Los comienzos

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Son las 6:00 a.m. y suena el despertador avisándome de que tengo que despertarme para estudiar ya que estaba en los exámenes finales, pasado un cuarto de hora me suena el móvil ( era una notificación de WhatsApp), y no podía ser otra persona más que mi amiga y "pareja" Judith (digo pareja entre comillas porque no era,os pareja como tal, éramos amigas con derecho a roce o follamigas) no es que no quisiéramos ser pareja pero cuatro años atrás lo intentamos pero no funcionó.
Volviendo al tema
Judith me pregunta -Tia hoy cuando salgas del examen vente a mi casa
A lo que yo le respondí con un emoticono con el pulgar hacia arriba en señal de aprobación (no tenía tiempo a responderle nada más), acto seguido abrí el libro por la página 1 y me puse a leer y a intentar memorizar el contenido de aquellas páginas me aburría solo de pensar que tenía que aprenderme 83 páginas y solo llevaba media página.
Ya eran las 8:30 así que comencé a vestirme y a arreglarme.
Eran las 9:00 y yo situada frente a la puerta de la universidad con las piernas temblorosas y un escalofrío que recorría toda la espalda, me decidí a pegar un paso adelante pero estaba bloqueada, en ese momento un chico me toco por la espalda y me preguntó
-¿Perdona tienes hora?
En ese momento desperté de ese estado de pausa en el que me encontraba sin pensármelo dos veces empecé a caminar a ritmo acelerado dándole la espalda a ese pobre chico que no había hecho nada malo.
Eran las 12:05 cuando salía de la universidad, acto seguido me dispuse a ir hacia la parada más cercan de autobús, cuando de repente lo vi a él a ese chico al cual le había dado la espalda sin más tras preguntarme la hora, yo avergonzada intenté pasar discretamente pero no fue posible porque ese chico se acercó a mí diciéndome que si me encontraba bien dado que estaba muy pálida y yo con un fino hilo de voz le contesté que si estaba bien pero me arrepentía por haber actuado así con el, en ese mismo momento escuche el frenazo de un autobús, levante la vista y era el mío me levante de un brinco y entre rápidamente para buscar los asientos del fondo ya que me hacían sentir como una niña me recordaban a esos años en los que iva para aquí y para allá con mis padres en el autobús.
Entonces el chico de la hora volvió a interrumpir en mi mente cuando me dijo
-Clara, clara
¿Como sabia mi nombre un tipejo que no conocía de nada? Así que le pregunte
-¿Como sabes mi nombre?
-jajajajajaja. Porque se te ha caído el carnet de conducir
Muy delicadamente me lo tendió
-Gracias
-De nada
-¿Cómo te llamas?
-Pier
-¿Pier? Bonito nombre ¿De dónde es?
-Pues ahora mismo no lo se imaginó que será italiano o francés
-Eres majo ¿sabes?
-Gracias, tú también lo eres
El me volvió a preguntar
-¿Me das tú WhatsApp? Así hablamos y podemos quedar a tomar algo
-Claro
Y así sin más le doy mi teléfono a una persona que ni conozco. En ese momento levanto la vista y veo que ya estaba en mi parada. Me levanto y me voy
La casa de Judith estaba a 5 minutos andando de la parada del autobús.
Llamo al timbre de Judith y no tarda ni treinta segundos en abrirme la puerta, para mi sorpresa estaba semidesnuda (sin sujetador y con unas bragas blancas que transparentaban todo) Judith vivía sola ya que sus padres estaban viviendo en a Coruña cuidando a su abuela que estaba muy enferma.
Judith me cogió fuerte del brazo y me arrastró hacia dentro para que no me quedará ahí en la puerta, una vez dentro me empezó a desvestir, cuando las dos estábamos desnudas nos tumbamos en el sofá haciendo la postura del 69 se notaba que ella estaba caliente porque apenas tardó en correrse en mi boca, en ese momento me excité aún más y unos minutos más tarde me corrí yo también, yo estaba a mil entonces ella se dio la vuelta situando sus tetas sobre mi cara (eso me excitaba muchísimo)  yo sin pensarlo empecé a lamer sus pezones mientras ella me introducía sus dedos por mi clitoris en ese momento sonó mi móvil con una notificación (que momento más inoportuno) ignorando por completo el mensaje continúe lamiendo y mordisqueando las tetas de Judith, esta vez tarde un poco más en correrme pero cuando lo hice me quede sin palabras.
