Richard me citó el Viernes en su oficina para hablarme de un empleo que había conseguido para mi pero, cuando dijo cuales eran las reglas que debía seguir me negué contándole mi situación. No podia dejar sólo a Max ni tampoco llevarlo conmigo. Le dije, le rogué que me enviará a un lugar que estuviese en la ciudad, definitivamente nada se encontraba a mi favor.
-Lo siento Victoria- se recargo en su escritorio- Por ahora no hay vacantes en la ciudad, esto es lo único que pude conseguirte y vaya que me esforcé. Deberías agradecer que te conseguí un empleo con tan buena paga
-¿Qué se supone que haré con Max? ¿Llevarlo conmigo?
Se levantó de un salto señalandome con el dedo.
-Ni se te ocurra- advirtió alzando la ceja- El Sr. Levine fue muy claro cuando hablo conmigo "No niños" -exclamó el NO- Busca otra solución
-No la hay- negué cruzando los brazos- Sabes que no tenemos familia en la ciudad
-Por supuesto que sí ¿Qué me dices de Scarlette? Ella puede cuidarlo mientras no estés
Desvíe la mirada mientras un nudo se formaba en mi garganta al oír su nombre. Richard suspiro al verme.
De todas mis opciones ella no sería ni siquiera la ultima y eso ambos lo sabiamos.
Ambos cruzamos miradas sin decir nada por unos segundos hasta que él rompió el silencio.Di la media vuelta dirigiéndome directamente a la puerta, estaba dispuesta a negar el trabajo, a negarme a la idea de que Scarlette cuidará de mi hermano y por supuesto a tener que separarme de él.
-Sólo piénsalo ¿Si? Este empleo es justo lo que necesitas. Podría salvarte a ti y a tu hermano de caer en quiebra y que el banco los lleve a corteUn suspiro salió de mi al detenerme en seco. Mordí mi labio debatiendo me entre lo que debía y lo que en realidad podia hacer y... a fin de cuentas, la realidad siempre gana
-Está bien- me volví hacia él - sólo envíame la dirección de la casa por correo por favor
-Ten lo por seguro- sonrió - Sólo asegúrate de alistar tus cosas el fin de semana. Empiezas el Lunes
Asentí lentamente mientras agradecía en voz baja.
Salí del edificio con rumbo a la parada de autobús pensando en la que era mi única opción. Hace tiempo, cuando las deudas eran algo pequeño también había considerado a Scarlette es decir, era nuestra única familiar directa en la ciudad y tampoco tenía una familia por la que dar la cara. Ella hubiera podido ayudarnos claro, si no fuera una drogadicta de mal corazón.
La mansión donde trabajaría se encontraba a las afueras de la ciudad, se rumoraba que sus dueños eran la familia más rica del estado y por supuesto el salario que ofrecían a sus empleados era bueno. El padre de Richard y dueño de la agencia era amigo de mi padre y él al igual que su hijo siempre trataron de ayudarnos en nuestros más negros momentos.Eran las seis con cuarenta cuando llegue al apartamento, ahí encontré a la Sra. Patrick en la sala jugando con Max quien se lanzó a mi al verme entrar. Lo tome en brazos sonriendole y sin que lo esperara le di un beso en la mejilla.
-Se ha comportado muy bien desde que lo recogí del colegio- la Sra. Patrick se dirigió a donde mi- Hizo su tarea, se comió la comida sin renegar y no ha hecho ningún berrinche. Sin duda alguna has sabido educarlo bien Victoria
-Muchas gracias Sra. Patrick- le sonrei- Pero alguien -vi a mi hermano alzando la ceja- También ha puesto mucho de su parte ¿No es así cariño?
-Claro mamá -me abrazo el cuello racargandose en mi hombro
-No sabe cuanto agradezco que me ayude a cuidarlo- continúe- De verdad no se que hubiera hecho sin su ayuda
-Hubieras tenido que llevarme a tu trabajo - interrumpió Max entre pequeñas risas
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Red Moon
VampireCuando era niña mi padre solía contarme historias de monstruos que se alimentaban de nuestro ser. Maleficos, con una sonrisa tan blanca como la nieve y un par de ojos que reflejaban al mismo demonio se apoderaban del alma humana succionando sin pied...