo grandiosa que ha sido mi actuación de esta noche, y como de costumbre solo doy unas pocas palabras alentándolo a seguir conversando.

Cual quiera creería que me cansaría de un asistente como el, con alguien como yo. Pero realmente no es así, escuchar su voz acalla un poco el silencio que a veces se instala en casa y al finalizar mis clases. O quizás es tal vez porque me recuerda a mi gran amor. Aquel que acallaba por completo mis silencios, con su melodiosa voz y risa resonando entre las paredes.

Jimin camina a paso a apresurado tras de mí, con una maleta de ruedas, y otras dos las sostiene con las manos como puede. Yo en cambio camino a paso a prisa pero sin perder la elegancia que me caracteriza, mis gafas se deslizan por mi pequeña nariz, y de camino aquí mi cabello otra vez se ha despeinado.

~Vienna~ (Sujin / Yoonjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora