Era el primer día de universidad, Ana estaba emocionada. De pasar a vivir en una pequeña isla a estar en la capital, y lo que es mejor sola. Esto significaba un cambio de vida radical, sitio nuevo, casa nueva, gente nueva ... Llevaba mucho tiempo esperando esto.
Se levanto a primera hora con prisa, quería llegar cuanto antes, así que en poco tiempo está todo preparado y pudieron marchar. Era una oportunidad, había una variedad de personas ... Ya que la residencia se encontraba al lado de la universidad podía ver a gente de todos los cursos y lo bueno es que la residencia solo era para los de primer año así que estabamos todos juntos en un mismo sitio, haciendo a todos un favor a la hora de conocer gente. Cuando llegaron les recibió una entrada llena de las flores más bonitas que nunca han existido, a un lado se veían los nuevos estudiantes con las maletas y sus padres perdidos dando vueltas, y al otro se podía ver ya algún veterano avistando a sus posible víctima. También, no vamos a negarlo habían un par de chicos que te alegraban las vistas. Así que no faltó la broma de mi madre:
- ¡Ana! Ojos verdes a la derecha. Ños si la mayoría son así no me importaría quedar por aquí contigo.
- Mamá, no crees que eres un poco mayor como para decir esas cosas.
- Ay hija ya no te ríes con mis bromas. Es que no se puede decir nada.
Ana rió fuertemente. Siempre estaba con esas bromas y a Ana le encantaban. Sabía que les iba s echar mucho, pese a que se moría de ganas por empezar esta etapa de su vida, no pudo evitar que una lagrima cayera por su moflete. La atrapó rápidamente antes que nadie se diera cuenta, no quería hacer esto más difícil, para ella y para sus padres. Era la más pequeña, la última en salir del nido y la niñita de los ojos de todos, así que tenía que mantenerse firme pese a la nostalgia ya y eso que todavía sus padre no se habían ido. Lo tenía que hacer por ellos.Cuando entramos al hall el rector muy amablemente nos dio la bienvenida:
- Bienvenidos, este será tu nuevo hogar y donde harás nuevos amigos de las cuales algunas serán para toda la vida.
Mi madre muy nerviosa pregunto:
- ¿Pero usted cree que es un lugar seguro, estará totalmente protegida? Por cierto, sobre las novatadas...
- No se preocupe señora, su hija está en buenas manos. Aquí se le cuidara y protegerá con si fuera de nuestra propia familia. Además nosotros consideramos las novatadas como un rito de iniciación para que se conozcan los nuevos alumnos y les resulte más fácil entablar amistad, por otro lado están totalmente supervisadas por alguien de mi confianza. Respondió amablemente.
- Por último veo que va siendo hora de presentarme. Soy Ignacio Padilla, rector de esta nuestra universidad.A continuación, nos dirigimos al mostrador donde me pidieron mis datos y me dieron cierta información relevante : los horarios de la cafetería, el horario de clases, las llaves de mi habitación, la clave del wifi y un mapa muy detallado de todas las instalaciones del centro. Seguido de esto, se fueron todos juntos a la que sería mi habitación todo el primer curso.
Cuando llegamos, no me lo podía creer,¡Era maravillosa!. Tenía una pequeña terraza con su tendedero y dos sillas de playa, luego había uña baños de dimensiones apropiadas, pero muy moderno, uña escritorio enorme con dos sillas,...
- ¿Dos camas? ¿No sabía que tenía que compartir la habitación?. Dije sorprendida.
Mi madre empezó a poner de los nervios y a empezar a hacer supociones de las posibles compañeras de habitación que podía tener. Como no poniéndose en los peores casos, pero lo que no tardó en decir fue:
- Ana si te quieres ir no pasa nada, si hay que perder el dinero de la matrícula se pierde. Lo importante es que estés bien, yo si quieres compramos un pisito aquí al lado y vivimos todos juntitos otra vez.
- Tranquila mamá estaré bien, seguro que me toca una compañera fantástica. No te preocupes vale.
- ¿Estas segura?
- Deja ya a la niña Delia. Si va a estar bien, y si pasa algún problema hemos criado suficiente bienal nuestra hija para que lo solucione. No te preocupes. Mi padre enfatizó la última partes. Y los dos terminaron con un te quiero.Se fueron, aquí empieza todo. <<Pero con quien compartiré la habitación esa era mi principal preocupación ahora.>>,pensó. Poco después se empezó a escuchar el ruido de la puerta abrirse.
<< ¿Será ella? >>
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La apuesta
RomanceTodo empezó como un inocente juego. Solo se trataba de una noche más en un sitio cualquiera, pero una desició