Los delirios de Janne.

Asesina

-¡Buenos días Janne!.
Al escuchar el grito de Alice no quise levantarme por lo tanto me voltee mientras me arropaba toda la cara.
- ¡Ah¡, con que no quieres levantarte, ¿eh?.
"Rayos, Ahora estaré muerta".
Comenzó a gritar como quejándose o gimiendo, realmente no sé, a veces me confundo.
Puso sus manos en mis hombros y comenzó a empujarme o balancearme.
-Ya....esta bien,  ya entendí. Ahora voy a preparar el desayuno.-lo dije mientras me estiraba y miraba mi celular.
-Esa es la Janne que conozco.-respondió mientras sonreía.
-Y....
-¿y?.- le pregunté mientras fruncía el ceño.
-¿Qué soñaste?, dime.. o acaso no soy tu mejor amiga, ¿ah?.
Carajo, no sé que decirle sobre mis pesadillas porque si se lo digo sé que acabará mal muy mal esto.
-Soñé que alguien vomitaba sangre y también con unas manos heladas.-le contaba sonriendo para que no se preocupara.
-Hmm, ¿A quién le podría pasar eso ahora?.
De repente sonó la puerta.
-¡Diablos¡. Alice anda abre tú, mírame como estoy.-le susurraba preocupada.
-Ya voy, pero no te desesperes que eso me pudre.- respondió Alice virándome los ojos.
Andaba en ropa interior o más bien con un control nude , también con una camisa de baloncesto que me llegaba hasta el muslo. En cambio Alice estaba con sus shorts cortos, a la vez tan delicados.. tan finos. Su blusa con pequeños descotes que se le llegaba a notar su mediano y firme seno.
"¡Basta!"
Alice caminaba hacia la puerta. (moviendo sus caderas tan sensual, mientras su trasero tan redondo y formado se movía al caminar)
-Buenos días,  ¿En qué le puedo ayudar?.-saludó Alice, dejando caer su cálida, fina y lacia cabellera, sus labios rojos moviéndose al hablar, sus ojos esmeraldas que combinan con su piel nevada, tan suave y tan radiante.
-Entrega de pizza...- dijo el repartidor quedándose embobado por tanta belleza.
El chico tiene su melena oscura, su piel morena, sus ojos rojizos con unas pestañas tan largas y curveadas, su cuerpo tan definido con sus músculos bien formados.
"Vaya, realmente tengo que cuidar a mi mejor amiga, por favor no penséis mal".
-¡Oh¡, pero si es mi pizza.- interrumpí.
Empujé a mi chica, le di las gracias al repartidor, al mismo tiempo la fortuna y finalmente cerré la puerta.
-Pensé que harías desayuno.- dijo Alice con los brazos cruzados.
Simplemente le sonreí y comía una rebanada de mi pizza de jamón con extra queso.
-Janne, ¿A quién crees que le pasará eso?, esa persona no falleció en tu pesadilla o ¿si?.
-No, como no te conté con detalles no pasará nada.
"O eso creo".
-¿Estás segura?.- preguntó mirándome fijamente.
-No lo sé, ya no preguntes que me frustra pensar esa situación.- le dije muy desesperada.
-¡Es que tengo miedo!, y.. ¿¡SI ES UN FAMILIAR O ALGÚN CONOCIDO!?.- empezó a gritarme y a señalarme.
Agaché la mirada.
-Sabes que no es mi culpa que cada noche tenga pesadillas.- le dije con mis ojos cristalizados.-Oh, podría ser alguien que recién conozcamos como el..
.-El....¿repartidor?.- dijo Alice más frustrada que nunca.
Al momento, escuchamos gritos que venían de la planta baja del edificio, al ver por la ventana vimos una multitud de gente al rededor del repartidor.
Nos miramos al mismo tiempo frustradas y corríamos por las escaleras hasta llegar a la planta baja del edificio.
Cuando llegamos, el clima se había puesto pesado, empujamos a la gente y vimos que el repartidor estaba cubierto de sangre, una cantidad inmensa de sangre, comencé a revisarlo pero ya era demasiado tarde ya había fallecido.
Alice comenzó a sentir asco, así que ella se hecho a un lado.
Comencé a preguntar a la gente que había pasado y nadie sabía nada.
hasta que vi a un panadero con una mirada tan defraudada.
-Buenas, me podría decir ¿qué ocurrió con el repartidor?.- pregunté mirándolo intensamente.
-El estaba listo para arrancar su moto y cuando comenzó a toser y al toser vomitó sangre, hasta quedar sin vida, fue horrible.- lo dijo al sobarse los brazos y lagrimeando.
Al escuchar eso comencé a llorar.
"¡Todo es mi culpa, nunca debí contárselo a nadie¡".
Finalmente no volveré a decir sobre mis pesadillas, si no, seré una asesina.