Parte 1

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James bajo del auto y estiro las piernas, las sentía entumecidas y extrañas luego de un viaje tan largo en tren, que termino con dos horas más en coche. Observo alrededor entrecerrando un poco sus ojos verdes a causa del sol. El lugar parecía igual que cualquier otro pueblo, una glorieta en la plaza central, pequeños locales distribuidos en forma circular, el clásico café con chicas en patines y música de Elvis. A lo lejos observo el gran colegio y para su sorpresa y sobretodo gran alivio, el campo de béisbol. Al menos aquel pueblo no sería tan aburrido como el anterior. Tomo su bolso del auto y observo a su hermana mayor Lorelei, tenían las mismas pecas y los mismos ojos, pero su cabello era lacio y negro como el de su padre, mientras que el de James al igual que su difunta madre estaba formado por ensortijados rulos color naranja.
Caminaron junto a su padre Richard las largas escalinatas blancas rumbo al ayuntamiento, su padre trabajaba para el gobierno, era el encargado de supervisar las construcciones de escuelas y otros sectores públicos en distintas ciudades alrededor del país. Lo cual hacia que viajara constantemente y que en muchas ocasiones tuvieran que terminar mudándose junto con él, este iba a ser el séptimo colegio al cual James asistía a sus quince años. Aunque eso no afectaba sus notas las cuales siempre era de las mejores de su clase, sobre todo si pretendía ir a una buena universidad como tanto le exigía su padre. Lorelai por otro lado tenía diecinueve años y según la sociedad ya estaba en edad de casarse, aunque ella se consideraba una feminista y muy poco le importaba lo que la "sociedad" tuviera que decir, lo cual volvía loco a su padre.
Entraron en el gran edificio y caminaron rumbo a la oficina del alcalde, su padre se presentó con la secretaria mientras James fruncía las cejas al escuchar gritos de discusión del interior de la oficina detrás.

_ Un momento por favor.

Les pidió la mujer con un semblante avergonzado mientras se ponía de pie y golpeando la puerta levemente entraba a la oficina. Pero a los pocos segundos volvió a abrirse con un estruendo repentino, un muchacho de unos dieciocho años salió de ella, tenía el cabello negro en un jopo, un jean y chaqueta negra. James lo observo con desdén pensando que parecía una copia de aquel actor que tanto le gustaba a su hermana y estaba tan de moda, James Dean, aunque solo recordaba su nombre porque era su tocayo.

_ Bienvenidos al infierno.

Dijo el muchacho haciendo una exagerada reverencia justo antes de marcharse dando un portazo similar al anterior. Un hombre con el mismo color de cabello y facciones parecidas pero mucho mayor, salió de la oficina a los pocos minutos, lucia enfadado pero cambio su semblante al notarlos. El hombre los saludo presentándose como el alcance del pueblo y padre del chico que había salido. James los escucho hablar durante un largo rato sin seguir la conversación, preguntándose qué había sucedido para que el otro saliera de aquella manera y fuera tan rudo con ellos.
El alcalde, el cual James había olvidado por completo su nombre, les dio las llaves de su nueva casa. Manejaron hasta allí y desempacaron, su cuarto lucia igual que cualquier otro que había tenido, cuatro paredes vacías las cuales ya no se molestaría en decorar. Terminaron de bajar las maletas y organizar todo, su padre comenzó a trabajar mientras Lorelai acomodaba las cosas en la cocina. James tomo su chaqueta deportiva de mangas blancas y pechera azul, con una gran W en el pecho de su antiguo equipo y salió de la casa a explorar un poco.

_ Volve antes de la cena! -Grito Lori desde la cocina mientras James bajaba por el pórtico.

_ Si si!

James tomo su bicicleta de entre las cosas que había dejado el camión de mudanza y se subió en ella. Comenzó a pedalear por las calles de tierra. No había nada novedoso en aquel lugar, nada interesante... termino pedaleando hasta el campo de béisbol y aunque no había nadie decidió recorrerlo. Camino por cada una de las bases imaginándose al público entre las gradas, fue directo al montículo de tierra del pitcher y flexionando la pierna tiro una bola curva invisible, solía ser un gran sacador aunque temía sus habilidades estuvieran algo oxidadas.

_ Gran lanzamiento, creo que dejaste al bateador llorando.

Dijo una voz con gran sarcasmo, James completamente rojo de la vergüenza dio vuelta el rostro encontrándose con el muchacho de la oficina sentado en una de las gradas por detrás, tenía un ojo morado y un cigarrillo en sus labios.

_ Que... haces... Quien?

El muchacho inclino el rostro observándolo con cierta picardía, James se sentido aún más avergonzado ante aquella mirada tan inquisitiva.

