Baja del bondi, línea 17, ya cansada de solo pensar en lo que su casa le espera, salio del trabajo un poco mas tarde, pero aunque se lo vaya a explicar no le va a creer... Y no es negatividad, es que lo sabe, es que ya paso, es que ya no va a cambiar.
Abre la puerta y se le alborota un poco el pecho, sus hijos no se escuchan y en la meza hay tres botellas del vino de siempre, ese que se transformo en su peor enemigo, ese que transforma todas las noches a su marido en un monstruo, o tal vez saca de él lo que realmente es; también ve un polvo blanco adherido a la silla, (La cual no entiende porque esta tan lejos de la meza), Se imagina que ese polvo blanco es otra cosa, no lo que sabe que es y acerca la silla. Tirando las botellas escucha a alguien que viene clavando los talones, suspira y se prepara, pero no, no es el, es su hijito que le pregunta por que llego tan tarde y le cuenta que su papa esta enojado, y diciendo muchas malas palabras, ella le da un beso en la frente y le dice que se vaya a acostar, que mama en un rato va.
Sigue caminando para ver si lo encuentra, rezando despacito para que este durmiendo y no molestando a su hija más grande, ni esperándola con cara de muerte sentado en la cama, por desgracia esta ahí, en la cama de su hija hablándole de sabe Dios qué. "Hola" les dice un poco alargando un poco la palabra y haciéndose la simpática, el le sonríe y se le nota lo borracho que esta "¿Que anduviste haciendo que tardaste tanto?", y se levanta para darle un beso de labios mojados y sabor a vino, le aprieta el cuello y la lleva hasta su pieza, cierran la puerta y se escucha a su hija mas grande yendo a buscar a sus hermanos mientras tiembla de miedo.
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Sueña con ser libre.
Non-FictionSolo voy a decir que no es una historia que sea muy apetitosa de leer, ni pasable para gente que prefiere vivir en la plena mentira y ceguedad, es, tal vez una historia para gente digna de lucha, y sobre todo, de abrir los ojos. Solo voy a adelantar...