Shinobi: Un Nuevo Heroe.

Capítulo l

Es una cálida tarde, el sol se encuentra posado en el punto más alto posible sobre la gran ciudad ubicada en medio de un bosque en el cual abunda el claro y brillante color verde de las copas de los árboles, hacia el norte se extiende un gran lago que refleja la luz, al fondo unas grandes e imponentes montañas dan un gran contraste con sus puntas nevadas, cualquiera diría que el paisaje daba la impresión de haber sido extraído de un mundo de fantasía.

Los relojes tan solo marcan la una, hora de que los estudiantes de las academias se retiraran a sus respectivas casas. Cerca del centro de la ciudad se encuentra la Academia 326 de la cual salen todos los alumnos, entre ellos tres chicos de no más de once o doce años que parecen ser muy buenos amigos, charlan de simples cosas graciosas que logra hacerlos echar una carcajada cada tanto.

Uno de ellos cambia de tema para hacer una pregunta un poco más seria, observa con una pequeña sonrisa a sus amigos que caminan a su lado derecho
-¿Que planean hacer hoy?-
Uno de ellos, quien se acomodaba un poco su cabello alborotado el cual era color castaño algo oscuro se adelanta a contestar primero.

-Yo deberé ayudar un poco a mi abuelo a ordenar su casa, ya saben esta algo viejo.-

El tercer chico se desconectó completamente de la conversación, sus azules ojos se encuentran ahora centrados en su compañera de clases que tan solo se ubica unos pocos metros más adelante de él, junto con sus amigas. Estaba completamente perdido en ella, su largo y lacio cabello negro, su rostro, su delicada risa y sonrisa fueron algunos de los motivos que causaron que le gustase desde el primer día del año escolar, sin embargo lo que más destacaba en ella eran sus curiosos ojos de una tonalidad gris clara, era algo que llamaba la atención de todos debido a su rareza, por otro lado su piel era muy blanca, parecía verse pálida y no tenía ningún tipo de marca u imperfección en esta, se veía demasiado suave y frágil.

Jamas habia sido capaz de hablarle, pues el era alguien muy tímido para ello, de repente un suave golpe de codo impacta la parte lateral izquierda de su cuerpo por debajo de sus costillas causando una pequeña sensación de cosquillas y logrando que reaccione ante sus amigos.
-¿Que?.-
Dice de manera confundida mientras observa a sus amigos que se encuentran a ambos lados.
Ellos miran al frente, para luego intercambiar miradas casi como si hablasen telepáticamente o mediante gestos, ya que al mismo tiempo en el rostro de los dos se forma una pequeña sonrisa.

-¡Sebas! ¿De nuevo contemplando a Allison? ¿Por qué no vas y le hablas?.-

Mientras habla, le da varios golpes más de codo acercándose y dándole una mirada un tanto pícara con sus ojos castaños que eran tan claros que uno podría decir que era una tonalidad amarilla haciendo una especie de combinación con su cabello rubio, por otro lado, su otro amigo apoya una mano sobre su hombro.
-Harás que se sonroje, Ema.-
No pudo evitar reír un poco, sin embargo su expresión no tarda en cambiar cuando ahora Ema dirige un nuevo comentario hacia él con tono irónico.
-¿Y tú Joshep? Oí que le gustas a la gran Allison.-
Ante tales palabras tan solo se queda callado apartando la mirada sintiéndose algo vergonzoso.
-Dicen por ahí que hoy a la hora de deportes, ella fue incapaz de quitarte la mirada.-

Era bien sabido que Joshep era el más talentoso en los deportes, tanto que incluso lo nombraron capitán para los intercolegiales, su característica física más notable es su velocidad. Gracias a todo ello y a su buen espíritu de compañerismo ha logrado llamar la atención de varias chicas, no seria tan raro que también lograra llamar la de Allison.

Sebastián finalmente se dispuso a hablar, no sin antes detener su caminata señalandose a si mismo con el dedo pulgar en el pecho.

-¿A Joshep? ¡Es obvio que me miraba a mi!.-

Jos y Ema se dispusieron a recordar la hora de deportes en la que Sebastián desesperadamente pedía la pelota, en ese momento se distrajo observando una de sus agujetas desatadas.