Esta podría ser tu vida.

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Esto era lo que más me gustaba de todo. Miraba por la ventana del coche camino al instituto y me imaginaba cuál de esas gotas sería la ganadora de la carrera. Era algo propio de cinco años y me divertía. Así por lo menos me evitaba pensar. Ya sabéis, la lluvia siempre nos pone un poco más melancólicos. Y a mí la lluvia me recordaba a verano, el verano de mi vida; y no os creáis que me pasa esto porque en esa época lloviese mucho, no, nada que ver; más bien las temperaturas eran altas, y no hablo solo de grados.

Después de pasar un año llorando por culpa de Peter Cohen, este verano decidí vivir como yo quería y hacer siempre lo que me apeteciese, sin importarme nada ni nadie. Y lo cumplí, joder si lo cumplí.

Por las mañanas dormía todo lo que quería o me iba por ahí, alguna vez volví a casa con algún pendiente nuevo. Por las tardes salía con mis amigos a diferentes sitios, a la playa, a la piscina, al monte, a alguna cala... y cada día era más loco que el anterior. Luego llegaban las noches, mi lema era no repetir con el mismo chico, cada día uno diferente, desconocido para que no afectase a mi vida diaria; un par de besitos por aquí, otro par por allí y ya está, no volveré a verte en mi vida, no habrá malos rollos, no habrá problemas, ni llantos, ni discusiones. Se me criticó y se me alagó por esto a partes iguales, cosa que no entendí porque cuando lo hacían mis amigos nadie se cuestionaba nada, simplemente creían que era como tenía que ser. Y yo tenía no una razón de peso, si no dos para hacer esto, para descontrolarme en noches de alcohol y chicos. La primera era que quería y que soy fiel defensora de que cada uno es dueño de su vida y no tiene que dar explicaciones de nada. La segunda, que Peter me había enseñado a no confiar en nadie y a mantener a las personas alejadas de mi...caparazón.

He de admitir que hubo una excepción, la expecicón que confirma la regla, fueron varios los días que me divertí con Mike Abrahams, y para seguir rompiendo mis propias reglas hablaba con él de una forma que... que me hacía sentir especial. No dejé de negarme durante todo el verano lo que sentía, le evitaba e intentaba pasar el menos tiempo posible a su lado. Así que cometí un error a sabiendas de lo que estaba haciendo, me lié con otro chico la misma noche que lo hice con él e hice que se enterara, ya que yo no era capaz de alejarme de él, lo mejor sería que se alejase él...

-¡Marla! Baja del coche que tenemos que entrar en clase- me avisó una compañera de clase.- Uy,¿esos ojitos? Me da a mí que estabas concentrada en algo y creo que me imagino en qué- y no sé si había adivinado, todos se imaginaban lo que yo sentía por Mike pero no se lo había reconocido a nadie.

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