#3. Mi decisión

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LUCIANA
Hoy, empezaré mi camino, no cualquier camino y no a cualquier dirección. Empezaré el camino a la felicidad, esa estraña palabra difil  de hallar, esa que algunas veces se torna imposible al igual que su  dirección, hay muchas pero hay que saber elegir la correcta, yo tratare de que la mía sea saber en realidad quien soy y quien puedo llegar a ser.
Toda mi actitud positiva y esperanzas estan activadas, el cambio iniciara hoy.
-Señorita, señorita-escucho un llamado muy insistente del otro lado de mi puerta. También un golpeteo sobre ella- ¿Aún esta dormida?
Reconozco la voz  de inmediato es Margaret, la señora que me ha cuidado siempre. Es mi única compañía, mis padres viajan todo el tiempo y no pueden estar pendientes de mi, así que Margaret los ha suplido hasta ahora.
Aunque me brinda todo su cariño y me escucha siempre, eso no me llena, la aprecio demasiado pero mi corazón no esbconforme, el solo  quiere un cariño de mamá o papá.
-Sigue- dijo en un hilo de voz y escuchó como se abre mi puerta-Hola Margaret, ¿como estas?- pregunto apenas la veo.
-Muy bien señorita, gracias. ¿Y usted? la noto muy contenta y mirando la hora que es y aun no esta levantada se puede decir que es feliz o ¿me equivocó?- escucho las palabras de Margaret y esbozo una sonrisa.
Usualmente no duermo mucho y cuando lo hago es porque mi día ha estado realmente bien, cosa que es muy rara. Margaret me conoce tan bien que lo ha notado.
- Es verdad, estoy tratando ser feliz. Ven sientate- dije señalando mi cama y ella asintió-te tengo que contar tanto- y las dos nos dedicamos una tenue risilla.
Fue un momento especial, como decearia que en vez de Margaret fuese mi madre, la persona que me entendiera y escuchara, que tuviera un poco de tiempo para mi, que supiera reconocer cuando estoy bien o cuando necesito un abrazo. Pero no, nada de eso me pasa y creo que nunca pasara.
-Digame señorita, espero que ese sentimiento permanezca por mucho tiempo en su vida-yo no aguante las ganas y me acerque a ella abrazándola y susurrando un  "gracias, eso espero". Nos separamos y empecé a contarle todo lo que sucedió y las causantes de mi cambio de ánimo tan repentino.
Al finalizar mi relato, el rostro de Margaret estaba iluminado y no dejaba de sonreír.
-Me alegra mucho por usted. Ya era hora de que tomara sus propias decisiones, yo nunca estuve de acuerdo con su relación con ese muchacho, aunque es un buen joven no es lo que usted necesita. La apoyo, pero ¿sus padres ya están al tanto de su rompimiento?- y vi que Margaret se empezó a preocupar. A mi también me daba un poco de miedo pero ya la decisión estaba tomada y mis padres tendrían que aceptarlo.
- Yo no he hablado con ellos, pero lo más probable es que Mara  la mamá de Marcos ya se halla comunicado con mi madre.
-Ay! Ya se había olvidado. Señorita sus papas llegan hoy en la noche de Buenos Aires, han llamado hace un rato al teléfono de la casa porque usted tenia su móvil apagado.
No, porque hoy.
Siempre que mis padres venían terminábamos peleando, según ellos yo no me despegaba de mi móvil y eso no era verdad, eran ellos los que no dejaban de hablar del trabajo y se la pasaban atendiendo llamadas.
-¿y por qué tan pronto?
-No me dijeron nada señorita, solo me pidieron que le avisará y se arreglara porque iban a asistir a algo muy importante, que cuando ellos llegaran ya usted estuviera lista. Y llegan como a las siete-Margaret miro su reloj en su muñeca derecha e hizo un gesto con la boca- es dentro de tres horas, yo creería que ya es hora que se levante o sino no alcanzara a alistarse.
-Bueno Margaret, ya me levanto, pero, sera que me puedes preparar algo para desayunar ¿si?
-Claro que si señorita, ¿le provoca chocolate o café?
No lo pensé dos veces y respondí
-Una gran taza de chocolate con malvavisco-y soltamos una gran carcajadas- gracias
- Bueno ya se la preparo - y diciendo eso salio de mi habitación.
Después de mi calurosa charla con Margaret me dispuse a organizar mi alcoba. Desde pequeña me gustaba organizar mis cosas sola, no esperaba a que Margaret lo hiciera por mi como el resto de mi familia. Para mi era un falta de respeto hacia Margaret, ella no tendría que recoger ni ordenar mi regero.

Más tarde pase a desayunar, Margaret cocinaba delicioso. Me había preparado un tazón de frutos rojos, omelet con queso y tocineta y una gran taza de chocolate caliente con malvaviscos. Amaba todo lo que cocinaba, todos sus platos tenían un toque especial, un toque de amor.

A la hora ya estaba lista, me coloque un vestido negro con brillitos y la espalda destapada, tacones no tan altos grises y un abrigo del mismo color. Esperaba en mi habitación escuchando a Rihanna con "Man Dawn", cuando escuche que mi puerta se abrió. Vi entrar por ella a una hermosa mujer con vestimenta azul cielo y blanco. Su ojos tan delineados y su cabello tan perfectamente ordenado. A esa mujer la podrías reconocer a ciegas, era mi madre, la que me dio la vida  y la misma que nunca ha estado en mis bueno o  peores momentos.
Se acerca hastas la ventana donde estoy y me da un rápido beso en la frente.
-Que bella estas, ¿por qué no contestabas el móvil? Estamos preocupados- y cuando le iba a contestar, me interrumpe mi padre, entrando al lugar.
-Hermosa, ¿Como has estado?.Te extrañe mucho.
Las palabras de mi padre siempre hacían que mis ojos se pusdierasn vidriosos, el de verdad me quería y eso dolía, dolía por la simple razón de que mi madre no era como el.
-Hola Papá-dije mientras me acercaba y lo abrazaba- bien, también te extrañe.
- Mi pequeña éstas muy bella.
-Gracias Pa, tu también está muy guapo- digo mirándolo de arriba a bajo. Siempre con sus trajes oscuros y pañuelos coloridos. Hoy había escogido uno verde como su corbata, de verdad se veía bien.
-Si lo se- dijo en un tono burlón-ahora pequeña tu y yo tenemos que hablar.
-Y yo tambien- interrumpió mi madre quien observaba atentamente lo que platicavamos.
-¿De qué?- pregunte aunque sabia de que se trataba.
-De lo que nos ha dicho Mara, ayer resibimos su llamada en la cual nos decía que tu y Marcos habían roto- como me lo imaginaba, su pronta llegada  era por esta razón, pero perderán su tiempo, yo ya tome una decisión- Entonces dime Luciana ¿Es verdad lo que nos contó la mamá de Marcos?- dijo mi madre observándome fijamente a los ojos.
-Si es verdad-su rostro se trenso-y es una decisión tomada, así que hagan o digan lo que quieran no me harán cambiar de opinión.Así que espero que la respeten y cambien de pagina como yo lo hice ayer.
Tras decir eso salí de mi habitación rumbo al parqueadero, no paraba de escuchar los llamados de mi madre, pero los ignore. Encendí mi auto y salí de allí.

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⏰ Última actualización: Sep 05, 2016 ⏰

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