Cuando escucho la puerta cerrarse me siento en la cama, y mi cabeza empieza a dar vueltas ¿Que me están ocultando? ¿Que no puedo saber en este momento? ¿Por que no me lo dicen y ya?.
Pasan alrededor de 15 minutos y yo sigo pensando en las posibles situaciones que puedan haber ocurrido. Escucho chirriar la puerta y volteo mi vista hacia esta encontrándome con un señor de aproximadamente 40 años, un poco canoso de ojos marrones que se me hace conocido pero no recuerdo de donde, seguido de el doctor Connor.
-Hola Gisselle, ¿Me recuerdas? Soy tu tío Edward- dijo aquel señor que ahora tiene nombre y en ese momento aparecen varios flashback's en mi mente, y lo recuerdo, es el esposo de mi tía Mara, hermana de mi madre, los mas cercana que tenia a pesar de que no teníamos mucho contacto con ellos por que vivían en la ciudad.
-Si, lo recuerdo- dije un poco insegura.
-Hoy te iras con tu tío Edward ya que tus padres están siendo tratados todavía- dijo el amable doctor Connor, mientras leía unos papeles.
En ese momento quise preguntar como se encontraban todos, no había sabido de ellos desde la noche anterior en aquella terrible escena, pero preferir esperar a que ellos mismo me dijeran o me dejaran ver a mis familiares.
El doctor escribió algo en unos papeles y se los entregó a mi tío Edward, que parecía ser un señor muy amable y humilde, a pesar de que tenia entendido que esos eran mis tíos más adinerados, después de mis padres.
Empecé a notar que tenia mi brazo derecho totalmente inmóvil y rodeado por una férula, no se como no me di cuenta antes, de seguro fue por haber pensado tanto en lo que me ocultan.
-¿Doctor, por que tengo mi brazo inmóvil?- pregunté totalmente intrigada.
-Bueno querida, se debe a que tuviste una leve desviación del tendón en tu dedo meñique, que pronto sanará si mantienes la férula- dijo muy amable el doctor.
-Ahora levantate y vamos a comer algo- dijo mi tío.
Me levanté de la camilla y miré el reloj que estaba colgado en la pared de aquella pequeña y blanca habitación, marcaba las 3:37 de la tarde, pensé que seria mas tarde. En fin había pasado aproximadamente 16 horas en aquel frío y silencioso lugar. Salí con mi tío de la clínica y algo en mi me gritaba que nada estaba bien.
-¿Como te sientes?- me preguntó Edward- ¿Te duele el brazo?
-No, todo bien. Ni siquiera me había dado cuenta de le férula- dije casi en un susurro.
-Bueno, iremos a comer algo ya que debes de tener hambre- dijo mientras sacaba las llaves de un carro de su bolsillo- Luego te llevaré a mi casa, y irán a visitarte unos familiares de tu padre, los de Argentina, ¿Recuerdas que vendían de allá no?- dijo mientras nos montábamos en el carro.
-Claro, son a los que siempre visitamos, en todas las vacaciones viajamos para allá- me monté en el asiento de el copiloto, mientras me ponía el cinturón.
Mi tío se quedó callado mientras arrancaba el auto, empecé a temblar y a sudar frío, ví la carretera y empecé a llorar, no podía, acababa de sufrir un accidente sentía miedo al ver la carretera y los autos. Mi tío me miró asustado y estacionó el carro.
-Oye debes calmarte, sé que no es fácil, ir en carro después de lo que acabas de vivir, pero te prometo que iré de espacio, anda sientate mejor atrás- me dijo paciente y calmado, se notaba que me quería ayudar.
Me bajé de el carro y eme monté en el asiento de atrás, él me miro esperando una aprobación para seguir manejando, me abroché en cinturón de seguridad y lo mire asintiendo con la cabeza.
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Lágrimas Del Recuerdo.
Подростковая литератураAhí estaba yo, en medio del hospital a mi corta edad, desde ese momento supe que mi vida cambiaría totalmente. Ya no volvería a ser la misma chica de antes, de eso estaba muy segura, no sé que será de mi.