Capítulo 1.

2 1 0
                                    

Lis.

«¡¿Qué?! A ver, ¿quién usa esa frase para ligar? Suerte que no puedo arrojarle nada a la cabeza, total, seguro que esta hueca.»

-¿Disculpa?

El joven nos dedicó una preciosa sonrisa, perfecta y blanca. Su cabello era ondulado, pero no estaba estofado y a pesar de que se notaba que no iba peinado le quedaba jodidamente sexy. Sus ojos azules tenían algo que hacía que nuestras hormonas se pusieran a cantar "SHALA LA LA, SÓLO BESALA" y todo aquello que es besarla.

-¿Es qué has hecho algo por lo que debas disculparte?

Kim pusó los ojos en blanco.

-No podía ser guapo e inteligente, en la vida real esas cosas no van de la mano nunca. -susurró cerca de mí.

-No, solamente no entendí muy bien que dijiste.

-Que es normal que queráis que os bese o otras cosas -me lanzó una mirada un tanto seductora. Vale, muy seductora.-, porque soy el hijo de Afrodita.

-Ya, yo soy hija de Apolo, ¿no me ves? - dijo Kim.

-No, la hija de Apolo es negra y tú, bueno, tú eres muy blanca.

Solté una risita y Kim me dió un codazo.

Intenté ordenar mi cabeza, porque lo último que recuerdo antes de haber aparecido aquí, en vete tú a saber dónde, estaba en mi habitación. Estudiando. Con Kim. Pero ahora ambas estamos aquí, en un bosque, con un tío buenorro y algo ido del jerolo. ¿Cómo es eso posible?

-¿Y tienes nombre o ese es tú nombre?

-El hijo de Afrodita no es un nombre, es un título, tontita.

-A mí no me llames tontita, guapo. O saco a la bestia que llevo dentro.

El muchacho hizo un gesto para pedir calma tanto a mí, como a Kom y luego, con una sonrisa, tendió su mano hasta Kim y dijo:

-Rodnal, podéis llamarme Rod. -ambas le estrechamos la mano. -¿Vosotras sois?

—Kimberly, pero si me llamas así juro que me acercaré a tu preciosa cara, te daré un beso y luego me encargaré de que seas más feo que comerte el último trozo de pizza sin haber preguntado antes si alguien lo quería.

—Eh... esta... bien. -se acercó a mí.- Es bajita, pero da mucho miedo.

—Y yo soy Lis, que viene de Lilian, pero si me llamas así...

Rod dio un paso atrás y se cruzó de brazos.

—¿Me dejarás feo también?

—Te cortaré las pelotas.

Kim se echó a reír, de esa manera tan escandalosa que tiene y que tanto adoro. Rod, por el contrario, se llevó las manos a sus partes.

—Rod, disculpa un momento, he de hablar con Kim.

Agarré a Kim del brazo, y tan sólo con mirarnos supo de que iba el tema y que me estaba preocupado. No era normal lo que nos estaba pasando; puede que fuese un sueño o una alucinación por haber pasado toda la tarde estudiando Cultura Clásica. Ambas éramos amigas desde bien pequeñas y solíamos hacer todo juntas, aunque ese año fuimos a otro nivel y ambas suspendimos Cultura Clásica, así que pasamos horas estudiando para recuperarla en septiembre.

—¿Qué demonios esta pasando? - dijo Kim.

—Primero quiero que te calmes, no quiero que te de ese tick tan raro que te sale cuando estás nerviosa.

—¿Qué tick?¿Qué dices? -soltó una risita nerviosa.- ¿Nerviosa, yo?¿Yo? No, para nada. ¿Por qué iba a estarlo?¿Por qué he apreciado en medio de un bosque cuando estaba en una habitación?¿Por qué vivimos en una maldita ciudad y el bosque más cercano esta a ocho horas de ella? -empezó a hablar muy rápido, su lengua parecía loca y me tenía que reforzar mucho por entenderla.– No, no estoy nada nerviosa. ¿Cómo iba a estarlo si tenemos a semejante macizorro enfrente? Macizorro que parece estar loooooco, ¿y si nos ha raptado y nos ha traído hasta aquí?¿Y si quiere violarnos?¿Y si nos mata y comercia con nuestros órganos? Pero no, yo estoy muy tranquila, me mantengo zen.

«He ahí el tick nervioso de mi amiga.»

—Kim... deja de guiñarme el ojo, o voy a sonrojarme.

—¡Te pego!

Le agarré de las manos con una sonrisa en la cara, sé que en el fondo le hizo gracia y la miré atentamente:

—Yo tampoco sé que hacemos aquí, ni como ha pasado, pero él -señale a Rod.—No tiene pinta de hacer daño ni a una mosca. Y quizás sepa dónde estamos.

Kim asintió.

—Preguntemos a ese lelo si sabe dónde estamos.

Rod estaba demasiado lejos de nosotras, tanto que cualquier persona normal no hubiese oído más que murmullos, pero en cambio él se giró y nos respondió desde la lejanía.

—No soy un violador. Ni un asesino. Ni estoy loco. Ni os he raptado, por Zeús. Y si que hago daño, pero no fiscalmente, esa no es mi especialidad. -soltó un gruñido.—Y sé cómo habéis llegado, dónde estáis y por qué, pero os vais a quedar con las ganas.

Rod echo a correr bosque a dentro, con una rapidez que no dejo abrumadas: desde luego él no era del todo humano, un humano no moverse así, ni oír desde tal distancia, ni atraer con tanta intensidad.

—Kim...¿y si es un sueño?

—¿Soñar con la asignatura que suspendemos es un sueño?

—O una pesadilla.

—¿Y soñamos lo mismo?

—¿Y por qué no?

Kim me agarró del pelo y tiró de el con fuerza, haciéndome gritar. Note como los ojos se me llevaban de lágrimas.

—¿Te ha dolido?

Asentí mientras me masajeaba la cabeza.

—Pues no es un sueño, pero yo acabo de cumplir uno.

N.A:

Espero que os guste el capítulo y disfrutéis de la historia.
Un beso, Noah 🌹

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 30, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¡Este no es mi sueño!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora