Solo Mío| Pam x Bon - Yaoi

1.

" Prepárate..." se decía a si mismo "Mañana te cambias de ciudad."

Por una parte, se sentía bien por hacerlo, ya que toda la gente que odiaba quedaría a kilómetros de distancia...

Pero por otra, abandonaría a sus mejores amigos; y no quería hacerlo.

Por motivos laborales, si madre había decidido que debía mudarse a ese lugar, en el cual no conocía a nadie...

O, al menos, eso pensaba.

¿A que me refiero?

Hay sorpresas a la vuelta de la esquina, cosas de las cuales no nos percatamos.

Eso era justo lo que le iba a pasar, sólo que aún no se había dado cuenta.

Tomó un par de objetos de una repisa, entre ellos cuadernos y objetos para colorear y dibujar,  y los guardo en una mochila.

Así fue haciendo con cada cosa de la habitación, guardandolas en cajas y maletas.

Se tiró sobre la cama al terminar, y suspiró.

" No quiero separarme de mi ciudad..."

Pero una llamada irrumpió en sus pensamiento.

" ¿Quien será ?"

Su mejor amiga.

- ¡Hola, Pam! - decía ella con tono alegre.

- Ah, hola. - dijo el sonriendole a la nada. - ¿Qué pasa?

- Tengo entendido que te vas mañana, así que quería que nos viéramos una última vez antes de que te mudes, ¿estás ocupado?

- No... Tengo todo el tiempo del mundo. - y suspiró.

- ¿Te molestaría que vaya a tu casa? - dijo ella.

- No, para nada, mi mamá salió con mis hermanos a despedirse de sus amigas, pero yo no quise ir.

- Te veo en un rato.

Ese rato duró más de lo esperado.

El timbre sonó, y Pam, que siquiera se había peinado, abrió la puerta descalzo, con pereza.

Al hacerlo, su amiga le dio un fuerte abrazo, dejándolo sin respiración.

- ¡PAM! - gritó ella antes de hacerlo.

Pam soltó un grito, y ella comenzó a reírse, todavía abrazada a El.

- Yo también te voy a extrañar. - dijo el y ella lo soltó, dejándo a sus pulmones tomar un poco de oxigeno.

- No quiero que te mudes... - respondió ella con pena. - ¡Te voy a extrañar!

- Oh, idiota. - dijo Pam riéndose- Me harás llorar.

(...)

Pasaron la tarde juntos, videojuegos , dibujos , comida y risas de por medio.

Hasta que.... tuvo que irse.

Se dieron su último abrazo, un abrazo cálido, de despedida, con cierta pena y cariño en el.

Pam fue a su cuarto, y terminó de guardar sus cosas para partir al amanecer.

La noche transcurrió lentamente, esperando en el frío de la oscuridad a que el sol se ponga.