Y todo se volvió oscuro.
No entendía el por qué, ni el cómo, lo único que sabía, es que no podía ver nada. ¿Cómo había llegado hasta aquí?
Nada en el resto del día había sido distinto a cualquier otra, teniendo en cuenta cómo todos los días eran iguales. Disfrutables... Pero repetitivos, cual bucle sin fin.
Lo único que recuerdo, es que esta mañana...
Tras escuchar la voz de mi madre para despertarme, a duras penas logré levantar mis brazos y piernas para desprenderme del refugio del eterno sueño que me gustaría tener bajo la manta. Tal y como cualquier día...
Desayuno, cepillado, ducha, despedida, y de vuelta al instituto. Ningún cambio, todo igual.
De camino al Instituto Andrés Lancer, nombrado a partir de nuestro "amado" director, el cual rumores cuentan, tuvo una hija con una estudiante de bachillerato y contrata como profesores a sus conocidos, avisté a la distancia a una chica con un cabello blanco, una belleza inconfundible, una mirada insegura pero inspiradora, y además mi amiga desde que entré a este lugar. Le hice un gesto desde el otro lado de la calle y sin mirar, cegado por sus deslumbrantes verdes ojos, recorrí la calle hasta llegar a ella.
-¡Vendaval! -grité, a pesar de tenerla apenas a un metro de distancia. Ella se giró, a la par con su cabello, que al son de una oportuna ráfaga de viento, cayó sobre sus hombros y sus ojos sorprendidos se concentraron en los míos.
-¡Oh, hola! -Vendaval sonrío cálidamente hacia mí y tan sólo sus dos palabras, como cualquier otro día, bloquearon cualquier palabra capaz de ser pronunciado por mí, y usé mis fuerzas para devolverle la sonrisa.
Tal como cualquier otra mañana, su hermosura me guió hasta el instituto de la mano mientras yo hice caso omiso de cualquier otra sensación que pudiera existir.
Estar cerca suya es como estar rodeado por la misma Diosa Afrodita. Sentir su presencia a mi lado es como estar escuchando a los ángeles cantar, una calidez que me envolvía y hacía sentirme como en el mismo paraíso. Podía sentir unos golpes en mi hombro que rompían la armonía que sentía a su costado, pero nada iba a detenerme de-
-¡APOLLO!
Como si me hubieran roto en pedazos todo mi ser, deprimido, abrí los ojos, y pude ver a Zyro, con una pierna alzada y un rostro desafiante. Su cabello negro, y su coleta siempre inspiran la más peligrosa de las sensaciones, y no es algo increíble para el chico que ha repetido 3 veces de curso y se dedica a robar móviles en las mochilas de los alumnos descuidados. Hoy había venido vestido exactamente igual que ayer, y también que anteayer, con su chaqueta de cuero y sus vaqueros negros.
-¿Está empanado como siempre, no? -ladró Zyro, con su repulsiva pero cercana voz.
-Sí... Otro día igual -Suspiró Vendaval- Realmente no entiendo qué le pasa a Apollo por las mañanas.
Ignoré completamente los sucesos ocurridos tras la aparición de Zyro, y caminamos juntos los 3 hasta el Andrés Lancer, mientras trataba de no oír cómo Zyro elogiaba a Vendaval mientras se burlaba de mí y ella lo ignoraba. Entramos por la puerta del instituto al mismo que tiempo que otras 8 personas, teniendo en cuenta la masificación de alumnado, y como cualquier día, subimos las escaleras hasta la segunda planta y entramos en la clase.
Justo a tiempo... La mayoría de la clase ya estaba dentro, y el profesor, ignorando nuestra presencia como cualquier día, soltó su "Venga, entrad" diario, y los tres nos dispusimos a sentarnos; Vendaval en primera fila junto a los que sacan sobresalientes en cada asignatura sin falta, y Zyro y yo al final de la clase, junto a los chicos más problemáticos, buscapleitos y en general, personas de mierda en mi opinión. Esos chicos realmente no me gustaban nada, al contrario que Zyro, que mientras el profesor no miraba, les alcanzó un paquete de tabaco a cada uno, tal y como cada mañana. Yo me senté justo en la silla de la esquina, con Zyro a mi lado y una mesa vacía delante mía.
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Countdown Killer Game
Mystery / Thriller10 personas. 10 días. Y un juego. Diez chicos, alumnos del instituto y conocidos entre ellos son secuestrados misteriosamente para ser obligados a jugar al Countdown Killer Game, donde una extraña esfera les indicará las reglas del juego. Un contado...