Narra Jo Ann
No digo nada después de eso, ambos estamos en silencio el resto del camino.
- Hemos llegado- salgo del coche rápidamente viendo a los demás sobre la acera esperando por nosotros antes de que Escorpión me vea avergonzada por su confesión.
- Jo Ann tendrás habitación compartida con Daian, necesito que estés lista en el gimnasio del hotel en media hora para que tengas listo a mi chico- asiento ante las palabras del entrenador aún y cuando no he escuchado nada pues toda mi mente se mantiene en las palabras de Escorpión, despiry Jo, el chico solo te ha hecho un cumplido, nada de otro mundo, tomo la tarjeta de la habitación y el botones nos ayuda a Daian y a mi con las maletas.
Todo el camino del ascensor es callado, el botones nos deja en nuestra habitación y yo saco unos billetes de mi bolso para su propina y sin mas se retira.
Me tiro en la cama con la mirada perdida hasta que oigo las palabras de Daian
-Hola- cariño, no nos hemos presentado bien, soy Daia, llevo todo el control nutrimental de por aquí y de vez en cuando me comportó como la madre de todos aquí, es agradable tener otra chica en el equipo-me paro de la cama y sonrió hacia ella,no parece tener algo más de 50 años, pero luce radiante.
- Gracias, espero no causar molestias, soy nueva en todo esto de las giras mundiales- digo despistada mientras empiezo a desempacar
- No hay problema, ya eres parte de este equipo, Damon siempre es serio pero una vez que lo conozcas más le tomarás cariño- sus palabras suenan un poco maternales, asiento lentamente y busco mi ropa de deporte en la maleta
-Quién?- pregunto al no reconocer el nombre
- Escorpión, Damon es su verdadero nombre, aunque todos lo olviden a veces - su manera de decirlo suela triste y no comprendo porque
- Iré a ducharme para ir al gimnasio y que el entrenador no se moleste- ella asiente complacida y yo me encamino hacia el lujoso baño, no quiero interrogarla y hacerla sentir incomoda con mi estadía así que me guardo mi curiosidad y las mil preguntas que podría hacerle para otra ocasión.
***
Voy con una cómoda ropa hacia el gimnasio junto a mi maleta llena de cremas y lociones, los nervios siguen revoloteando en mi estómago de camino al gimnasio. Aún y cuando estoy a una considerable distancia de la entrada puedo escuchar una serie de golpes repetitivos y para cuando entro a la sala mi campo de visión se enfoca en esa gran silueta con una camisa pegada a su cuerpo por el sudor, pega constantemente al saco de arena que se mueve frene a él.
- Ya estoy aquí entrenador- informo llegando a su lado, él asiente sonriente al ver a su chico y me señala una banca para que tome asiento, dejo mis cremas de lado y empiezo a tronar mis dedos como forma de calentamiento en mi propio ejercicio.
- Aún nos falta un poco para que acabe, necesitó acabar con su energía y al parecer hoy tiene demasiada, esperaba que con el viaje llegara cansado pero con él nunca se sabe, puedes ocupar cualquier aparato por aquí si quieres matar el tiempo- dice el entrenador cuando llega a mi lado
- Bien, creo que iré a la caminadora- es lo más fácil que veo de hacer por aquí, dejo los cosas en su sitio y me encamino hacia el aparato poniéndolo en un nivel bajo, tengo una vista justa de Escorpión frente a mi y por mi mente pasa cambiar de aparato pero soy tan floja que ninguno logra convenserme así que masoquistamente me quedo aquí viéndolo fijamente esperando que no sienta mi mirada.
***
Media hora después estoy jadeando en la banca buscando recuperar el aliento y para mi mala suerte recuerdo que no preperé una botella de agua, suspiro pesadamente poniendo mi cabeza entre mis manos y me doy cuenta que ya no escucho los golpes consecutivos de Escorpión.
Alzo la mirada inspeccionando el lugar pero algo bloquea mi vista, es el torzo de aquel musculosos hombre, en sus manos tiene una botella de electrolito la cual me está ofreciendo, apenada y sin decir nada la tomo pero cuando doy en primer sorbo trago con dificultad.
- Sabe horrible- confieso limpiando mis labios de aquel sabor, él parece divertido por mi expresión, lo veo sacar un pequeño sobre de su bolsillo trasero y ponérselo a la botella para devolverme la de nuevo aunque ésta vez no lo tomo pues desconfio de lo que le haya puesto
- Es azúcar, vez?- me enseña el papel y confirmo lo que me ha dicho, tomo un sorbo más pequeño y sabe mucho mejor por lo que tomo un poco más de la mitad de la botella
- Lo siento- dijo apenada pues me he acabado su bebida y seguramente tendrá más sed que yo cuando termine, a él no parecen importarle mis palabras, solo cierra la botella y se va trotando hacia el ring.
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😝✌
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A tu lado
RomanceLas personas rotas pueden romper a quien trata de repararlas... - Puedo causarte mucho daño- murmuró el boxeador - Tomaré el riesgo- respondió ella viendo una risa sarcástica salir de sus labios - Nunca había tenido algo que valorar en mi vida - ...