KyungSoo esperó por él hasta el final, con la mirada perdida albergando esperanza y los puños cerrados aferrándose a sus maravillosos recuerdos.
JongIn le prometió que saltarían juntos del muelle y se besarían bajo el agua, KyungSoo no puede dejar d...
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ㅡJunMyeon Hyung ¿cómo es el mar?
El mayor levantó la mirada desde el otro lado de la mesa, con una expresión dolida que nadie dentro de la habitación pudo apreciar. Escuchar preguntas como aquella siempre le rompía el corazón, nunca encontraba respuestas para ellas pero el pequeño de grandes ojos y mirada perdida que estaba sentado en la silla frente a él, se empeñaba en hacerlas de todas formas.
ㅡEl mar es... ㅡ JunMyeon tragó saliva, los latidos de su agobiado corazón retumbando en sus oídos. ㅡ El mar es un reflejo del cielo, KyungSoo.
ㅡ¿Es como un espejo? ㅡ El pequeño inquirió, levantando sus grandes ojos hacia donde se encontraba él.
ㅡSí, es así. Un espejo enorme sobre la tierra, un espejo de agua.
KyungSoo guardó silencio, sus manitas juntándose sobre la superficie de la mesa. JunMyeon no se había agachado para confirmarlo, pero se imaginaba que el niño balanceaba sus pies sobre el aire, pues sus cortas piernas todavía no le permitían tocar el suelo desde un asiento tan alto.
Era un niño precioso, una bendición para la familia, se lo habían dicho sus padres el primer día que lo conoció. Y aunque JunMyeon dudó mucho llegar a encariñarse con una pequeña bolita humana que no dejaba de llorar, tuvieron que pasar únicamente cinco segundos para que se enamorara de él.
La piel de KyungSoo era blanca como la nieve y sus ojos grises, tan transparentes como debía ser el agua. Sus labios tenían forma de corazón y desde la primera vez que los vio, JunMyeon supo que su hermano debía poseer un corazón enormemente bondadoso, y no se equivocó. Los días avanzaron abriéndole paso a los meses y después a los años, otorgándole a la familia Do un niño hermoso del qué hacerse cargo.
Fue demasiado triste cuando se percataron de su discapacidad, aunque ninguno de los miembros del hogar lo tratasen diferente desde que se enteraron.
ㅡEntonces, Hyung... ㅡ La voz del pequeño era armoniosa, le cantaba a su abuela todas las noches para que durmiera, susurrándole antes de besar sus parpados, que el dolor cesaría una vez que se dejara envolver por el mundo de los sueños. Porque soñar para KyungSoo lo era todo, su escapatoria, su esperanza más grande, la manera en que podía percibir el mundo más allá de sus oídos. ㅡ Piensas que si yo me sumergiera en el mar ¿podría finalmente saber cómo soy?
Dolido por lo que acababa de escuchar, el hermano mayor se aproximó a él rápidamente, poniéndose de rodillas frente a su silla y tomando sus pequeñas manitas entre las suyas para besarlas con dulzura.
ㅡEres precioso, KyungSoo, eres un pequeño angelito.
Cuando los fuertes brazos de su Hyung rodearon su cuerpo y lo estrecharon con fuerza, el niño se dejó abrazar y recargó su oído contra el pecho del mayor, podía escuchar sus tristes latidos, podía saber que era él el responsable de ese ritmo cardiaco tan afligido. Y lo abrazó también, consolándolo con el tarareo de una canción de cuna que a su hermano le fascinaba, era preceptivo después de todo, no podía permitir que alguien estuviese triste por su causa.
ㅡHyung... ㅡ Dijo, sus deditos desenredando las hebras de cabello castaño en la cabeza de JunMyeon.
Lo escuchó pronunciar uhm levemente y supo que era su momento de proseguir, así que lo hizo, lo dijo porque no podía controlar su curiosidad; las palabras flotaron fuera de su boca por su propia cuenta, aún a sabiendas del daño que estaba por provocar.
ㅡ¿Cómo son los ángeles?
La lana de su suéter ahogó los sollozos de su hermano y KyungSoo continuó acariciando su pelo, esperando por una respuesta que probablemente jamás llegaría.