Judith se acercó a mi oído y me susurró
-¿Te ha gustado?
-Si
No podía decir nada más estaba sin aliento.
Judith sin mediar palabra se levanto se puso las bragas y el sujetador y fue directa a la cocina donde había preparado unos espaguetis que no tarde en comerme (Judith no era una experta cocinera pero se defendía) después de comer me dispuse a ver quién me había mandado el mensaje y en ese momento escuché la respiración profunda y tranquila de Judith, rápidamente bloquee la pantalla del móvil para que no viera que la persona del mensaje era Pier el chico con el que había hablado en el autobús (Judith era muy celosa y se inventaba historias como que le ponía los cuernos o que había alguien que me lo hacía mejor) y siempre intentaba evitar cualquier cosa de ese tipo. Ese día me quede a dormir en su casa y al día siguiente ella se fue a comprar temprano, así que aproveche para contestar a Pier.
Pier me había preguntado que si me importaba quedar hoy para dar una vuelta y yo le respondí que claro que podíamos quedar así que quedamos para vernos en un parque cercano a mi casa, como excusa le dije a Judith que me iva a casa de una amiga a hacer un trabajo.
Una vez en el parque lo vi bajar de un Porsche Challange, (se notaba por su manera de vestir y en general que el dinero no le faltaba)
-Hola Clara
-Hola Pier
-Ven sube a mi coche, vamos al bar de un amigo
Yo asentí con la cabeza
Pasamos la tarde en el bar del amigo, entonces mire fijamente a Pier y me di cuenta que no era exactamente guapo, tampoco era feo, simplemente del montón pero algo tenía que me atraía y algo dentro de mí me decía que esa persona se convertirá en uno de mis mejores amigos y así fue hoy hace un mes de ese día y es algo más que un amigo es un hermano mayor.
Judith se tuvo que ir un par de semanas a a Coruña porque su abuela no iva a mejor fue entonces cuando dos dias más tarde de su partida Pier se presenta en mi casa y me dice que tiene que marcharse a París por temas de negocios (Pier era publicista) y tenía que hacer una campaña publicitaria en París donde estaba la sede de la empresa en la que trabajaba
Yo con un nudo el la garganta le ofrecí un café y el me dijo que no, yo entristecida porque me quedaría sola y no tenía a nadie más con quien hablar y desahogarme ya que la relación con mis padres no era la mejor, ellos no estaban de acuerdo con que fuera bisexual. Pier me dijo que estaba ahí para lo que fuese a él no le importaba que fuese bi.
Yo casi sin darme cuenta me abalancé sobre él y los dos nos fundimos en un apasionado, largo y profundo beso, él empezó a quitarme la camiseta que llevaba puesta yo acto seguido le arranqué un par de botones de la camisa y en ese momento mi cabeza miró hacia su pantalón y vi que estaba empalmado (nunca lo había hecho con un hombre así que me daba un poco de asco todo eso), Pier si más me puso a cuatro patas y me penetro con mucha fuerza, yo me retorcía de dolor en ese momento me pregunto qué si estaba bien y yo le dije que era virgen con un hombre, entonces él se disculpó y me dijo que si quería continuar, y yo en es momento estaba excitadisima y sin pensarlo dos veces le dije que continuará ahora sí, fue muy poco a poco y cuando ya estaba bien sin dolor empezó fuerte me puso a cuatro patas, me puse encima suyo y por último me agarró por las caderas y se puso en pie yo movía mis caderas como una posesa hasta que finalmente eyaculo dentro de mi yo aún excitada me baje y sin que yo le dijera nada me empezó a comer el clitoris, lo hacía diferente que Judith era una sensación nueva para mí entonces me corrí en su boca, finalmente acabé exhausta sin poderme mover del sitio él se vistió y se fue yo tarde cuarentena minutos en recuperar el aliento.
El teléfono de casa sonó y yo lo descolgué, era Judith para preguntar cómo estaba que tal había pasado el día yo intenté disimular mi placer y le contesté que muy bien pero la añoraba, tras hablar con ella me empecé a calentar la cabeza porque lo había hecho con un hombre (había roto nuestra promesa que era llegar a los 25 sin haberlo hecho con un hombre) en tres días no pude dormir, la conciencia no me dejaba tranquila pero a la vez tenía la seguridad de que no había hecho nada malo.

El amor un juego dolorosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora