En el calor de tu hogar.

660 85 15
                                    

Invierno. La nieve pinta las calles, blanco puro, blanco nostálgico, pero en el calor de tu pequeño apartamento aquello parece ser irrelevante. Me ves a los ojos mientras bebes aquel café que he preparado con amor para ti, amor que no me atrevo a confesar. Somos hombres y no sé como puedas tomar el hecho, de que tu mejor amigo te diga cuanto te ama.



Tiemblo al sentir tus finos dedos sobre mi cabello, estoy sentado en la alfombra a los pies del sillón donde descansas, me sonríes siempre tan hermoso y celestial.



ㅡEs tarde, debo irme ㅡte digo mientras me pongo de pie.


ㅡAfuera hay un clima terrible, podrías tener un accidente ㅡme dices, se que te preocupas, sin embargo no me ves a los ojos y pierdes tu mirada en las llamas del fuego de la chimenea mientras terminas tu café y dejas la taza sobre la pequeña mesa de centro.


ㅡConduciré con cuidado.



Te escucho bufar y sonrío, mi apartamento está a seis calles de aquí, pero uno nunca sabe lo que puede ocurrir al segundo siguiente. Me dirijo hasta la mesa del comedor y me sorprendo al ver que las llaves de mi auto no están, recuerdo haberlas dejado allí.



ㅡ¡Kyu! ¿Has visto las llaves de mi auto?


ㅡSí, tienen un llavero de jirafa ㅡobjeto que me habías regalado en mi cumpleaños, pero no me refería a eso.


ㅡSí, bueno no está.


ㅡ¿Ya las perdiste Wook?


ㅡNo, recuerdo haberlas dejado justo aquí ㅡseñalé la mesa del comedor, te pusiste de pie y levantaste los hombrosㅡ. ¿Las tomaste tú?


ㅡQuizá el llavero cobró vida y salió corriendo.


ㅡMuy gracioso Kyu. Se me hará tarde y sabes que no me gusta conducir de noche.


ㅡÉsta es una señal Wook, es mejor que te quedes, sabes que mi casa es tu casa.



Puse las manos en mi cintura y torcí la boca, no me gusta quedarme aquí, solo hay una habitación y una cama, te rehúsas a dormir en el sillón o a que yo lo haga y terminamos compartiendo la cama, cruel tortura. Me extiendes la mano mientras sonríes, no tienes idea de lo que causas en mí con ese simple gesto. Quiebras mi mundo, lo pones de cabeza, lo pintas de colores pastel y me haces amarte más. Tomo tu mano y entrelazas nuestros dedos, te acercas al estéreo y una melodía se escucha de fondo. Me acercas a tu cuerpo mientras pasas tu brazo derecho alrededor de mi cintura mientras nuestros dedos siguen entrelazados ahora elevados a un lado de nuestros cuerpos en una posición de baile romántico. Comienzas a mover tu cuerpo, nuestra cercanía es embriagante, me haces temblar y adorarte más, me das una vuelta y tus brazos me aprisionan.



ㅡQué buen bailarín eres ㅡsusurras a mi oído.


ㅡNo te burles de mí ㅡte respondo dejándome arrullar por las caricias que tus dedos brindan a mi cintura.



Cierro los ojos y apoyo mi mejilla contra tu pecho, te escucho suspirar y sonrío, tú corazón late a tanta velocidad que me hace pensar que te has esforzado mucho pero aquello es una tontería.



ㅡNunca me dejes ㅡdices mientras me abrazas con posesividad sin dejar de bailar, aunque la posición ya no sea de baile.


ㅡ¿Qué te hace pensar que te dejaré?


ㅡNo lo sé, solo quiero estar seguro que pase lo que pase, haga lo que haga, diga lo que diga seguirás a mi lado.


ㅡEstaré a tu lado ㅡafirmo.


ㅡPromételo.


ㅡTe lo prometo.



Tu inseguridad es tierna, me hace sonreír y querer cuidarte por siempre. Siento tus labios sobre mis cabellos y se deslizan hasta mi oído, suspiro mientras te abrazo más a mi cuerpo.



ㅡKyu ㅡse escapa de mis labios tu nombre en un suave gemido al sentir como juegas con mi lóbulo, me avergüenzo y me hago hacia atrás rompiendo nuestro cálido contacto.


ㅡNo huyas, vuelve ㅡme dices mientras me abrazas nuevamenteㅡ. Lo prometiste.


ㅡPero Kyu... ㅡempiezo a decir sin saber como continuar, tu cercanía y tus Juegos son peligrosos y alteras todo en mi interior.


ㅡTe amo.



Y aquellas palabras fueron suficiente para abandonarme a tus caricias, al contacto de tu piel contra la mía, a esos besos que sabían a un cálido invierno. Sacaste las llaves de mi auto de la bolsa de tu pantalón y las dejaste caer al piso alfombrado con una traviesa y hermosa sonrisa, dijiste un lo siento que no sonaba a arrepentimiento y me besaste nuevamente. Y fui tuyo Cho KyuHyun, me hiciste hombre, me hiciste especial, nos amamos, abrimos nuestros corazones y almas para el otro, allí, junto a la chimenea, en el calor de tu hogar, te confesé lo que siento por ti sin temor, pues era correspondido.



Fin...


En el calor de tu hogar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora