Kill Them All | j.t.k|

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6:56 La casa de la chica.

La chica todavía se encontraba en la cama, abrazada a un pequeño cojín. Su cabello desordenado y su pijama de fantasmas la hacían ver de una forma tierna.

El despertador no iba a tardar mucho en sonar, y ella se despertaría.

Y así fue, el despertador empezó a sonar, pero no era una música tranquila, ni por el estilo. Era nada más ni nada menos que una canción de Metal.

La chica dio un bote de la cama al asustarse por la canción, se desperezó y prosiguió a apartar sus sábanas y a sentarse para ponerse sus zapatillas de estar por casa.

Ella, medio dormida. Entró al baño a hacer sus cosas, como todos. Seguidamente salió y escogió unas prendas. Luego volvió a entrar al baño a arreglar su cabello.

-Perfecto-. Dijo ella en un tono suave.

Bajó al salón, donde su hermano mayor, de unos 21 años, se encontraba esperando a sus padres para ir a hacer unas tareas.

Como ella siempre decía, ''Ojala yo fuera tan guapa como mi hermano y todos me quisieran tanto como a el''.

No es que ella tuviera celos de su hermano. Ella era un poco niña de papá, y por ello sus padres le mostraban mucho cariño. Pero se conformaba con eso. Tan solo quería que la gente de su alrededor la amara tanto como a él.

Sus gofres con chocolate la esperaban en la mesa, y su madre, quien se encontraba en la cocina. También.

-Buenos días cariño. ¿Que tal dormiste?

-Buenos días mamá. Perfectamente-sonrió dulcemente y empezó a comer sus gofres.

Una vez terminó de comer sus gofres y beber su zumo tropical se levantó de la silla, dejó su vaso en el fregadero y acto seguido dio un beso a sus padres y a su hermano y se dirigió a clase.