Un olvido inoportuno.

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¿ Cuántos días habían pasado desde eso? Debo ser honesta y decir que lo he olvidado, el correr del tiempo ya no es la gran cosa cuando sientes que cada día es la peor de las experiencias por vivir, cuando apenas despiertas ya quieres volver a dormir. Sacar fuerza para retirar las sábanas y dejar la seguridad detrás de tus cortinas, para salir a enfrentar algo que te consume lentamente, no es algo sencillo. ¿Exagerado? Tal vez. Pero ahora mismo no me interesa si lo soy.


Sin embargo, como cada mañana donde me quiero convencer de que todo ha sido una pesadilla, miró la fecha y hora en la pantalla de mi celular. "Lunes 14; 6:25 a.m.". Han pasado apenas unos días y se han sentido como años. Ni siquiera quiero levantarme de cama. Si no fuera por los insistentes mensajes de texto de John, mi cometido hubiera sido exitoso. Pero huir era cobarde, y no lo haría.


" — No sé si sabes, pero ya no cursas en básico. ¿Has pensado en vestirte de manera normal?— Esa maldita sonrisa, con el desagradable hoyuelo en su mejilla izquierda, me ponía de mal humor al instante.


— No sé si sabes, pero ser un imbécil no te hará más popular. — Pasé a su lado sin mirarlo de vuelta, dirigiéndome nuevamente al centro del aula, donde a nadie le gustaba sentarse.


¿Qué mal había cometido para tener a semejante idiota de compañero? Pero aún, ¿porque gustaba de fastidiarme a cada momento? El como vistiera no era asunto suyo. Es cierto que me gustan las cosas llamativas, los lazos y los brillos, pero eso no es nada extraordinario. ¿Eran mis tenis de colores? ¿O mi bolso con tantos botones? ¡Basta! A mi me gustaban, no tienen que gustarle a todos, menos a personas tan molestas como él.


— Otra vez con el ceño fruncido, ¿Te dijo algo de nuevo?— Joe parecía caído del cielo, tomando asiento a mi lado y acomodándose de manera perezosa sobre la mesa. — Sólo ignóralo, se cansará si no le pones atención.


— Lo intento, pero no sé que sucede con ese tipo. Es como si me esperara para soltar sus comentarios desagradables para empezar bien su día. — Apoye la barbilla en el dorso y disimuladamente empecé a mordisquear la uña del meñique.


— Sólo es un idiota. Los hay en todos lados. Si te das cuenta, se sienta al fondo con el resto de los idiotas. — Con un movimiento de su cabeza señalo hacia la parte de atrás.


Era verdad. Ni siquiera me había fijado en ese detalle. Sin darme cuenta se habían formado pequeños grupos. Uno de cuatro chicas cerca de las ventanas a las áreas verdes, uno con dos chicos y dos chicas justo detrás de donde Joe y yo estábamos pero alejados de todos, el grupo de los idiotas formado por unos 7 u 8 chicos donde se reían escandalosamente y no dejaban de mirar en las pantallas de sus celulares, y luego estábamos Joe, un par de chicos, una chica y yo, prácticamente a solas en la primera línea.


¡Que diablos! Incluso ese idiota ya tenía un grupo".


— Tierra llamando a Vanne, ¿Nos escuchas?— Parpadee confusa un par de veces hasta recordar que estaba haciendo antes de perderme en recuerdos. John claramente me había estado llamando desde un rato, y por la manera en la que Shirley y Joe me quedaron viendo, algo había sucedido.


— Emmmm, perdón, me... no importa. ¿De que hablábamos? — Había un acuerdo silencioso entre nosotros. Ellos no lo mencionaban a menos que fuera necesario y yo no me quejaba sobre como mi mejor amigo había pisoteado mi corazón hasta que quedó hecho polvo.


— Mi cumpleaños es la próxima semana...— Y ahora entendía las miradas.


El cumpleaños de John siempre era un motivo para celebrar, por lo que nos dijo una vez su madre, antes de nosotros, él detestaba hacer algo en esa fecha en particular. Los últimos tres años habíamos festejado nosotros cuatro y tres personas más, incluyéndolo a "él".


— ¿Pastel de chocolate, cierto? Ya tengo todo listo. — Asentí y rogué porque ignoráramos lo obvio, pero al parecer, Joe gozaba con eso de no tener tacto.


— Él irá, y posiblemente la lleve. — Apreté el borde inferior de mi playera entre mis dedos. Lo sabía. Sabía que en algún momento algo así sucedería.


— No es necesario que hagamos algo este año.— La voz de John era cautelosa. Me estaba dando a elegir sobre un día que no era para mi. Negué suavemente y respire profundo para no dejar que las lagrimas salieran.


— No seas tonto. Vamos a celebrar, y no me molesta que él este. Es tu amigo. Todos lo somos, ¿no?. — No dejaría que lo que había sucedido entre nosotros afectará más a nuestro grupo. No podía ser así de egoísta.


Los buenos recuerdos ahora estaban revueltos con los malos. Las risas con el llanto. Las bromas con los reclamos. Las palabras de cariño con los silencios de rencor. ¿Sería capaz de soportar toda una tarde con él sosteniendo una mano que no era la mía? ¿ Besándola solo porque le nace? ¿Realmente podría soportar ver que lo que tuvimos ahora lo tiene (y mucho mejor) con ella?


Ojalá nunca me hubiera hablado. Ojalá nunca hubiéramos dejado de ser amigos.

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⏰ Última actualización: Sep 13, 2016 ⏰

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