Cap1

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Estaba sentada frente mi espejo haciendo lo mismo de siempre, poniendo mi delineador negro en los ojos y un suave color rosa en los labios. Mi padre me decía que parecía un panda, pero con los años me he acostumbrado a todo tipo de comentarios y ya ni me molestan lo más mínimo.

" ¡Emma, espabila! " - me gritó mi madre. Revoleé los ojos. Odio que me gritan. Me levanté y me puse mis converse hightop negros. Estas cosas eran los más difíciles de poner, tenía que darle patadas al suelo para meter mi pie; en fin, lo logré, resoplando. También puse mi pelo en dos coletas.

" Emma... " - dijo mi madre, impacientándose.

" Argh, ¡ya voy! " - dije alzando la voz. Cogí mi mochila de vans y me di un último vistazo en el espejo. Llevaba una camiseta negra y unos legging negros, y si aún no lo adivinaron mi color favorito es negro; lo que me mantenía pareciendo viva era mi pelo, una mitad tenía mechas rosas y la otra mechas azules.

No entiendo porque soy considerada emo por vestirme de negro y tener el pelo colorado ya que no me gusta la música heavy metal, ni estoy triste, pero bueno, como dije he aprendido a vivir con los comentarios. Salí de mi habitación y bajé hasta la cocina para toparme con una madre muy enfadada.

" ¿Por qué siempre tardas tanto? " - bufó ella, cogiendo su bolso para salir por la puerta.

" Lo bueno tarda " - dije guiñando un ojo y dándole una sonrisa de medio lado. Ella no estaba de actitud para soportar mis bromas y me dio una mirada asesina. Mordí el interior de mi boca para no reírme y meterme en mayores problemas, aunque se me escapó un ruido por la nariz.

Salimos y nos metimos en el coche. Ella puso una estación de radio con música pop que yo detestaba. La miré y arqueé una ceja.

" ¿Enserio, mamá? " - dije.

" ¿Qué? La voz de este joven es agradable " - murmuró ella, moviendo su cabeza al ritmo de la música. Sonreí un poco por lo graciosa que se veía. Ese "joven" resultaba ser Justin Bieber. ¿Hay algo peor?

Tras unos minutos de música casi insoportable, llegamos a mi instituto. Salí del coche y me despedí de mi madre con una sonrisilla. Vi a mis mejores amigas a lo lejos y corrí hacia ellas. Jej, a quien intentó engañar, yo no corro.

" ¡Pásatelo bien! " - me gritó mi madre desde el coche, sabiendo que odio los estudios. Le sonreí sarcástica desde afuera.

" ¡Hola Emma! " - me saludaron Irene y Rebecca.

" Hola chicas " - dije, y hicimos nuestro típico saludo de manos. Re-cliché, lo sé. Escuchamos el timbre de nuestra clase desde dentro y todas a la vez nos miramos alarmadas, y luego todas nos reímos a carcajadas.

" ¡Madre mía, nuestras caras! " - exclamó Rebecca, partiéndose, y nos reímos por unos momentos más.

" ¿No deberíamos de entrar? " - dijo Irene con cierta preocupación pero aún se reía por lo anterior.

" Mira esas chicas " - dije riendo e ignorando lo que dijo, señalando al otro lado de la calle donde se veía una pandilla corriendo con cara de preocupación, seguramente por llegar tarde a las clases.

" Recuerdo cuando nosotras éramos así " - me dijo Rebecca, sonriendo con picardía. A nosotras dos se nos podría decir malotas; nos daba igual llegar a clase tarde y hacer los deberes. Eramos listas sin estudiar y por eso avanzamos cursos y aprobamos exámenes. También somos bastante mala gente con los demás (pero eso detrás de espalda, solemos fingir ser buenas para que nos presten los deberes, y creo que eso es peor) y nuestra casa en Hogwarts sin duda es Slytherin. Irene en cambio, no es tan lista, y es una Gryffindor, pero sí que es rebelde.

" Venga, vamos a entrar ya " - dijo Irene mordiéndose el labio. Revolee los ojos pero entramos. - " ¿Cuál va a ser nuestra excusa? "

" No se, ya se me ocurrirá algo cuando entramos, se me da bien la improvisación " - dijo Rebecca moviendo su mano en gesto de despreocupación.

Mientras andamos sin prisa y con swag por los pasillos, la pandilla de antes pasó por nuestro lado corriendo y una chica se tropezó, cayéndose boca abajo. Sin querer solté una sonora risa; bueno vale sin querer no, pero suelo intentar fingir no reírme para no tener chicas llorando a mis espaldas.

" ¡Chss, Emma! " - me castigó Rebecca, dándome un suave codazo, aunque ella también se estaba riendo en bajito. Esto me hizo reír más y una chica de la pandilla me dio una mirada asesina. Le saludé con la mano con una sonrisa de medio lado, claramente de burla.

Irene no lo encontraba gracioso y bufó al verme a mí y Rebecca.

" No os gustaría si riesen de vosotras " - dijo.

" A mí me daría igual, y yo también estaría riendo de mí misma " - dije, mordiendo mi labio para parar de reírme. Irene revoleo los ojos aunque se le escapó una sonrisa.

" A mí no me engañas Irene, tú también te reirías si no fuera que no te gusta meterte en problemas " - señaló Rebecca. Asentí en acuerdo, haciendo una burbuja con mi chicle, e Irene suspiró, resignada.

" Está bien pero vámonos ya " - dijo, mordiendo su labio y sonriendo. Las tres nos reímos y por fin llegamos a nuestra clase, matemáticas.

" Rebecca tú di lo que sea " - dijo Irene, dándole en la puerta con su puño suavemente. Se escuchó una voz de hombre adentro indicando que pasemos. Cuando nos vio a la tres bufó.

" ¿Está vez qué, chicas? " - preguntó, claramente enfadado.

Mientras Rebecca daba su explicación miré alrededor de la clase hasta toparme con la mirada de mi crush, Robbie. Le sonreí, era guapísimo. Nos llevamos bastante bien, lo malo es que él era un poco tímido, y yo demasiada descarada y loca.. pero los opuestos atraen, ¿no?. Me devolvió la sonrisa y mi corazón se dio un vuelco por lo bonita que era, a pesar de que la veía casi cada día. No diría que le amo ni nada por el estilo, pero me atraía y mucho.

" Pf, como sea, sentaros " - murmuró el profesor. Caminamos hasta nuestro sitio al final de la clase, estábamos juntas y prácticamente toda la clase sabía que siempre nos sentamos ahí ya que cada año es igual.

Evos en GothamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora