CAPITULO 4

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Sonó la alarma de mi móvil a las cinco de la mañana. Aunque mi jornada laboral comenzaba a las ocho, decidí dejarles listo el desayuno a Guillermo y Nora.

Cuando apagué la alarma noté un mensaje de texto de un numero desconocido.

"Querida Victoria, se que todo fue muy apresurado pero en verdad agradezco tu disponibilidad. Confió plenamente en que haremos un buen equipo y que dejo mi empresa en buenas manos.
Te estima: Rebeca Moran."

Sonreí y me levante inmediatamente de la cama, completamente motivada.

La noche anterior decidí que era momento de dejar atrás todo: mis miedos, mis complejos, mis frustraciones y darme la oportunidad de disfrutar. Después de todo iba a trabajar en Sweet Angels, una de las agencias de modelos mas prestigiosas del país, y no solo eso, trabajaría directamente con Rebeca Morán, así que si seguía lamentandome por mi vida y no aprovechaba esta oportunidad difícilmente saldría adelante.

Me vestí con uno de los tantos atuendos que compre y me sentía fabulosa, hermosa y muy segura de mi misma, a la altura de las circunstancias.

Me apresure a dejar listos mis deberes en casa y salí rumbo a la agencia.

Entre a Sweet Angels con paso firme, erguida, con la frente en alto, de suerte que todos alrededor notaran mi presencia. Creo que causó el efecto esperado, pues varias chicas que estaban en el lobby se volvieron hacia mi y murmuraron entre si. Sonreí, me gustaba esa sensación. A partir de hoy sabia que le daría un giro a mi vida.

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Estaba en mi oficina revisando la agenda, cuando percibí movimiento en la oficina de Rebeca, lo cual se me hizo extraño puesto que ella estaba de viaje, supuse que era Denisse pero cuando puse más atención vi que se trataba de un hombre. Me levanté y me acerqué al ventanal para mirar mejor.

El hurgaba en el escritorio, cuando volteó y notó mi presencia. Yo inmediatamente regrese a mi escritorio pero el salió a la terraza rumbo a mi oficina. Tocó en la ventana y me saludó con la mano. Correspondi con el mismo gesto a su saludo y me levanté para abrir la puerta.

- ¡Hola! - dijo mientras se adentraba a la oficina. Tomó mi mano y me hizo girar, como si estuviésemos bailando. Esa actitud fue totalmente sorpresiva para mi por lo que me ruboricé de inmediato. - Mi mamá dijo que eras bonita, pero se equivocó... eres hermosa.

¿Mama?

- ¿Disculpa? - atiné a decir torpemente.

– Con que Rebeca te habló de la agencia pero no te hablo del atractivo, inteligente y carismático de su hijo – hizo una reverencia teatral, presentándose – soy Cristián Moran, obvio, hijo de Rebeca.

Me sonrió. Era igual de atractivo que su madre.

– Pues no, Rebeca para nada te mencionó.

Se sentó en la silla frente a mi escritorio y subió los pies a él.

– Muy mal, tomando en cuenta que también trabajo aquí y que precisamente hoy, en ausencia de mi madre, tenemos muchos compromisos juntos. ¿Ya checaste la agenda?

– En eso estaba.

Volví a sentarme y la tomé entre mis manos.

– ¿ Y bien? Soy todo tuyo – no pude evitar sonreír – perdón, todo oídos.

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⏰ Última actualización: Nov 23, 2016 ⏰

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