Bienvenidas 25

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Miré el auto rojo de Patrick, quien me observaba emocionado con la ventana baja. Fijé la mirada a mi padre por ultima vez que parecía que se estaba debatiendo en dejarme ir o no.

-Por favor no hagas ninguna cosa estúpida- Su voz sonó estrangulada, asentí sonriendo con naturalidad para tranquilizarlo- Liz se bajó del asiento del copiloto ayudandome a guardar mi pequeño bolso en la cajuela. Apenas subí a la parte de atrás saludé a mi padre con la mano y Patrick arrancó a toda velocidad-

-¡La pasaremos increíble! –Grito mi amigo emocionado luego de varias cuadras para asegurarse que mi padre no nos escuchara-

-Deja de gritar Patrick me tienes aturdida desde que salimos de casa- Bromeo Liz. ¿Estaba haciendo lo correcto en ir a este lugar? Todavía tenia tiempo de retractarme. ¿Lo tenia?

-¿A cuanto queda esto? – Pregunté mientras bajaba la ventanilla-

-Está a unos 450 kilómetros tardaremos como mucho unas 5 horas. Gracias a dios mi padre se decidió en prestarme el auto – Comentó Patrick, la radio sonaba por lo bajo en el auto. Liz miraba concentrada el mapa de la ruta a la que todavía no habíamos entrado-

-¿Cómo lo convenciste?-Pregunté mientras miraba por la ventana. El me miró por el espejo retrovisor para luego mirar la carretera-

-Con solo decirle que iban chicas por poco me tira el maldito auto por la cabeza- Contestó, no entendí pero al parecer Liz si, ya que se rió con una carcajada sonora-

Apenas entramos a la ruta Patrick subió la música al tope, comenzamos a cantar los tres gritando entre risas. Tal vez esto no sea tan malo, por ahora. Estimando una hora llegaríamos al rededor de las 18:00 de la tarde Luego de varias horas cambié con Liz el asiento y me introduje en el copiloto para hacerle compañía a Patrick ya que ella quería estirar las piernas en el asiento de atrás. Cuando me quise dar cuenta no faltaba mucho para llegar tan solo media hora –

-Pequeña Rose – Comenzó a hablar mientras bajaba con su mano derecha el volumen de la música, revoleé los ojos cuando escuché mi ya típico apodo de parte de el- Se que es tu primera salida de fin de semana mixta –Lo miré mientras comía una de las galletitas dulces  que habia traido Liz, el miraba la carretera con ambas manos en el volante- Tienes que saber que a veces en estos lugares las cosas se ponen un poco locas. Uno se siente libre por estar lejos de sus padres, se deja llevar por chicos mayores como ellos. Con Liz estamos algo acostumbrados ya que tenemos amigos mas grandes y hemos ido a un par de fin de semanas con la hermana de ella –Liz bufó atrás como si quisiera largar un insulto, pero Patrick hizo oídos sordos- Se que son unos pocos días pero solo quiero que no hagas cosas que no quieras –Lo miré confusa-

-Me hablas como si me fueran a violar o algo por el estilo –Mordí otra galleta mirándolo el hizo una mueca y estaba a punto de hablar cuando Liz se reincorporó en el asiento de atras y habló-

-Lo que Pat quiere decir es que –Se quedó callada intentando encontrar las palabras adecuadas- Esto no es como un maldito campamento, acá se drogaran, tomaran alcohol y dormirán con el o la que primero vean –Dijo sin mas Liz, me di vuelta para mirarla ella se encogió de hombros -

-Delicada te decían –Se burló Patrick – No es tan así que no cunda el pánico – Dijo mirándome por unos segundos para luego poner su mirada al frente. Creo que mi apetito se había ido- Solo diviértete –

-Lo iba a hacer hasta que  me hicieron ponerme en alerta- Miré a Liz dándome vuelta, ella me sonrió inocentemente-

-Tarde, ya estamos llegando- Dijo mirando por arriba de mi hombro, me di vuelta mirando al frente.

Las reglas del boxeador (Incompleta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora