Venderlo todo a un precio barato, para que los que estén interesados en comprar sus hermosas pertenencias no lo acusaran de ser el chico tacaño que solía ser. Luego tendría que buscarle un hogar a su hámster, o más bien dicho, al hámster que ella le había dejado. Él nunca supo si dejó al animal a propósito para que así entendiera que por lo menos le dejaba un roedor. O, si lo había dejado porque no tuvo tiempo de llevarlo con ella en su desesperado intento de escapar.
Porque ella era demasiado perfecta para él, porque ella era demasiado generosa. En cambio él nunca hubiese vendido un miserable pastelito por menos de cinco dólares. Ella le entregó lo más valioso que una persona puede poseer, y él... Él ya estaba pensando en como venderlo. Solo supo ya cuando ella se fue que el amor que su hombre lobo le había dado era tan valioso que nadie lo hubiese podido conservar, ya que nadie tiene un lugar suficientemente seguro donde ponerlo para que no fuera robado. Ella quería que él guardase ese inmenso amor que ella le regaló en su corazón. Porque solo allí se pueden guardar y poseer semejantes cosas como el amor.
Digamos que él tenía demasiadas emociones que estorbaban dentro de su pequeño, frío y opaco corazón. El otro problema fue que ella tenía un corazón demasiado grande, en él, las emociones hacían fiesta todos los viernes y por eso, lo amó demasiado. Él era un chico calculador que no perdía el tiempo enamorándose cuando podía hacer que se enamoraran de él. Porque era guapo, inteligente, y afortunado de creer tenerlo todo, aunque para él "todo" no la involucrada a ella. A esa chica que lo miraba como un hombre lobo mira a la luna llena; sabiendo que esa luna la iba a destruir, pero nunca odiándola porque ella entendía que aunque él la iba a corromper no tenía la culpa de ser tan bello. Las lunas serían lunas por siempre, y aunque mortíferas para hombres lobos como ella, las chicas siempre se enamorarían de lunas hermosas hasta el fin de los siglos.
Él era una luna que provocó que aquella chica se convirtiera en hombre lob todas las lunas llenas. Él era el astro que brillaba en las pupilas de ella, porque a pesar de que él era más falso que su risa, ella nunca lo dejó de ver como la luna más brillante que jamás hallan visto sus ojos. Solo cuando ella se fue para siempre en su desesperado intento de escapar de la vida, el se dio cuenta de que se podía conseguir otros hombres lobos que lo vieran como su astro, pero nunca iba a lograr que ninguno de ellos lo amasen como ella lo amó. Y probablemente también se dio cuenta de que ahora que ella se había ido de su vida para siempre, lo único que le habría dejado fueron dos cosas: un hámster que ahora estaba decidido a conservar y un pequeño, frío y opaco corazón que ya no estaba repleto de sentimientos innecesarios que estorbaran; como su egoísmo y aferro a las cosas materiales. Porque lo había vendido todo a un precio ridículo. Ahora, su corazón estaba lleno de ella, estaba tan repleto del amor que ella le había dado. Él se volvió muy cuidadoso con ese amor que le fue regalado, en su mente, el amor era frágil, hasta pensaba que si no le tomaba mucho cuidado, se podía romper. Que tontería, porque ese amor era fuerte, era diferente a los otros.
Él sabía que nunca la iba a ver de nuevo porque ella ya no formaba parte de el mundo de los vivos, pero también sabía que si ella se marchó, fue para que su luz de luna llena ya no la pudiese convertir en el hombre lobo que ella odiaba tanto ser. Entonces él tendría que convertir esa luz en algo más. Y el amor que ella le dejó en su corazón le murmuró que talvez ya era hora de dejar de ser una luna y comenzar a ser un sol. "Los soles no provocan que los hombres lobos como ella se enamoren." se dijo Merlín. "Además los soles, nunca podrían lastimar a hombres lobos" pensó. Esta vez, él no se dio cuenta, pero su corazón dejó de ser frío porque su nueva alma de sol lo había calentado. Y también dejó de ser opaco porque la luz que radiaba este nuevo chico que ahora era un sol, era mucho más fuerte que la luz que radiaba su extinta luna. Una luna que había hecho que un hombre lobo muriera porque entregó tanto amor a una bella luna que no supo amarlo también.
Merlín se sentía mentido cuando las personas iban diciendo "que de amor nadie se muere", cuando ella lo hizo. Dania lo hizo. Merlín suposo que la frase estaba incompleta, él le hubiese agregado; "De amor nadie se muere, al menos que le des todo tu amor a alguien que no te lo devuelve, y te quedes sin suficiente amor para amarte a ti mismo." Y al culminar su frase, sonrió mientras una lágrima resbalaba por su tierna nariz. Era amargo, era triste, Dania ahora estaba muerta porque su luna la convirtió en un hombre lobo suicida. Pero Merlín era ahora un sol, para que Dania absorbiera un poco de su vitamina D, que absorbiera un poco de su amor. Aparte de eso, Merlín poseía ahora un corazón grande para hacer que todo el inmenso amor de Dania quepara en él. Caliente y pintoresco, porque la luz proyecta radiante colores, los colores de Dania, por todo su corazón.
Merlín vendió todo a un precio barato para que los que estuvieran interesados en comprar sus hermosas pertenencias no lo acusaran de ser el chico tacaño que solía ser. Luego planeaba amar sin condición, sin cometer el error de no quedarse sin amor para él mismo. Y luego Merlín se preguntó si Dania se hubiera enamorado de el sol que él era ahora, o talvez ella hubiese preferido su brillante luna llena de egoísmo disfrazada de hermosura, y se dijo: "Talvez, Dania me hubiese mirado distinto, pero mi luz de sol nunca la podría destruir, y eso es todo lo que importa." -habiendo dicho eso, Merlín salió de su apartamento vacío con un corazón lleno de amor, una sonrisa pintada en la cara y con un hámster al que ya le estaba entregando un poco de ese montón de amor que tenía. Y se fue en busca de alguien con quien gastar el resto.

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La Luna Que Se Convirtió En Sol
Historia CortaSólo una vez que ella se marchó para siempre, él pudo entonces desenrredar las hirientes acciones que causaron su partida. Sumérgete en un complejo viaje lleno de paradojas, culpa, y metáforas, eventualmente llegando a la súbita realización de que...