"Encerrada en mi propia burbuja"

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Todos los años las chicas que aprueban los exámenes de ingreso a la universidad por ley tienen un viaje de fin de curso, denominado Mortem, que para las pre-adolescentes es como alcanzar la gloria. Es la época más temida para los padres ya que con esta fiesta ellas pueden ser libres para beber, fumar, bailar y incluso, encontrar el amor, simplemente vivir sin la supervisión de algún tutor. Todas las chicas a la altura de diciembre comienzan con los preparativos, algunas haciendo las maletas, otras de compras en algún centro comercial o en casa de alguna amiga celebrando que se van pero no todo era color de rosa en este mundo perfecto creado por una mente superior. La ley había impuesto que el viaje debía durar un año, cosa que había enfadado al 80% de los padres del mundo, el otro 20% se sentía rebosante de alegría ya que era una gran oportunidad para perder de vista a sus hijos y poder vivir sin preocupaciones. Por otro lado, el otro porcentaje de padres no se lo podían creer... De hecho, había creado revueltas, manifestaciones cada fin de semana e incluso vandalismo por parte de algunos padres que habían decidido tomarse la justicia por sus propias manos. En efecto, a mí me parecía correcta la postura de los padres ya que se pasaban un año entero fuera de casa sin poder entablar contacto con ningún familiar y si alguna de las chicas lo hacía era condenada a muerte instantánea. Además, algunas chicas que asistían terminaban violadas o en alguna pandilla vendiendo droga. Puede que eso suene a poco teniendo en cuenta cómo van las nuevas generaciones actualmente. Lo peor de todo, es que todos los años muchas de esas chicas no volvían a casa y los padres terminaban destrozados, llorándole a una tumba vacía o esperando a que su hija que lleva desaparecida 10 años aparezca. Por otro lado, los chicos corren la misma suerte que las chicas solo que con un poco más de sufrimiento, si es que es eso posible. Ellos al igual que las chicas son enviados al mismo lugar, lo único malo es que a ellos los convierten en trabajadores o los reclutan para robar y vivir en la miseria. Algunos de ellos, los más afortunados, casi siempre los nuevos, eran seleccionados como "carnada nueva" o así los llamaban en las noticias. Eran los chicos que gozaban de los mismos privilegios que las chicas aunque al igual que las mujeres, podían elegir el camino malo que los obligaba a quedarse atrapados allí para siempre o el camino bueno que los devolvía con sus familias. Una vez cumplidos los 18 de edad debían irse, dejar todo atrás para enfrentarse a algo de lo que quizás nunca salgan y que consuma cada parte de su humanidad. Esto sucedía cada año nuevo, al sonar las campanadas cada adolescente de 18 años debía coger sus maletas y irse al país del que nunca salías, Spiritus. Ese era el nombre que le había puesto el gobierno, el significado que ellos le otorgaban era muy distinto al que yo tenía en mente. Ya de por sí el nombre imponía porque podía significar "espíritu para afrontar una nueva etapa", que era el que ellos habían elegido o "tu espíritu va a ser consumido hasta cenizas" como prefería denominarlo yo. El gobierno estaba metido en algo que los padres no lograban descifrar. Además, como he dicho antes las chicas estaban siendo utilizadas, desde que cumplían 5 años los colegios se encargaban de amaestrarlas para que acatarán las reglas. Los chicos por el contrario sabían la verdad de todo, con ellos no perdían el tiempo en lavarles el cerebro, un factor que tampoco entendía. Por esa misma razón, los colegios no eran mixtos, las niñas dejaban de compartir clase con los niños desde los 7 años. Lo peor de todo no era eso, si no que las casas eran trasladadas a la zona de mujeres o hombres dependiendo del género de tu hijo. El país en el que vivía estaba dividido en dos zonas, cada zona estaba dividida a su vez en mas zonas. En la zona de mujeres, que era donde vivía yo, estaban por un lado las chicas con dinero y las no tan afortunadas que tenían para vivir el día a día o las que contaban con escasos recursos de supervivencia. A mi me había tocado vivir el día a día, mis padres no eran ricos, lo fueron pero el gobierno se encargo de quitarles todo. Mis padres nunca me quisieron decir el motivo pero a pesar de tener comida y un techo no me sentía segura y mucho menos limpia con mi conciencia. Tal vez el dinero que poseiamos era de alguna de las familias que vivía en la calle. Quien se creía que era el gobernador ¿el amo supremo? ¿Por que tenia que elegir él quien debía comer y quien no? ¿Quien debía vivir y quien debía dejar de existir? No les bastaba con privarnos de el placer mas grande del mundo que era la independencia, sino que también nos mataban de hambre y nos arrebataban toda esperanza del alma. Mi teoría era que Mortem existía por una razón, una razón que se me escapaba de las manos. Ya que al separarnos las mujeres no convivían con los hombres y era imposible procrear más niños si ambos géneros estaban separados pero había algo que seguía sin encajar. Para que montar toda la tontería de este viaje pudiendo dejar las cosas como están. Además de todo lo dicho, cada familia no podía gozar del privilegio de tener dos hijos, solo podían tener un hijo y si no, la muerte rondaría su casa.

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⏰ Última actualización: Oct 15, 2016 ⏰

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