Prólogo

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En el comienzo, hace cientos o miles de años, eras anteriores a cualquier civilización antigua, el hombre vivía individualmente.Cada persona estaba sola, aunque formara parte de un pueblo. Cada uno estaba abandonado a su suerte, aunque viviera rodeado por otros. Cada cual tenía que arreglársela solo, aunque tuviera familia y amigos,pues nadie tenía un par, nadie tenía una pareja, nadie tenía un LÍNDROMO.

Había pueblos que sembraban tierras fértiles y cazaban en bosques llenos de vida, pero no duraban mucho, pues a los monstruos les atraen los sitios prolíferos. Como eran campesinos y no guerreros, nunca pudieron sobrevivir a estas amenazas.

Había también pueblos guerreros, que construían fortalezas impenetrables y blandían armas mortíferas, pero tampoco podían resistir mucho tiempo, ya que la falta de recursos, especialmente en los inviernos,los dejaba muy vulnerables a los ataques de los monstruos. Por su falta de recursos para subsistir, pronto se desvanecían.

Así era imposible que sugieran civilizaciones duraderas. Cada vez que un asentamiento era destruido, los humanos estaban forzados a huir,vivir como nómadas hasta que murieran o se formara otro pueblo, el cual sería destruido al poco tiempo.

De esta forma vivían, con el progreso estancado por un círculo vicioso de creación y destrucción del que no parecía posible salir...Parecía.

Los dos grandes dioses, Líndhus y Reok, vieron el terrible estado en que estaba la humanidad, y se compadecieron de ella.

Lindhus encontró a un grupo de campesinos cuyo pueblo había sido destruido caminando sin rumbo y con terror en los ojos cerca de un río caudaloso, pero sucio y lleno de sedimentos. El dios moldeó la forma de la tierra, cambiando el curso del río en una dirección completamente nueva, además de limpiar su agua en un instante. Los campesinos, atónitos por lo que estaban presenciando, decidieron seguir el nuevo curso del río luego de beber, por primera vez en varios días, agua fresca. Movidos por una nueva esperanza de tierras fértiles se encaminaron, aunque todavía no tenían idea de lo que les esperaba.

Reok,por su parte, encontró a un grupo de guerreros en una situación similar a la de los campesinos, solo que estos se encontraban recorriendo un bosque en busca de algo que cazar, sin mucha suerte.El dios formó de las hojas caídas una manada de alces, y la hizo pasar por delante de este grupo. Los guerreros jamás habían visto estos animales, pero de todas formas se lanzaron a darles caza con vigor renovado por la esperanza de sobrevivir. Esa misma noche, luego de que todos terminaron de comer, se apareció ante ellos un animal majestuoso: un alce el doble de grande que los demás, con pelaje blanco como la nieve y astas que parecían nunca terminar de ramificarse. Nadie se atrevió a moverse, todos se habían quedado petrificados por la imagen que se alzaba frente a ellos. Un momento después, el alce salió corriendo a gran velocidad por el bosque. Los guerreros no lo pensaron dos veces, se fueron de inmediato detrás de él.

Los dos grupos viajaron durante dos días y dos noches casi sin descansar. Los guerreros corriendo tan deprisa como les permitía el paisaje del bosque. Los campesinos, por otra parte, caminando sin prisa pero sin pausa, a la par del río para no perder el rumbo.

Finalmente,al amanecer del tercer día, tal como lo habían planeado los dioses,se encontraron en el lugar justo en el que el río formaba un extenso lago que limitaba con el bosque. Se observaron los unos a los otros,murmurando cosas entre ellos, cada uno en su propio lenguaje. Poco apoco se acercaron, hasta que estaban a un tiro de piedra unos de los otros. En ese mismo instante, el lago se agitó, se levantó una gran ola, y al romper contra la orilla junto a la que estaban los dos grupos, apareció el mismo alce blanco que guió a los guerreros, con sus pezuñas sumergidas en el agua playa. Se presentó como Reok,hablando en las mentes de todos, y todos lo entendieron. Luego el lago comenzó a agitarse, como si estuviera hirviendo, y entonces habló, también en la mente de los presentes, y se presentó como Lindhus.

"Todos han vivido tragedias", dijo el lago, "Todos perdieron a sus amigos y a sus familias, pero como decidieron seguirnos, todo esto acabará".

"Hemos visto como viven", siguió el alce, "Y venimos a decirles cómo cambiar para progresar. Guerreros, ustedes serán desde ahora conocidos como Rohmos. Su deber será proteger y resguardar. Nunca dejen que los monstruos vuelvan a destruir los pueblos".

"Y ustedes, los que siguieron al río, serán llamados Líduos.",anunció Lindhus, "Ustedes serán quienes provean de alimentos y hogar para todos. Mientras así lo hagan, nada les faltará".

A medida que los dioses hablaban, la emoción de los humanos fue aumentando. Cada vez estaban más ilusionados por el futuro que les estaban prometiendo. Entonces Roek siguió hablando:

"Ahora,presten mucha atención, esto es lo más importante de todo. Sin esta última instrucción nada funcionará". Hizo una pausa, todas las miradas estaban puestas en él. "¡Víctor, líder de los Rohmos, ven al lago!".

De inmediato, Lindhus agregó: "Y Leeroy, líder de los Líduos,acércate también al agua".

Por un instante, todos quedaron atónitos. En efecto, esos eran los nombres de los líderes de ambo grupos, aunque nade sabía cómo fue que los dioses se enteraron. Luego de un instante de incredulidad,los dos líderes se acercaron lentamente al lago. Entonces los dos dioses hablaron al unísono.

"Víctor y Leeroy, a partir de ahora, ustedes serán LÍNDROMOS. Desde ahora,ustedes están unidos, y también lo estarán sus hijos, y los hijos de sus hijos". Los dos se miraron el uno al otro, y sintieron que algo había cambiado. "¡Todos los demás!", llamó Roek,"Busquen a su líndromo, está en el otro grupo".

Entonces todos los humanos presentes sintieron algo dentro suyo, un llamado que los movía para buscar a su líndromo. Mientras los grupos se mezclaban por la búsqueda, Lindhus habló: "Jamás se separen de su líndromo, trabajen juntos y logren juntos lo que nadie puede solo".

Cuando todos encontraron a su pareja, se voltearon en dirección al lago,pero el alce había desaparecido y el agua estaba calma otra vez..


Allí mismo se asentaron los humanos, como ya hicieron otros muchas otras veces, pero esta vez ya no tenían miedo de ser arrasados otra vez.Pues ya no estaban solos, ya no estaban abandonados, ya no tenían que arreglársela solos.

LíndromosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora