ESCUADRÓN

Soldado

Rápidamente me pude acostumbrar a ser tratada como a una máquina, claro, eso venía en mi programación. El primer día de formación nos dejaron claro qué eramos y para qué estábamos aquí, somos un prototipo parcial de soldados creados para la guerra, nuestro sistema biológico es similar al de los humanos, tan solo que somos más fuerte y más ágiles, soportamos el dolor y la pérdida por la sencilla razón de que no sentimos, no fuimos diseñados para alegrarnos o entristecernos, no sentimos miedo y mucho menos amor; el grupo C, al que yo pertenezco, fue creado especialmente para infiltrarse entre los humanos, tenemos incorporada la capacidad de engañar y la mayoría somos mujeres, nadie sospecha que una mujer pueda realizar una emboscada, los hombres que están aquí suelen ser jóvenes y con ese toque de inocencia que les permite ser amigos de todos, tampoco sospecharían de ellos. Somos enviados para misiones muy especiales, como infiltrarse en las fuerzas armadas, conseguir información acerca del siguiente paso enemigo, matar a algún coronel, general, político importante, cosas así. Llevo 26 días aquí, entrenandome aún no sé para qué, pero me ordenan a diario que practique mi puntería, que mejore mi resistencia, mi velocidad, mi capacidad de lucha, y eso hago, todos los días esperando a que la orden sea diferente, pero no sucede nada.
Estoy en el salón de tiro y me encuentro con C-34 es un chico que aparenta unos 19 años aproximadamente, apuesto, cabello castaño y ojos oscuros pero brillantes.
-Hola- le saludo
-Hola 41, ¿Qué tal todo?- me dice en un tono amigable, justo como nos explicaron que debía ser el trato con humanos.
-Bien, supongo, cumpliendo mi rutina de siempre
-Ayer me llamaron, tengo nueva misión.- genial, él ya ha tenido cinco misiones desde que nos conocemos y yo ninguna.
-Eso es estupendo, hacer lo mismo a diario a veces aburre
-¿Aún no te asignan ninguna?- pregunta en realidad sorprendido, niego con la cabeza.
-¿Y bien? ¿A quién asesinarás esta vez? - Digo desviando el tema de mí.
-A nadie, esta vez es diferente, ahora soy guardia en la casa blanca, debo ir allá y esperar ordenes.
-Que extraño, por lo general las misiones son precisas, quizá sospechan de algún ataque al presidente.
-Si, pero acá no estamos para especular, solo hacemos los que nos ordenan.
Solo asentí con la cabeza y seguí con mis ejercicios de tiro, él tenía razón, sólo soy un soldado.