_ Quien sos?!

Logro formular finalmente, el otro se puso de pie y bajo de dos en dos las gradas, saltando la reja que las separaba con el campo y caminando hacia él.

_ Un pueblerino aburrido.

Contesto con una sonrisa de lado, formándosele un pequeño hoyuelo en su mejilla izquierda. James entrecerró los ojos, preguntándose si su actitud seria copia de alguna de esas películas de vaqueros, o de escuchar mucho a Elvis.

_ Hasta el momento, creo que solo sos un "pueblerino" maleducado.

Por un segundo el otro lo miro sorprendido pero luego comenzó a reír, apoyo la mano sobre los rulos de James y le batió el cabello aunque este le retiro la mano al instante.

_ Tenes razón, donde están mis modales? Robert Davis hijo del alcalde, pueblerino maleducado los fines de semana, aunque mis amigos me dicen Bo.

Bo extendió la mano frente a él, James lo miro con desconfianza había algo que simplemente no le agradaba, pero aun así estrecho su mano con fuerza ya que era lo correcto.

_ James Monroe.

Bo le sonrió y soltó su mano fingiendo que le había dolido, camino hasta las bancas del equipo y tomo un bate y una pelota que se encontraban a un lado de la misma.

_ Entonces Jimmy, jugas?

_ James...

Bo le tiro la pelota, colocándose en el lugar del bateador con el cigarrillo aun colgando de sus labios, James no lo había notado antes pero estaba apagado.

_ Lo siento James, jugas?

_ Hace unos años pero nos mudamos... y el colegio anterior no tenía una liga.

_ Oh... te va a gustar este pueblo entonces, todo es béisbol y tarta de manzana. Los adultos creen que con eso basta para fingir que la vida es maravillosa.

James lo observo algo sorprendido, jamás había conocido a alguien tan altanero y comenzaba a resultarle sumamente irritante.

_ Quizá si dejaras de juzgarlos a todos y cambiaras tu actitud también te gustaría este lugar.

Bo volvió a sonreír pensando que James sonaba casi como un anciano malhumorado, acerco la mano a sus labios y agarro el cigarrillo poniéndolo por detrás de su oreja tomo el bate con ambas manos acomodándose sobre la base del bateador.

_ Me agradas Jimmy, con tus pecas y todo.

_ Es James!

Le corrigió nuevamente de mala gana, sintiendo como sus pecas tomaban color a medida que se sonrojaba, aunque no sabía si era por ira, vergüenza o frustración.

_ Y bueno pitcher vas a lanzar o no?

James había olvidado por completo que tenía la pelota de béisbol entre sus manos, la atajo de manera tan automática que entre tantas palabrerías con aquel sujeto su mente lo había pasado por alto.

_ Sabes jugar?

Bo levanto los hombros con indiferencia.

_ Que tan difícil puede ser? Tiras la bola le pego con el palo, vos tratas de no darme a la cara cuando lances yo trato de no darte a la entrepierna cuando la golpee, y ya.

James levanto una de sus anaranjadas cejas y soltó la bola dejándola caer, dando la vuelta y alejándose del montículo.

_... Creo que mejor vuelvo a mi casa.

Bo comenzó a reír a sus espaldas, James escucho el sonido pero no se volvió a verlo, al menos hasta oír el claro eco del golpe del bate contra la pelota de cuero. Levanto la vista observándola volar por sobre su cabeza e irse entre las gradas, si eso hubiera sido durante un partido sería un home run. James dio la vuelta sorprendido, notando una sonrisa soberbia sobre los labios de Bo. Este bajo el bate y golpeo la suela de su zapatilla con fingida indiferencia.

_ Te lo dije, que tan difícil podía ser?

James tomo aire y continuo observándolo, aquella actitud y manera de ser era todo lo que le irritaba en las películas que su hermana amaba, y ahora que lo tenía frente suyo le irritaba aún más. Bo volvió a sonreírle formándosele aquellos hoyuelos en sus mejillas, sonrió de manera tan amplia y petulante que su ojo morado pareció remarcarse aún más. Y por primera vez Jimmy sintió el impulso de dejarle el otro del mismo color.

_ Espero este pueblo de béisbol y tarta de manzana te resulte maravilloso James.

_ Si no volvemos a encontrarnos quizá lo sea.
James se dio la vuelta para buscar su bici y volver rumbo a su casa, Bo lo siguió con la mirada soltando el bate y tomando el cigarrillo por detrás de su oreja encendiéndolo.

_ Quizá finalmente llego al pueblo algo por lo que vale la pena maravillarse.

Murmuro Bo dando una pitada a su cigarrillo y volviendo a sentarse en las gradas.

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⏰ Última actualización: Sep 05, 2016 ⏰

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