El amor un juego doloroso

El regreso de Judith

El regreso de Judith hizo que todo volviera a la normalidad pero una normalidad un tanto rara, nuestra relación se distanció, ya no pasábamos tanto tiempo juntas, y eso me preocupaba.
Como ya he dicho nos distanciamos un poco, quizás fuera porque ella comenzó a trabajar como camarera en la cafetería de abajo de su casa.
Pier venía esta tarde y me gustaría ir a recogerle pero pero pasadas tres semanas de nuestro encuentro sexual me seguía sintiendo mal y no le había dicho nada a Judith.
Tome un autobús que me llevó hasta la estación del tren donde el tren tuvo un retraso de cuarenta y cinco minutos en llegar, cuando ya cansada de esperar me decidí a irme noté que alguien me tocaba por la espalda y me decía
-¿No me esperas?
En ese momento me giré y confirme mis sospechas, era Pier, pero esta vez me fijé que llevaba dos maletas. Lasuya color azul oscuro y otra que parecía de una mujer color dorado con la cremallera morada, sin hacer mucho caso a la maleta le hice una mueca con la cara como dándole vía libre para marcharnos de allí, y él me respondió moviendo su mano de arriba abajo en señal de que me esperara a la vez que me decía
-Espera quiero presentarte a alguien
Yo confusa le pregunte
-¿A quién?
En ese justo momento apareció como de la nada una mujer de unos 25 años que vestía unos pantalones cortos y una camiseta color granate, y Pier me dijo
-Te presento a mi hermana Giorgia
La chica se acercó a mi y me dio dos besos en las mejillas
Entramos en el autobús ya que yo no tenía coche, en el autobús Giorgia se intentó distanciar lo máximo posible de nosotros dos para dejarnos a solas.
Pier me dio un beso en los labios y me dijo
-¿Si pudieras pedir un deseo cual pedirías?
-Pfff, pues no se ¿que se acabara la homofobia en el mundo?
-Vale
Era 7 de mayo y ya había acabado la universidad y en justo una semana era mi cumpleaños y no sé que me regalarían los dos amores de mi vida, los días pasaban lentos y eran muy rutinarios me levantaba iba a casa de Judith comíamos y nos íbamos a la playa, nos íbamos a mi casa cenábamos y nos quedábamos hasta tarde viendo una película, desde que fui a la estación de tren a por Pier no lo había visto y de hecho me notaba vacía como sin vida y con mucha presión sicológica. Necesitaba ver a Pier, el me hacía sentir mejor, simplemente con hablar con el, el me contaba sus problemas y yo le contaba los míos.
Llego el día 14 de mayo (era mi cumpleaños) y aún no había visto a Pier cuando de repente toco alguien a la puerta y le abrí, era Pier y me dijo
-Tengo algo para ti
Yo más ilusionada que un niño el día de reyes le dije
-¿El que, el que?
-Baja y lo veras
Cuando baje vi un Audi aparcado justo enfrente de mi casa y Pier me dijo
-¿Lo quieres probar?
-Claro
Cuando nos dimos una vuelta a la manzana y me decidía a quitar las llaves me dice Pier
-Mira en la guantera
Y cuando la abrí vi un sobre en el que ponía Clara, al abrir el sobre pude ver dos billetes de avión para Londres
Pier me dijo
-¿Por qué a Londres? Pues porque en Londres nadie te dice nada de tu manera de ser, de pensar ni por tu orientación sexual
Yo sin decir nada le abracé lo más fuerte que pude y le susurré
-Gracias
Judith y yo quedamos para celebrar mi cumple en un restaurante de alta cocina ya que a las dos nos encantan esos restaurantes. Como era de esperar pagó ella, y nos dirigía,os hacia mi casa cuando ella me pide matrimonio, yo no sabía qué decir así que le dije
-Necesito tiempo, no es que no te quiera ni nada de eso pero así casarnos sin más
-¿Como que sin más?
Yo cobardemente e impotente en ese momento eché a correr. Estuve tres días sin saber nada de Judith así que volví a mi casa para hacer las maletas e irme a Londres con Pier.
Llegamos a Londres y Pier y yo tomamos un taxi hasta el hotel donde Pier había reservado dos habitaciones una para él y otra para mí (ese detalle me gustó, me demostró que el no quería hacer nada que yo no quisiera)
Visitamos todos los monumentos más importantes de la ciudad y el último día Pier me llevó a una tienda casi escondida en una callejuela del centro de la ciudad, allí Pier adquirió unos trajes de color amarillo chillón en los que ponía I am proud to be LGTB ( estoy orgullosa de ser LGTB) el también se compró uno pero para hombre, acto seguido fuimos al hotel donde nos cambiamos y nos pusimos los trajes, Pier me dijo te espero en recepción. Cuando llegue al sitio acordado me dijo
-¿Te gusta correr?
-¿Cómo?
-Vamos a correr con esta ropa por todo Londres y ya veras como nadie te mira mal
Estuvimos corriendo un buen rato hasta que cansados volvimos al hotel, una vez allí me duche y me di cuenta que tenía que elegir a Judith o a Pier.
Sabía que llegaría este momento pero que llegaría tan rápido, con ambos he hecho locuras pero tenía que elegir. Una vez en el avión Pier trabajando desde su ordenador y yo leyendo un libro. Pier se fue al baño y aproveché para cotillear un poco su ordenador y encontré una carta que ponía

Pfff, no sé cómo comenzar. (Esto no es lo mío)
Las MUJERES
Las mujeres son seres astutos, inteligentes, despiadados y un tanto raras. Pero como hombre he conocido a muchas mujeres buenas, malas, vergonzosas, valientes, etc.
Y solo tengo una palabra para describirlas "vitales", si así es, ellas en conjunto forman una parte fundamental para el mundo, porque han sido ellas (las mujeres) las que me han ayudado a entender y apreciar mucho más a (este lugar llamado mundo así como a todas las personas que lo habitan), me han enseñado a sacarle una sonrisa al mundo, a enfrentarme a las dificultades de la vida sin mirar "¿el qué dirán?", a expresar tus sentimientos y sobretodo me han enseñado a AMAR.
No hace mucho tiempo una mujer a la cual aprecio mucho me dijo "vive el presente para disfrutar el futuro" la verdad es que cuando lo leí no le hice mucho caso pero me tomé mi tiempo en analizarla y tiene toda la razón

Pensé en esa carta y tenía muchas preguntas sobre la carta pero actúe rápido cerrando la pestaña porque el ya estaba ahí